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Brasil y Estados Unidos financian proyectos agrícolas en Honduras

  • 07 octubre 2014 /

Apoyarán la agricultura familiar y seguridad alimentaria de pobladores hondureños.

Tegucigalpa, Honduras.

Representantes de los Gobiernos de Brasil y Estados Unidos reafirmaron ayer su respaldo a un proyecto trilateral que impulsan en el Corredor Seco en Honduras, adonde se benefician más de cuatro mil familias.

Tras una reunión con las autoridades de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), el embajador de Brasil, Zenick Krawctschuk, dijo que los proyectos tienen dos ejes: la agricultura familiar y seguridad alimentaria y la energía renovable. Los proyectos agrícolas se ejecutan con tres cadenas de producción: marañón, apicultura y ajonjolí.

El otro eje, la energía renovable, consiste en la producción de energía por medio de paneles solares y biomasa.

Estos proyectos se ejecutan en unidades familiares y centros comunitarios. “Estamos trayendo tecnologías que están utilizadas en zonas parecidas al sur y oriente de Honduras, adonde el proyecto trilateral, Brasil-Estados Unidos está actuando”, afirmó el embajador. Los proyectos cuentan con un financiamiento de cuatro millones de dólares, provenientes de Estados Unidos y Brasil, con una contraparte nacional y son ejecutados a través de la Universidad de Florida.

El viceministro de Agricultura de Honduras, Moisés Molina, dijo que el propósito de los proyectos “es mejorar la competitividad en la parte agrícola y mejorar el acceso a nutrición de parte de los pobladores del Corredor Seco y otros sectores dañados del país”.

“Lo que se ha hecho es tratar de evitar el excesivo gasto de leña mediante la instalación de las ecoestufas”, dijo el funcionario.

La idea es aplicar energía renovable a 10 mil hogares rurales en pobreza desde 2013 a 2015. Hasta la fecha se han beneficiado más de 3,800 familias en el occidente y el sur del país.

En el Corredor Seco, que comprende Choluteca, Valle, y la zona sur de los departamentos de Francisco Morazán, El Paraíso, Lempira, Intibucá y Copán, viven unas 180 mil familias que sufren problemas de sequía.