18/11/2024
11:21 AM

Los ocho niños se oponían a ser parte de las maras, según la Policía

Las autoridades policiales aseguran que ya tienen identificado a uno de los sospechosos. Unicef pide que se tomen medidas

San Pedro Sula, Honduras

En las investigaciones policiales y de la Fiscalía se mantiene la tesis de que los crímenes de los niños de la colonia La Pradera, de San Pedro Sula, están relacionados con pandillas.

Las autoridades tienen identificados tres posibles móviles en los asesinatos de los ocho niños ocurridos en menos de un mes.

Uno de esos móviles es que las víctimas se oponían a ser miembros de la mara 18.

La otra causa es que los niños supuestamente estaban siendo utilizados por los pandilleros para cobrar impuesto de guerra y alguno de ellos se habría quedado con el dinero.

El tercer posible móvil es que habrían cometido los crímenes en venganza por enemistades con los padres de los niños.

Las autoridades de la Fiscalía de Delitos contra la Vida indicaron que la tesis más fuerte es la primera y la más débil es la tercera.

Marlon Miranda, subjefe regional de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (Dnic), dijo que en el estudio de las escenas han analizado el comportamiento criminal de los autores de los asesinatos, “que es muy importante para saber de qué personas se trata y mantenemos siempre la teoría de que estos casos están relacionados con pandillas”.

Miranda manifestó que las investigaciones van dirigidas en ese sentido y ya “se tienen muchos avances”.

Indicó que están trabajando en coordinación con la Fiscalía para determinar algunos avances y concretar algunas partes de la investigación y “esperamos tener respuesta en los próximos días.

Estamos comprometidos a esclarecer estos crímenes y a bajar los índices de homicidios que presenta San Pedro Sula ahorita”.

Los torturaron

El jefe policial señaló que a todos los niños los han matado con saña y obviamente son asesinatos que tienen las mismas características.

“El patrón criminal es el mismo en las muertes de los menores. Les han quitado la vida con saña para provocar algún dolor en terceras personas”.

Según los dictámenes forenses, todas las víctimas presentaban balazos en el rostro y la cabeza y los torturaron porque tenían golpes en esas mismas partes del cuerpo. A todos los ataron de las manos y pies y a algunos hasta les quitaron la piel del rostro. “Los victimados son niños muy pequeños y recordemos que los casos de menores de edad obviamente en las personas adultas producen emociones fuertes y posiblemente es lo que buscan”, dijo Miranda.

Las pesquisas de la Dnic indican que el mismo grupo de personas cometió los asesinatos de los menores.
Manifestó que varios aspectos se están analizando y todos tienen que ver con el inicio de la investigación de que se trata de pandillas.

Reciben información

Las autoridades de la Fiscalía de Delitos contra la Vida dijeron que en función de la información que han recibido han identificado tres posibles móviles, pero ninguno de ellos se ha confirmado ni descartado.

Manifestaron que están captando toda información que pueda tener relación con los asesinatos en que están trabajando.
“Estamos en el proceso de investigación y hemos recibido muchas comunicaciones. La

gente está comentando, dándonos luz y todas las posibilidades que tengamos vamos a confirmarlas”, manifestaron.

Dijeron que están pendientes del resultado de una prueba científica, que es el análisis de las escenas del crimen, porque hay un común denominador, constituido por la violencia y la edad de los niños.

También parte de ese común denominador es el tipo de torturas que sufrieron las víctimas antes de que les quitaran la vida.

Otras similitudes en los casos son el sitio donde fueron abandonados los cuerpos, la dinámica de los hechos y el domicilio de los niños.

Insumos

“Por allí, el experto en ese tema nos va a hacer un análisis concienzudo en función de su conocimiento y experiencia”, indicaron las autoridades fiscales.

“Estamos dándole todos los insumos, las fotos y las escenas para que el experto haga su análisis”.

Añadieron que todas las víctimas presentaban características de lesiones por torturas.

“Tenemos cuatro casos conectados y otros cuatro que posiblemente también estén conectados”.

Explicaron que el análisis investigativo les muestra que sí son maras, “eso sí está claro”.

Las autoridades fiscales dijeron: “Ahorita solo estamos captando información y documentando la parte accesoria de los casos”.

Esa parte accesoria de los casos son los levantamientos, álbumes fotográficos, la identidad de las víctimas con documentos oficiales.

“En estos casos es difícil, la gente solo se atreve a hablar por teléfono, pero no directamente. Es difícil obtener declaraciones con la firma de los testigos”, expresaron los fiscales entrevistados.

No obstante, indicaron que se hacen todos los esfuerzos por esclarecer cada caso.

Identificado sospechoso

Las autoridades policiales indicaron que ya tienen identificado a un sospechoso de los crímenes y que se trata de un exrecluso.

Keneth Alejandro Castellanos era un alumno brillante en la escuela

El índice de 100% que llevaba en la escuela abrigaba en la familia del pequeño Keneth Castellanos que sería un hombre con gran futuro.

La ilusión de Keneth era ser policía, pero la delincuencia le arrebató la vida.

Los familiares de Keneth dijeron que además de ser buen alumno en el segundo grado en la escuela 1 de Febrero, le gustaba ir a trabajar con su abuelo Gonzalo Castellanos, quien lo crio.

También le gustaba estar bien cambiado siempre. Su principal distracción era andar en su bicicleta. Su madre Wendy Castellanos lo describió como un niño muy alegre.

A Keneth le gustaba mucho andar chineando niños tiernos porque era un menor de buenos sentimientos. El comportamiento del pequeño Keneth en la casa también era ejemplar.

Luis Edgardo Hernández Argueta era ambicionaba ser hombre de bien

Luisito era un buen alumno en la escuela y de buen comportamiento en su casa.

Así describió doña Daysi Argueta a su infortunado hijo Luis Edgardo Hernández Argueta, de 13 años. Luis, quien era el mayor de sus hermanos, quería estudiar y superarse para ser un hombre de bien.

Una de sus ilusiones era ser un pintor profesional de carros. Cuando estaba en la casa barría, trapeaba y si había necesidad, lavaba su ropa. Le gustaba mucho jugar fútbol.

Luis Edgardo fue criado por su madre porque su papá nunca le ayudó. Luisito le decía a su madre que cuando estuviera grande iba a trabajar para ayudarles a ella y a sus cuatro hermanitos.

Era raro que Luis Edgardo saliera de su casa y jugaba mucho con sus hermanitos. Cursaba el cuarto grado.

Antony Castellanos quería ser un buen mecánico de vehículos

A Antony Castellanos, a diferencia de su hermanito Keneth, no le gustaba la escuela, pero era un niño a quien le gustaba trabajar.

Estaba en tercer grado en la escuela 1 de Febrero de la colonia Satélite.

Antony acostumbraba ir a trabajar con su abuelo Gonzalo, quien es pintor. “A él no le gustaba la escuela; lo que le gustaba era trabajar”, manifestó su abuelo.

Antony quería ser mecánico de autos. Le gustaba jugar fútbol y era aficionado del equipo Marathón de la Liga Nacional.

Sus parientes lo describieron como un niño tranquilo que no andaba en cosas malas.

Antony, cuando ganaba dinero, le ayudaba a su madre Wendy Castellanos. Su progenitora dijo que a “empujones” lo hacía ir a la escuela, pero era un cipote al que le gustaba trabajar. Antony era amigo del niño, también victimado, Luis Edgardo Hernández.

Carlos Iván Merlo figuraba entre los mejores alumnos

Carlos Iván Merlo Cuéllar figuraba entre los mejores alumnos del tercer grado en la escuela José Trinidad Cabañas.

El 3 de junio, Carlos Iván iba a cumplir 12 años, pero manos asesinas le quitaron la vida el 10 de abril. Carlitos, como lo llamaba su abuela María Marina Morán, fue ultimado en las cañeras de la aldea La Sabana, en San Manuel, Cortés.

Carlos vivía solo con su abuela, quien lo había criado porque a su madre la mataron el 6 de junio de 2011. Tampoco tenía papá. La abuela de Carlitos espera que las autoridades aclaren su crimen. Doña María Marina dijo que su nieto tenía buen comportamiento en la casa y la escuela, donde llevaba buenas calificaciones.

Dijo que Carlos nunca le dio problemas, ya que de la escuela se iba a la casa a hacer sus tareas.

#Hondurasconlosniños

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