La maraña de corrupción que se tejió para saquear al Seguro Social, además de no tener precedentes, tampoco tuvo escrúpulos.
El primero de los tres informes revelados el miércoles por la Unidad de Investigación, Análisis y Seguimiento de Casos del Consejo Nacional Anticorrupción sacó a luz más detalles de la red, en la que uno de sus principales implicados no dudó en involucrar hasta a su propia madre.
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Se trata de José Ramón Bertetty, el primer capturado por el escándalo que tiene en números rojos al Instituto Hondureño de Seguridad Social.
Él no solo vinculó a su esposa Edita Liseth López al crear la “empresa fantasma” Dipromedic, que ella administraba; también hizo partícipe de la corrupción a su madre, la señora Blanca Magdalena Osorio López, a quien, según el CNA, le extendieron millonarios cheques por la presunta prestación de servicios y suministros médicos.
En el organigrama también se colaron hermanos, amantes y hasta el motorista de José Zelaya, el exjefe de Compras y Suministros considerado uno de los “cerebros” del desfalco.
El chofer es Gustavo Linares, quien figura como uno de los testaferros.
Se conoció en el informe la cercana vinculación entre los hermanos Gabriela María Laínez Reina y Óscar Laínez Reina, quien además involucró a su esposa María Elena Cornavaca como socia en la empresa Cosem. Cornavaca y Gabriela Laínez, cuñadas también, se asociaron en la empresa Novaterra.
Óscar Laínez, por si fuera poco, también vinculó a José Daniel Herrera, otro testaferro.