21/12/2024
11:51 PM

'Disculpe Obama por ingresar ilegalmente': hondureñas en EUA

  • 05 julio 2014 /

Las hondureñas Elvira Hurtado y Jeny Artica Caballero cruzaron la frontera con sus hijas. Migración las dejó reunirse con sus familiares.

Texas, Estados Unidos

Dos hondureñas que cruzaron la frontera de México con Estados Unidos piden disculpas al presidente Barack Obama por ingresar ilegalmente a ese país. “Queremos pedirle una disculpa al presidente (Obama) por entrar sin documentos a su país, no venimos a robar ni a ser una carga, venimos a trabajar; también le damos las gracias al presidente por darnos la oportunidad de quedarnos y le decimos que la vamos a aprovechar y no lo vamos a defraudar”, explicó Elvira Hurtado, madre soltera, quien se dirige al estado de California.

Vea: Hondureño abandona su sueño de llegar a EUA por el Río Grande

A Elvira Hurtado, de 44 años y a Jeny Judith Artica Caballero, de 31, las unió en esta frontera no solo la nacionalidad, sino el tener que cuidar a sus hijos, luego de permanecer detenidas por entrar sin documentos a Estados Unidos.

Elvira, oriunda de Ocotepeque, Honduras, viajó sola con su hija Jazmin Durón, de 14 años; Jeny Judith, de Tegucigalpa, Honduras, viajó con sus hijos, Carlos Fernando, de 12 años, Jesse Edgardo, de 11 y Celeste de un año.

Elvira, dejó en Honduras a 4 hijos mayores de edad y a su madre. Salió con la esperanza de cruzar a Estados Unidos, para trabajar y conseguir una mejor vida para su hija Yazmin Durón, de 14 años, quien desea estudiar en este país.

Ver especial multimedia: Niños llegan solos a la frontera de EUA

“Lo que hemos vivido no lo esperábamos, nos maltrataron aquí (en Texas), mi hija estuvo en una cárcel junto a mi durante 6 días, hasta que nos dieron una carta, para salir, viajar y la obligación de presentarnos ante un Juez de Migración en 30 días”, dijo la hondureña Elvira.

Quien sí denunció no solo maltrato, si no insultos y vejaciones por parte de agentes de migración norteamericanos es Jeny Judith. Ella viajó los más de 2 mil 700 kilómetros desde Honduras a Estados Unidos junto a sus hijos menores de edad.

“Yo tuve que salir de Honduras porque los delincuentes me estaban extorsionando. Mi esposo trabaja aquí y manda remesas, los delincuentes querían que les pagara o iban a secuestrar a uno de mis hijos, por eso salí de mi país”, dice la mujer.

Agregó que en su patria los policías la detuvieron, le quitaron sus documentos y la entregaron con sus 3 hijos a los polleros, que la mantuvieron secuestrada, hasta que pagó 5 mil lempiras.

Cruzó Guatemala y México. El río Bravo lo pasó en una lancha inflable y ya en Estados Unidos, la arrestaron agentes de la Patrulla Fronteriza.

“Yo nada más traía la ropa de mi hija y la tiraron, dijeron que era basura, a nosotros nos insultaban, nos decían puercos, mugres”, asegura la hondureña.

Junto a sus tres hijos, de 12, 11 y un año, Jeny Judith permaneció siete días en una cárcel. Asegura que solo les daban una comida al día “a veces desayuno, a veces comida, a veces cena, además nos decían puercos, levántense, no estén dormidos”.

Al día 7 de su arresto, a Jeny Judith le dieron una carta, para que se presentara ante un Juez de Migración en 30 días y le dijeron se podía ir, que solo dejara una dirección para saber a dónde iba a estar.

Ahora Jeny Judith espera que su esposo, indocumentado en Nueva Orleans, le mande dinero, para viajar a reencontrarse con él y esperar que el Juez de Migración le dé el permiso de quedarse en Estados Unidos.

Laredenses ayudan con comida

Residentes laredenses, en su mayoría hispanos, se organizaron para ayudar a los migrantes; les llevan comida y los ayudan prestándoles baños, mientras llega el dinero para que viajen.

Los migrantes, que llegan en grupos de hasta 100 personas diariamente, se quedan a dormir en dos estaciones de autobuses. Una de ellas es la Greyhound, ubicada en el centro de Laredo, donde las políticas impiden entrevistas o fotografías.

“Les traemos de comer, los llevamos a que se bañen, son personas, en su mayoría mujeres y niños, que han sufrido mucho. Vienen de estar detenidos y solo esperan el dinero para poder reunirse con sus familiares o amigos en el interior del país”, dijo Mary Cruz, una activista laredense.

Fuente: oficinadecorresponsales.wordpress.com