Siempre se ha comentado que las palabras y expresiones van y vienen; también las palabras se alejan de su significado primigenio para dar lugar a nuevos conceptos. Se sabe que al final es el conglomerado de hablantes el que determina los usos y prácticas de un código comunicativo.
Otras veces algún cultiparlista le da por meter oscuridades acaso por decorar el enunciado o impresionar a los receptores. Pero tales situaciones en vez de embellecer y hacer del comunicado algo práctico, más bien se cae en el ridículo expresivo.
Veamos estos textos: “Según el funcionario, lo que origina el problema ‘a lo interno’ del correccional es el pánico, ya que existen situaciones entre ellos mismos que hacen que se generen los problemas”, “Estos observatorios también tendrán la misión de registrar los casos de violencia doméstica, violencia intrafamiliar y de los problemas ‘a lo interno’ de las instituciones educativas”. En estas dos expresiones se observa el pésimo empleo del sintagma “a lo interno”, pieza que en estos contextos nada tiene que ver, pues lo puntual, directo y claro es “dentro” o “en”, por lo que lo gramatical es “Según el funcionario, lo que origina el problema en (o dentro del ) el correccional es el pánico, ya que hay situaciones entre ellos mismos que hacen que se generen los problemas”, “Estos observatorios también tendrán la misión de registrar los casos de violencia doméstica, violencia intrafamiliar y de los problemas dentro (o en el interior) de las instituciones educativas”.
Augusto Comte es el precursor del positivismo, sistema filosófico que solo admite el método experimental y rechaza toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto. De ahí que el positivismo se refiere a lo práctico, a valorar preferentemente los aspectos materiales de la realidad. Pero un jugador de la Selección de Honduras ha hablado en los medios: “Sobre este punto, el positivismo es muy importante, porque te sientes seguro de ganar el partido”. Es posible y quizá muy seguro que este humilde deportista -como tantos más- confunda positivismo con optimismo, pues no siempre es posible que siendo “práctico” y “realista” se le vaya a ganar al equipo oponente. Lo que sí es posible es que “Sobre este punto, el optimismo es muy importante, porque te sientes seguro de ganar el partido”.
Los profesores, militares, médicos, abogados, son profesionales que en algún momento dejan de ejercer; se dice entonces que están en retiro o ya se jubilaron. Nunca he escuchado que fulano es ladrón retirado o que zutano es marero jubilado. Pero en la parla policial ya se estila el apologizado sintagma “miembro activo de la mara tal”, semejante vesania léxica, ya me imagino ser vecino de un marero retirado; si este individuo ya no delinque, es natural que ha dejado de ser marero o pandillero. Un sicario, un pandillero o cualquier otro infractor lo es desde el momento cuando actúa; al no “ejercer”, ya deja de ser malandro. En consecuencia, no hay “miembros activos de maras”, simplemente hay “miembros de maras”.