San Pedro Sula, Honduras.
Le deben 15 meses de salario y por ello el guardia decidió abandonar el área que le correspondía vigilar en el hospital Mario Rivas de San Pedro Sula.
El centro asistencial continúa sin seguridad y se ha convertido en un mercado sin que exista una solución.
Mientras los pacientes y empleados están sin ningún tipo de protección, los celadores ya no saben qué hacer para que se les pague su salario. Las constantes protestas que vienen sosteniendo desde el año anterior han sido en vano. Para 2013, el sanatorio contaba con el servicio de casi 50 guardias de seguridad; la cantidad se ha reducido a 20 este año. Sin embargo, desde la semana anterior todos están en protesta.
Actualmente, el Mario Rivas cuenta con el apoyo de 10 elementos de la 105 Brigada de Infantería que resguardan los portones y las emergencias.
Le deben 15 meses de salario y por ello el guardia decidió abandonar el área que le correspondía vigilar en el hospital Mario Rivas de San Pedro Sula.
El centro asistencial continúa sin seguridad y se ha convertido en un mercado sin que exista una solución.
Mientras los pacientes y empleados están sin ningún tipo de protección, los celadores ya no saben qué hacer para que se les pague su salario. Las constantes protestas que vienen sosteniendo desde el año anterior han sido en vano. Para 2013, el sanatorio contaba con el servicio de casi 50 guardias de seguridad; la cantidad se ha reducido a 20 este año. Sin embargo, desde la semana anterior todos están en protesta.
Actualmente, el Mario Rivas cuenta con el apoyo de 10 elementos de la 105 Brigada de Infantería que resguardan los portones y las emergencias.
Ver además: L4.7 millones costarán nuevos ascensores en el Mario Rivas
Ledy Brizzio, directora del hospital, indicó que solo en la sala de maternidad han asignado dos militares para evitar el robo de menores.
Admitió que el personal está trabajando con temor porque en las emergencias ya se han reportado pleitos entre los familiares de los pacientes.
“El personal necesita espacio para trabajar, las familias entran, y como no hay seguridad, los empleados no se atreven a sacarlos”. Brizzio aseveró que la Secretaría de Salud debe “hacer una mejor monitoreo del contrato para que la empresa del servicio dé mejor respuesta”.