San Pedro Sula, Honduras.
El hecho de sentirse mal de salud y no tener los recursos necesarios para atención médica personalizada, ya es motivo de angustia y desesperación para los más de siete mil sampedranos que a diario visitan los diferentes hospitales públicos de la ciudad.
La tortura incrementa cuando estos aguardan hasta cinco horas antes de ser atendidos, y esa espera deben hacerla en las condiciones menos aptas para su estado de salud.
Es muy común ver en estos centros de atención a personas acostadas en el suelo quejándose del dolor sin ser atendidos, o retorciéndose sobre una silla hasta que llega su turno. La situación empeora para las personas de la tercera edad, quienes deben estar en sillas de ruedas hasta que los van a mover del lugar donde están.
Rosa Pineda es una paciente que no soportó el dolor y se acostó en el suelo del hospital Mario Rivas buscando comodidad.
“Vine desde las 7:00 am con un dolor abdominal insoportable, llegaron las 12 del mediodía y solo anduve de arriba para abajo buscando quién podía atenderme, después me dijeron que tenía que ir a hacerme unos ultrasonidos, pero les expliqué que no contaba con dinero: no me dieron una solución, cuando ya no pude más me tire al suelo”.
En el caso del Rivas, el doctor Merlín Fernández, presidente de la comisión interventora, ha explicado que la falta de personal atrasa el proceso de atención.
“Nosotros tenemos entre 80 y 100 plazas congeladas que ahora hacen falta. La Secretaría de Salud nos ha dado algunas plazas y contratos, pero son insuficientes para llegar al nivel que se tenía antes y poder atender a los pacientes que vienen a diario”.
Amílcar Mejía, gerente de Unidad de Emergencia del Instituto Hondureño de Seguridad Social en la zona norte, explicó a qué se debe la acumulación de pacientes.
“Las personas de las áreas rurales no tienen acceso a buena atención médica, y cuando se presentan emergencias en esos lugares, donde no hay especialistas como anestesiólogos y cirujanos, deben venir a la ciudad para salvar sus vidas. Otra de las situaciones es que las personas hacen un uso inadecuado de la sala de emergencia, pues si les duele la muela, si tienen gripe, dolor menstrual o cosas comunes, ellos van ahí, primero porque la consulta externa deja de atender a las 7:00 pm y otra porque no saben identificar entre urgencia y emergencia”.
Según él, hay una mala distribución en los servicios de salud y, para desahogar las emergencias de los hospitales, se podrían abrir salas de urgencia en los centros de salud.
Además, es importante conocer la diferencia entre urgencia y emergencia.
Urgencia es una situación de salud que requiere atención inmediata, pero que no pone en juego la vida de las personas. Ejemplos: dolor abdominal leve, diarreas, asma con crisis leve, contusiones, faringitis, amigdalitis, fiebre sin compromiso de funciones vitales, entre otras.
Y las emergencias son situaciones de salud que se presentan repentinamente, requieren tratamiento o atención inmediata y pueden poner en riesgo la vida de una persona, como sangrado que no para, problemas respiratorios severos, tos o vómitos con presencia de sangre, lesión en la cabeza o en la columna, lesión debido a un accidente automovilístico, quemaduras o inhalación de humo, herida profunda, y cambios en el estado mental como confusión, pérdida de conciencia o ingestión de una sustancia tóxica.