Tegucigalpa, Honduras.
Dos menores infractores recluidos en el centro de rehabilitación Renaciendo pusieron al descubierto los abusos cometidos por el exdirector Walter Joel Alonso de la Rocha.
Fueron testigos de la golpiza que recibió uno de sus compañeros y por no participar en ella se convirtieron en víctimas de hostigamiento, lo que denunciaron en una visita que organismos de derechos humanos hicieron al centro.
La acción condujo a una investigación y la captura de Alonso de la Rocha, quien está recluido en la Penitenciaria Nacional, acusado del delito de torturas.
El expediente judicial incluye el relato de uno de los testigos protegidos, quien detalla que Alonso de la Rocha ordenó el 28 de mayo a los internos que golpearan a un jovencito que no quiso hacerle caso.
Explicaron que el menor fue llevado a un salón en las canchitas, adonde fueron conducidos los internos de cada uno de los pabellones para que lo golpearan. Les dijo que ese era un castigo para que no le llevaran la contraria, indica el expediente judicial.
Debido a los múltiples golpes, el menor comenzó a gritar y fue escuchado por los vecinos. Estos avisaron a la Policía. De inmediato se trasladó al lugar un equipo de fiscales del Ministerio Público y agentes de la DNIC y se detuvo al director del centro.
Chile
Rosa Seamman, de la Fiscalía Especial de la Niñez, declaró que Alonso de la Rocha fue acusado de dos delitos de tortura en perjuicio de los dos menores internos. Reveló que el funcionario “ordenaba como medio de castigo la tortura consistente en ‘gólpices’ (golpes), utilización de gas pimienta en los ojos y partes genitales”.
A los menores también se les echaba “chile de cocina en los ojos como una forma de infligirles dolor y sufrimiento para obtener confesiones y castigarlos”.
Los fiscales continúan las investigaciones sobre los señalamientos de los menores contra Alonso de la Rocha.
