El éxodo de niños y adolescentes hacia Estados Unidos se ha sentido con mayor fuerza en los últimos días en varias comunidades garífunas de la región atlántica.
Este fenómeno que ha generado preocupación nacional e internacional, dejó prácticamente sin jóvenes a la comunidad de Sambo Creek.
Solo allí unos 200 niños en edades que van desde los primeros meses de nacidos hasta los 16 años de edad, han sido llevados por sus parientes que viven de manera legal e ilegal en los Estados Unidos.
La salida de estos menores acompañados por otro grupo de personas adultas que juntas suman unas 400, se ha empezado a notar desde el pasado mes de abril.
“Nos preocupa mucho que se estén yendo los niños de la comunidad. Esta situación ha sido muy marcada en los últimos días. Ahora vemos las calles vacías”, lamentó Omar Suazo, presidente del patronato de la comunidad de Sambo Creek.
La inseguridad y las pocas oportunidades de lograr una vida digna que les garantice su futuro en la tierra que los vio nacer, ha provocado que estos pequeños tengan que salir de su comunidad.
“Sus padres que viven en el exterior preocupados por la situación de inseguridad que se vive en el país, están aprovechando las oportunidades que las leyes de Estados Unidos les han dado y han decidido mandarlos a traer, sin importarles el riesgo que puedan pasar en el camino”, indicó el dirigente.
Este fenómeno ha llevado a crear una ruta con el fin de poner a los niños y adolescentes en territorio estadounidense. La comunidad garífuna de Tornabé, es una de las primeras escalas para llegar a Guatemala y luego continuar con la ruta hacia tierras norteamericanas.
“Esta es una realidad que la hemos estado viendo en los últimos días, incluso, hasta mujeres embarazadas y jóvenes enfermos se han ido. En horas de la madrugada en el desvío de la comunidad se podía ver multitudes de personas adultas en su mayoría niños esperando bus para partir”, dijo Suazo.
Centros de salud vacíos
El centro de salud de la comunidad es la mayor referencia de cuánta gente se ha marchado de esta comunidad. “Las consultas se han reducido en un 50% en este centro asistencial en las últimas semanas, para nosotros ha sido un gran impacto ver como ha disminuido la afluencia de pacientes cuando antes eran numerosas”, aseguró Cindi Suazo, enfermera del centro de salud de esta comunidad.
Otra prueba de la ausencia de esta población que ha partido hacia el norte, son las actividades que realiza la comunidad. “Estamos realizando una feria de la salud, donde estamos dando consultas a la comunidad y vemos que es poca la gente que ha llegado; en años anteriores se llenaba de gente cuando la celebrábamos, y esta vez no ha sido así”, secundó Estela Álvarez, encargada de este centro asistencial.
“Cuando inició la Campaña Nacional de Vacunación en abril fueron pocos los niños que se vacunaron, fue hasta finales de mayo que nos dimos cuenta que muchos se habían marchado, incluso, madres jóvenes se fueron con todo y sus hijos”, contó.
Hace unos dos meses en este centro asistencial se atendía un promedio de 30 a 40 pacientes al día; ahora solo se atienden a unas 15 personas.
En la escuela La Libertad de esta comunidad también muchos niños se han marchado. “En estos últimos meses algunos niños se han ido con adultos hacia el exterior. Por cada aula se han ido entre uno y dos alumnos”, informó Cándido Turcios, subdirector de este centro educativo.