San Pedro Sula, Honduras.
El plantón que algunos médicos y enfermeras realizan dentro del hospital Mario Catarino Rivas impidió ayer las audiencias de descargo del personal que podría estar implicado en el caso de una bebé prematura que se quemó cuando una lámpara de escritorio le cayó encima y murió cuatro días más tarde, cuando estaba internada en el centro.
Milagros Nohemí era el nombre que Ana Belis Meraz, la madre de la pequeña, le había puesto porque la consideraba un milagro de vida.
La bebé fue trasladada desde el hospital de Puerto Cortés con una complicación congénita e ingresada al Rivas en estado de gravedad y urgida de una intervención quirúrgica.
Por la falta de condiciones en el centro hospitalario se intentó darle calor a la bebé con una lámpara de escritorio que le cayó encima.
La pequeña recibió quemaduras de segundo grado en cuello, pecho, cara y brazo izquierdo. Milagros Nohemí falleció cuatros días más tarde.
Las autoridades del hospital aseguraron que la niña no murió por las quemaduras, ya que presentaba un estado crítico de salud cuando fue ingresada. Sin embargo, aseguraron que comenzarían de inmediato las investigaciones para determinar si había responsabilidad o no del personal de turno. El comienzo de las audiencias de descargo estaba programado para ayer, pero las acciones no se ejecutaron debido al malestar de los empleados, entre doctores y enfermeras por el despido de siete compañeras, un médico general y dos trabajadoras sociales, confirmó Merlin Fernández, presidente de la comisión interventora del Rivas. Los profesionales fueron despedidos por negligencia en perjuicio de Luis Alonso Caballero (44), quien murió de una infección y tenía gusanos en el cuerpo cuando se encontraba hospitalizado en ese centro asistencial.
Impiden más averiguaciones
Los doctores y enfermeras que se manifestaban demostraron su molestia al impedir la salida del Departamento Legal de los encargados de las averiguaciones en el caso de Milagro Nohemí.
Los empleados presumen que si se desarrolla el mismo proceso de la investigación del caso de Caballero, los resultados serán iguales. Merlin Fernández indicó que se analiza si continuarán o no dichas averiguaciones porque ha habido amenazas de los trabajadores, quienes aseveraron que no permitirán más citaciones y audiencias de descargo.
No obstante, las resoluciones de las audiencias de descargo por el caso de Caballero podrían ser rectificadas por medio de una comisión integrada por médicos y enfermeras.
Hace dos días, jefes de cuatro salas del Rivas renunciaron a sus cargos administrativos en respuesta al despido de sus compañeros.
Por ello, la comisión interventora propuso ayer a la asamblea de médicos y enfermeras en protesta que se conformara un grupo integrado por representantes de los colegios con el propósito de revisar las sanciones.
El plantón que algunos médicos y enfermeras realizan dentro del hospital Mario Catarino Rivas impidió ayer las audiencias de descargo del personal que podría estar implicado en el caso de una bebé prematura que se quemó cuando una lámpara de escritorio le cayó encima y murió cuatro días más tarde, cuando estaba internada en el centro.
Milagros Nohemí era el nombre que Ana Belis Meraz, la madre de la pequeña, le había puesto porque la consideraba un milagro de vida.
La bebé fue trasladada desde el hospital de Puerto Cortés con una complicación congénita e ingresada al Rivas en estado de gravedad y urgida de una intervención quirúrgica.
Por la falta de condiciones en el centro hospitalario se intentó darle calor a la bebé con una lámpara de escritorio que le cayó encima.
La pequeña recibió quemaduras de segundo grado en cuello, pecho, cara y brazo izquierdo. Milagros Nohemí falleció cuatros días más tarde.
Las autoridades del hospital aseguraron que la niña no murió por las quemaduras, ya que presentaba un estado crítico de salud cuando fue ingresada. Sin embargo, aseguraron que comenzarían de inmediato las investigaciones para determinar si había responsabilidad o no del personal de turno. El comienzo de las audiencias de descargo estaba programado para ayer, pero las acciones no se ejecutaron debido al malestar de los empleados, entre doctores y enfermeras por el despido de siete compañeras, un médico general y dos trabajadoras sociales, confirmó Merlin Fernández, presidente de la comisión interventora del Rivas. Los profesionales fueron despedidos por negligencia en perjuicio de Luis Alonso Caballero (44), quien murió de una infección y tenía gusanos en el cuerpo cuando se encontraba hospitalizado en ese centro asistencial.
Impiden más averiguaciones
Los doctores y enfermeras que se manifestaban demostraron su molestia al impedir la salida del Departamento Legal de los encargados de las averiguaciones en el caso de Milagro Nohemí.
Los empleados presumen que si se desarrolla el mismo proceso de la investigación del caso de Caballero, los resultados serán iguales. Merlin Fernández indicó que se analiza si continuarán o no dichas averiguaciones porque ha habido amenazas de los trabajadores, quienes aseveraron que no permitirán más citaciones y audiencias de descargo.
No obstante, las resoluciones de las audiencias de descargo por el caso de Caballero podrían ser rectificadas por medio de una comisión integrada por médicos y enfermeras.
Hace dos días, jefes de cuatro salas del Rivas renunciaron a sus cargos administrativos en respuesta al despido de sus compañeros.
Por ello, la comisión interventora propuso ayer a la asamblea de médicos y enfermeras en protesta que se conformara un grupo integrado por representantes de los colegios con el propósito de revisar las sanciones.