El mercado Guamilito, en pleno centro del barrio del mismo nombre, es uno de los lugares turísticos más importantes de San Pedro Sula, en la zona norte de Honduras.
Sus ventas de artesanías y productos típicos hondureños, así como de fabricación de tortillas, le dan un olor especial a este mercado popular construido a principios de la década de los sesenta que ha experimentado una profunda transformación en los últimos años.
La sustitución de parte de los locales internos dedicados a la venta de verduras por vendedoras de tortillas que suman unos 50 puestos, han dado un pintoresco ambiente al mercado.
Los negocios de artesanías envuelven a todo aquel turista tanto nacional como extranjero y lo llevan a comprar la variedad de sus productos. Son al menos unos 40 locales que ofrecen artículos de madera, barro y textiles naturales.
A su vez, sobresale en las afueras del mercado, la variedad de negocios dedicados a la venta de flores que ofrecen una extraordinaria gama de arreglos a precios muy accesibles.
En cada rincón del mercado Guamilito, se siente la alegría, el calor humano, carisma y ese sabor gastronómico que solo los sampedranos saben transmitir.
Las altas temperaturas en San Pedro Sula y el calor del fogón donde se cocinan las tortillas no le quitan la sonrisa y la energía a unas 60 mujeres que se dedican a la elaboración de ese producto.
Al ritmo de alabanzas cristianas amasan la harina de maíz y tiran las tortillas al comal sin que nada las distraiga, así transcurren en las hornillas ubicadas en los pasillos del mercado por más de ocho horas al día.
La tortilla es un alimento que no falta en el plato de los hondureños y es común encontrar en los barrios y colonias de San Pedro Sula puestos donde se cocina y se vende.
En el mercado Guamilito se abastecen dueños de negocios como restaurantes y personas que circulan por la zona ya que en las afueras también se ofrecen.
Los paquetes tienen un costo entre 12 y 14 lempiras. El precio varía de acuerdo al tamaño de las tortillas.
Norma Rivas tiene 20 años de hacer tortillas en el Guamilito, dice que nunca ha contado cuántas logra hacer, aunque si se da cuenta que se gasta hasta un saco y medio de harina al día.
Ese es su empleo y lo disfruta, 'con este trabajo he logrado sacar adelante a mis tres hijos' comenta. En su pequeño cúbiculo está su hornilla y tiene instalada una grabadora, ella es la encargada de subirle el volúmen cuando suena la alabanza favorita.
'Norma súbile', se escucha de un extremo a otro, mientras tararean las canciones no cesan de tirar las tortillas al comal.
Entre las 'tortilleras' como popularmente se les llama hay algunas que crecieron junto a sus padres en el mercado Guamilito y de sus madres heredaron el oficio, uno que encanta a los turistas así como lo hace el mercado Guamilito a quien lo visita.