La sesión extraordinaria de hoy a la que están convocados los miembros de la Corporación Municipal de la capital industrial es especial por la agenda dada a conocer, cuyo contenido es vital para la ciudad puesto que la decisión condicionará la gestión en los próximos años.
“Tenemos que readecuar. La ciudad lo necesita porque seguiremos pagando los mismos 28.9 millones mensuales. Entonces tenemos dos opciones: seguir pagando los 28.9 millones sin hacer nada o la misma cuota haciendo obras”, explica el alcalde Armando Calidonio, quien ha explicado la necesidad de conseguir recursos para abandonar la postración y recuperar tanto año perdido.
El reto es lograr un acuerdo mediante el cual haya garantía creíble y efectiva para la utlización de los fondos que se pudieran conseguir mediante préstamos, pues el compromiso existente y el que se adquiera elevan la carga a 2,325 millones de lempiras. Con ingresos que no alcanzan para atender la superplanilla, la tentación es fuerte. No se trata de especulación, pues la experiencia reciente es aleccionadora para no repetirla.
Por ello, lo primero que hay que asegurar, como ya lo ha dado a entender el jefe edilicio, es el destino de los recursos “frescos”: Obras de infraestructura vial importantes y significativas que mejoren la imagen de la ciudad, pero, sobre todo, alivien el cada vez mayor sacrificio de los sampedranos en sus desplazamientos diarios al trabajo o de vuelta a la casa.
Si en la ciudad comienzan a verse los decongestionamientos viales por la apertura y mejoramiento de vías alternas habrá respuesta favorable de los ciudadanos pues los sacrificios se traducen en su beneficio que es lo que no ha ocurrido en los últimos gobiernos en los que los corruptos han navegado a sus anchas por los siete mares. Si hay acción directa y contundente habrá recuperación de la confianza y la credibilidad en las autoridades, de lo contrario en pocos meses habrá desgaste y transcurrirán los años con otra dosis, pero más amarga, de lo mismo.
No queremos eso para la ciudad de San Pedro Sula, otrora modelo, próspera y trabajadora, sino que, con el respaldo de organizaciones e instituciones, vuelva por sus fueros y como el ave fénix alce vuelo desde las cenizas para ofrecer un canto a la vida y al futuro prometedor.
Pero para ello con la readecución, que compromete también a los próximos cuatro gobiernos locales, habrá que apuntar con tino hacia los ingresos con un sistema y unas personas a prueba de fuego, pues el desvío de fondos y la manipulación de la tecnología han causado pérdidas, cuyo monto falta aún por cuantificar. La reducción de la burocracia, de arriba hacia abajo, es asignatura pendiente en la que han reprobado todos los gobiernos por las ataduras de partido o compromisos de campaña.
Hoy se puede hacer la diferencia, pero hay que consagrarla con el trabajo y la honestidad. Eso esperamos.
