Tras su polémica visita a Reino Unido, el presidente de EEUU, Donald Trump, ha desatado una ola de críticas por su comportamiento.
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Si hay algo de lo que hace gala la Casa Real británica, es su protocolo, y Trump, es experto en romperlos.
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Este viernes, Trump y Melania tenían una cita con Isabel II para tomar el té, sin embargo, Trump parece no tomarse muy en serio las reglas de la realeza británica.
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El presidente llegó más de diez minutos tarde al castillo de Windsor, y la reina esperó bajo el sol.
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Trump y la primera dama, Melania Trump, vestida con un traje de chaqueta y falda de color crema -una elección acertada y acorde con el protocolo-, saludaron a la reina.
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Sin embargo, Trump no esperó a que ella extendiera su mano, ni realizó la inclinación de cuello establecida en caso de los hombres -Melania, tampoco la reverencia estipulada- ante ella. El presidente de EUU, tomó la iniciativa: le dio la mano.
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Una serie de reglas que se deben cumplir sin excusas dan forma al protocolo que establece la manera en que se hacen las cosas en la corona británica.
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Previo al té, Isabel II pasaría revista a las tropas. Trump le acompañaría.
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El protocolo indica que no se le puede dar la espalda a la reina y que, al caminar a su lado, está prohibido ubicarse dos pasos por delante de ella.
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Poco tiempo duró Donald Trump sin quebrarla, al presidente de EEUU se le 'olvidó' por completo.
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Trump aceleró su paso y dejó a la monarca detrás, al darse cuenta se detuvo y la esperó, dejando más en evidencia su irrespeto por las reglas de la corona.
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La visita del presidente de EE UU, Donald Trump, al Reino Unido ha dejado ya varias imágenes embarazosas y anécdotas con la reina Isabel II, en medio de una polémica con la primera ministra británica Theresa May.
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Mientras visitaba a la reina, miles de personas se manifestaron en las calles de Londres para mostrar su repudio a Trump.