San Pedro Sula, Honduras.
Desesperados y sin ninguna respuesta alentadora, los guardias de seguridad del hospital Mario Rivas continuaban fuera de sus labores.
Desde la semana anterior, los portones del centro son resguardados por elementos militares. Sin embargo, en el interior del sanatorio aún no hay seguridad para los pacientes ni empleados.
El personal que labora en el centro asistencial ha expresado su preocupación, pues cualquiera puede entrar y salir del sanatorio. Hay habitaciones donde se encuentran internos pacientes que son resguardados por miembros de la Policía; pero en la mayoría de las salas del centro asistencial no hay ningún tipo de seguridad.
“Aquí hay pacientes de todo tipo. Los empleados estamos expuestos a cualquier problema de violencia como ya se ha dado en otros hospitales”, expresó una enfermera del sanatorio.
En algunas salas, en horas de la tarde y noche han optado por aplicar la medida que ya es costumbre con las numerosas huelgas de los guardias por la falta de pago: el personal cierra las puertas con llave para que nadie pueda ingresar, pues no hay vigilancia.
