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Todo listo para la tradicional quema de monigotes

  • 29 diciembre 2017 /

En varias ciudades del país son parte de la costumbre para despedir el año viejo

Tegucigalpa, Honduras

Luciendo sus mejores vestimentas y rellenos de papel, paja y pólvora, los tradicionales muñecos que representan al año viejo “quemarán” las desventuras, las malas experiencias y hasta los desamores que experimentaron los hondureños este año.

En varios puntos del Distrito Central se observa en las aceras a los monigotes, algunos representan figuras de la política, series animadas y hasta de la pantalla grande. Pero hay otros que mantienen un rostro anónimo, solo con el fin de mantener viva la tradición de “tronar” las tristezas.

Foto: La Prensa


Arte

En Comayagua, la quema de monigotes se ha vuelto una tradición de familia.

Los de este rincón del país tienen un toque especial y una elaboración más cuidada. Algunos tienen la apariencia de finos caballeros, vestidos con prendas elegantes y de moda, con rostros de ancianos y que a simple vista parecieran auténticos seres humanos, pero la verdad son monigotes de año viejo hechos de barro, madera y esponja.

Estas figuras que irán a la hoguera mañana llevan saco, camisa, pantalón, zapatos, sombrero, bufanda y hasta anteojos. Los populares maniquíes son elaborados por Marco Tulio Donaire con la ayuda de su esposa Consuelo Martínez. Donaire tiene 50 años de sorprender con su trabajo. El primer paso es hacer la cabeza moldeada con barro, y con papel logra hacer las arrugas del rostro.Luego sigue la estructura del cuerpo, el cual es construido a base de madera.

“En hacer la cabeza me tardo una semana, ya que debe secar el barro en el sol, luego hago la estructura de madera para que queden parados o sentados, según como los quiera hacer”, declaró Donaire. El precio de los monigotes es de 900 a 1,200 lempiras, según el diseño.

Este año Marco Tulio elaboró unos 25 muñecos, los que fueron vendidos en su mayoría en Tegucigalpa, San Pedro Sula y municipios del departamento de Comayagua y La Paz.

Foto: La Prensa