Nueva York, Estados Unidos.
Los precios globales de la leche están cayendo pronunciadamente conforme los productores de Nueva Zelanda, Europa y Estados Unidos aumentan sus exportaciones para suplir el mercado chino.
La demanda china de leche importada se ha disparado a medida que el país se enriquece y como consecuencia de los problemas de salud pública vinculados a la industria láctea local.
Eso ha impulsado los precios globales en los últimos años, lo que ha producido un auge económico en Nueva Zelanda, el mayor exportador de productos lácteos del mundo.
Sin embargo, desde que alcanzó un récord en febrero, el precio promedio de productos lácteos ofrecidos en subasta ha caído más de 20% a menos de US$4.000 la tonelada, según GlobalDairyTrade, una plataforma de corretaje establecida por la neozelandesa Fonterra Co-Operative Group Ltd.
El descenso se debe en parte a que China ha acumulado reservas de leche en polvo, lo que reduce su demanda. Los precios también han sufrido por un aumento del suministro. La producción se ha recuperado en Nueva Zelanda tras una sequía el año pasado, mientras que en Europa, un clima favorable contribuyó a un aumento interanual de 6% en el primer trimestre.
“En estos momentos el clima es bueno, los márgenes son saludables, por lo que hay mucho suministro”, afirma Nigel Brunel, director de mercados financieros de OM Financial Ltd., una corredora neozelandesa que negocia futuros de productos lácteos. “¿Qué va a pasar en adelante? Depende de China. Ahora, tienen grandes inventarios pero eso podría consumirse fácilmente”.
Los efectos de la caída de precios se sienten más en Nueva Zelanda, que suministró alrededor de 80% de los más de US$5.000 millones en productos lácteos que importó China el año pasado.
“La oferta y la demanda global se han equilibrado”, lo que ha bajado los precios, señala Theo Spierings, presidente ejecutivo de Fonterra, en una entrevista.
La deuda de los productores lácteos de Nueva Zelanda se ha casi triplicado en los últimos 10 años. A medida que suben las tasas de interés en Nueva Zelanda, algunos productores podrían sufrir ante una caída de precios, señala Willy Leferink, presidente de la junta de lácteos del grupo de lobby Federated Farmers.
Los precios globales de la leche están cayendo pronunciadamente conforme los productores de Nueva Zelanda, Europa y Estados Unidos aumentan sus exportaciones para suplir el mercado chino.
La demanda china de leche importada se ha disparado a medida que el país se enriquece y como consecuencia de los problemas de salud pública vinculados a la industria láctea local.
Eso ha impulsado los precios globales en los últimos años, lo que ha producido un auge económico en Nueva Zelanda, el mayor exportador de productos lácteos del mundo.
Sin embargo, desde que alcanzó un récord en febrero, el precio promedio de productos lácteos ofrecidos en subasta ha caído más de 20% a menos de US$4.000 la tonelada, según GlobalDairyTrade, una plataforma de corretaje establecida por la neozelandesa Fonterra Co-Operative Group Ltd.
El descenso se debe en parte a que China ha acumulado reservas de leche en polvo, lo que reduce su demanda. Los precios también han sufrido por un aumento del suministro. La producción se ha recuperado en Nueva Zelanda tras una sequía el año pasado, mientras que en Europa, un clima favorable contribuyó a un aumento interanual de 6% en el primer trimestre.
“En estos momentos el clima es bueno, los márgenes son saludables, por lo que hay mucho suministro”, afirma Nigel Brunel, director de mercados financieros de OM Financial Ltd., una corredora neozelandesa que negocia futuros de productos lácteos. “¿Qué va a pasar en adelante? Depende de China. Ahora, tienen grandes inventarios pero eso podría consumirse fácilmente”.
Los efectos de la caída de precios se sienten más en Nueva Zelanda, que suministró alrededor de 80% de los más de US$5.000 millones en productos lácteos que importó China el año pasado.
“La oferta y la demanda global se han equilibrado”, lo que ha bajado los precios, señala Theo Spierings, presidente ejecutivo de Fonterra, en una entrevista.
La deuda de los productores lácteos de Nueva Zelanda se ha casi triplicado en los últimos 10 años. A medida que suben las tasas de interés en Nueva Zelanda, algunos productores podrían sufrir ante una caída de precios, señala Willy Leferink, presidente de la junta de lácteos del grupo de lobby Federated Farmers.