El Corpus, Choluteca, Honduras.
Una almádana y un cincel son todas sus herramientas. No usan cascos ni equipos de seguridad ni comunicación. Casi con las uñas trabajan los mineros artesanales en El Corpus, Choluteca.
Ni los accidentes ni las pocas medidas de seguridad son novedad allí.
Una almádana y un cincel son todas sus herramientas. No usan cascos ni equipos de seguridad ni comunicación. Casi con las uñas trabajan los mineros artesanales en El Corpus, Choluteca.
Ni los accidentes ni las pocas medidas de seguridad son novedad allí.
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Todo el mundo conoce los peligros y la mayoría decide arriesgarse por necesidad. La extracción de oro en dicha zona data de la época colonial.
Adentro es otro mundo. Solo comparable al de los topos.
Más fotos del rescate de los mineros hondureños en El Corpus
En algunos espacios, los mineros pueden circular de pie, pero en otros, que son la mayoría, andan en cuclillas, casi a rastras. Para entrar y salir de los conductos utilizan escaleras armadas con ramas y aseguradas con retazos de tela, tal y como se mostró en un reportaje ya publicado y que hoy cobra vigencia.
La mayoría de mineros ganan entre 300 y 500 lempiras diarios y, a pesar de hacer el trabajo duro, al final se llevan la menor parte del pastel.
