La Casa Blanca endureció hoy su lenguaje ante la crisis creada por la llegada masiva de niños centroamericanos a la frontera sur de Estados Unidos, al asegurar que la 'mayoría' de ellos no cumplirá los requisitos parapermanecer en el país por motivos humanitarios y serán deportados.
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'Es improbable que la mayoría de estos niños que pasan por un proceso (judicial tras su llegada a EE.UU.) puedan cumplir los requisitos para el alivio humanitario, lo que significa que la mayoría no tendrá una base legal para permanecer en este país', dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en rueda de prensa.
'Si no cumplen esos requisitos (para permanecer como refugiados), serán enviados de vuelta' a sus países, sentenció Earnest.
Hasta ahora, la Administración del presidente Barack Obama había indicado únicamente que los niños indocumentados que llegan solos al país entran en un proceso de deportación, pero el tribunal de inmigración resuelve su situación caso por caso y examina los riesgos que pueda suponer para ellos regresar a su país de origen.
'Esto no debe interpretarse como un intento de juzgar de antemano el resultado del proceso (judicial que atraviesan los menores). Estamos comprometidos con la legalidad y se examinarán cuidadosamente los reclamos de los individuos que han sido interceptados', subrayó Earnest.
El Gobierno estadounidense presentará este martes al Congreso su plan definitivo para acelerar la deportación de los niños centroamericanos que llegan a la frontera, procedentes en su mayoría de Guatemala, Honduras y El Salvador.
Aunque la Casa Blanca no ha confirmado la cifra, varios medios apuntan a que la legislación de gasto suplementario de emergencia que Obama solicitará al Congreso para hacer frente a la crisis ascenderá a unos 2.000 millones de dólares.
Además, Obama pedirá conceder más autoridad al secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, con el fin de acelerar la deportación de los menores, que actualmente son reubicados en instituciones federales o con parientes dentro del país a la espera de que su caso avance a través del sistema de justicia migratoria.
Una de las opciones que podría incluir esa propuesta es pedir al Congreso que cambie una ley de 2008 por la que la Patrulla Fronteriza debe entregar al Departamento de Salud a los niños indocumentados que entren al país y cuya nación de origen no comparta frontera con EE.UU., en lugar de deportarlos de inmediato.
Eso permitiría tratar a los menores de Centroamérica 'como tratamos a los niños de México', que sí pueden ser deportados a su llegada al país, según adelantó a Efe la semana pasada un funcionario de la Casa Blanca, que pidió el anonimato.
Según datos del Gobierno, unos 90 niños y adolescentes no acompañados cruzan la frontera entre EE.UU. y México diariamente y ya suman unos 52.000 los detenidos en los últimos 9 meses tras entrar al país norteamericano, cifra que podría llegar a 100.000 a final de año.
A eso se suman los 39.000 adultos acompañados de niños detenidos por las autoridades.