El cultivo de palma africana en la montaña Mico Quemado está acabando con la reserva que en las dos últimas décadas ha sido sometida a una severa destrucción por la tala y las quemas ante la vista y paciencia de las autoridades que poco o nada hacen por protegerla.
Antes el problema era el corte de madera y quema por parte de los campesinos, sumado a eso a mediados de 2008 aparecen varios dueños de propiedades sembrando palma en ese pulmón natural que pese a existir un decreto de protección cada día que pasa pierde su color verdusco por el café que deja lo seco de los descombros.
H ace 10 años un grupo de ambientalistas progreseños organizó la Fundación Protectora de Mico Quemado (Fundemique), sus esfuerzos han sido en vano, pues según su vicepresidente Hugo Valladares, “no hay voluntad política para proteger la reserva”.
En 1994 y ante la petición de la Cámara de Comercio de El Progreso, el Congreso Nacional aprobó el decreto 144-94 que declara a la montaña reserva forestal, abarcando también a los municipios de Santa Rita y El Negrito. El documento continúa engavetado por los entes ambientales del Gobierno.
Plan de manejo
Valladares agregó que como parte de las gestiones que hace Fundemique para salvar la reserva esta la solicitud hecha a los gobiernos locales y central para desarrollar un plan de manejo, pero ha habido negligencia por parte de las autoridades municipales de El Progreso y El Negrito, no así los de Santa Rita que apoya la iniciativa.
“Con esos fondos estaríamos controlando hasta cierto punto el tráfico ilegal de madera y recuperando la cobertura vegetal a través de cultivos forestales, de igual manera lograr la certificación de las cuencas geográficas para asegurar que los progreseños no padezcamos de agua en los próximos años. La cota 140 de la montaña no se está respetando, eso es papel mojado por la falta de interés de las autoridades en frenar nuevas construcciones en ese nivel”, apuntó.
Fredy Aguilar, coordinador de la oficina de licenciamiento ambiental del Departamento Municipal Ambiental (Dema) de El Progreso, dijo que para ellos resulta bastante difícil detener el problema.
“Hemos encontrado a dueños de parcelas sembrando a la brava palma y sin ningún permiso. Cuatro casos de estos ya están en manos de la Fiscalía del Ambiente y serán enviados a los tribunales. No hay permiso para ese cultivo en la montaña”.
Óscar Paguada, jefe noroccidental del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillado (Sanaa), calificó de preocupante la situación.
“En los últimos años las fuentes de agua de donde captamos para dar servicio a los progreseños sus caudales ser han reducido en un 60%. Nosotros hemos reforestado, pero eso no ha servido de nada”.