Karen solo tenía dos opciones para sacar adelante a su hija de cinco años: vender droga en su natal Tegucigalpa o irse ilegalmente a Estados Unidos. Se decidió por la última por considerarla “menos peligrosa”.
Anoche, al llegar a San Pedro Sula deportada por las autoridades de México, donde fue detenida el pasado 6 de junio cuando intentaba cruzar a tierras estadounidenses, hizo memoria del calvario que vivió casi un mes y que, según ella, “no volverá a intentar”.
“Aquí no se puede vivir, no hay trabajo y la delincuencia e inseguridad nos aterran. Eso me obligó a irme con todo y mi hija. Pasamos los días más difíciles de nuestra vida”, relató con evidente cansancio y tomando de la mano a su pequeña.
Un total de 468 personas, entre ellas 271 menores de edad, fueron retornadas ayer de México luego de ser detenidas por Migración de ese país. Todos los niños iban acompañados por uno o dos parientes. Nunca antes se habían recibido tal cantidad de personas deportadas vía terrestre en un solo fin de semana, informaron las autoridades de Copeco a LA PRENSA.
Ayer desde temprano, 12 buses provenientes de Tapachula (7) y Acayucán (5) llegaron a San Pedro Sula con cientos de hondureños frustrados por no haber alcanzado el objetivo de cruzar la frontera.
Antes de las 9:00 pm llegaron los primeros siete buses a la Dirección de la Infancia, Adolescencia y Familia (Dinaf), antes Inhfa, en San Pedro Sula.Los otros cinco llegaron a las 11:00 pm.
Unos 13 menores de los que regresaron al país viajaban solos, todos buscaban encontrarse con sus padres que residen en Estados Unidos.
Los sentimientos de los retornados contrastaban. Algunos aseguraban que no volverían a salir del país y que buscarían la manera de “ganarse la vida” y otros decían que iban a regresar hasta que logren pasar la frontera. La única expresión común trataba sobre el maltrato que les daban los policías federales de México cuando fueron detenidos.
“Nos insultaban reprochándonos que éramos intrusos en su tierra”, dijo un adolescente al salir del punto de llegada. Los migrantes partieron en su mayoría de La Ceiba, Tegucigalpa, Olancho y San Pedro Sula.