Tegucigalpa, Honduras.
El contrato de concesión para la construcción del nuevo aeropuerto de Comayagua adjudicado en enero pasado a la constructora Servicios Aeroportuarios Integrados S.A. (Saisa) ya es historia.
El Gobierno determinó anular el convenio e iniciar un nuevo proceso para la construcción del nuevo aeropuerto que se pretende establecer en la base Enrique Soto Cano, de Palmerola.
La cancelación fue confirmada ayer por el titular de la Comisión para la Promoción de la Alianza Público Privada (Coalianza), Miguel Ángel Gámez; este explicó que el proyecto será ejecutado bajo condiciones diferentes a las que ya se habían definido en el contrato que fue anulado.
La semana anterior, el presidente Juan Orlando Hernández presentó una solicitud al Gobierno de España para que mediante los fondos de reconversión de la deuda apoye la construcción de la terminal en Comayagua, como polo de desarrollo.
Dicha solicitud es analizada por un comité binacional que administra los fondos de reconversión de la deuda que el país sostiene con España, por unos 52 millones de dólares.
“El contrato de Palmerola no se pudo llevar a feliz término con la empresa a la que se le había adjudicado; por consiguiente, el presidente Juan Orlando Hernández en su viaje por Europa ha conseguido el apoyo del Gobierno de España”, dijo Gámez.
“Nosotros junto con el concedente, que es la Secretaría de Infraestructura, estamos realizando el nuevo cronograma de actividades para que antes de que finalice este año llevar a cabo el nuevo proceso mediante el cual se va a adjudicar la construcción de este proyecto”.
Gámez afirmó que la empresa constructora a la cual se le había adjudicado el proyecto de 107 millones de dólares (en la primera etapa) mediante una concesión de 30 años “ya no tiene posibilidades de ejecutar esa obra”.
A partir de los diseños ya establecidos, el nuevo aeropuerto de Comayagua contará con una pista de una longitud de 2,440 metros para la operación de aeronaves comerciales de fuselaje estrecho sin restricciones y de fuselaje ancho con bajas restricciones a destinos de largo radio.
El contrato de concesión para la construcción del nuevo aeropuerto de Comayagua adjudicado en enero pasado a la constructora Servicios Aeroportuarios Integrados S.A. (Saisa) ya es historia.
El Gobierno determinó anular el convenio e iniciar un nuevo proceso para la construcción del nuevo aeropuerto que se pretende establecer en la base Enrique Soto Cano, de Palmerola.
La cancelación fue confirmada ayer por el titular de la Comisión para la Promoción de la Alianza Público Privada (Coalianza), Miguel Ángel Gámez; este explicó que el proyecto será ejecutado bajo condiciones diferentes a las que ya se habían definido en el contrato que fue anulado.
La semana anterior, el presidente Juan Orlando Hernández presentó una solicitud al Gobierno de España para que mediante los fondos de reconversión de la deuda apoye la construcción de la terminal en Comayagua, como polo de desarrollo.
Dicha solicitud es analizada por un comité binacional que administra los fondos de reconversión de la deuda que el país sostiene con España, por unos 52 millones de dólares.
“El contrato de Palmerola no se pudo llevar a feliz término con la empresa a la que se le había adjudicado; por consiguiente, el presidente Juan Orlando Hernández en su viaje por Europa ha conseguido el apoyo del Gobierno de España”, dijo Gámez.
“Nosotros junto con el concedente, que es la Secretaría de Infraestructura, estamos realizando el nuevo cronograma de actividades para que antes de que finalice este año llevar a cabo el nuevo proceso mediante el cual se va a adjudicar la construcción de este proyecto”.
Gámez afirmó que la empresa constructora a la cual se le había adjudicado el proyecto de 107 millones de dólares (en la primera etapa) mediante una concesión de 30 años “ya no tiene posibilidades de ejecutar esa obra”.
A partir de los diseños ya establecidos, el nuevo aeropuerto de Comayagua contará con una pista de una longitud de 2,440 metros para la operación de aeronaves comerciales de fuselaje estrecho sin restricciones y de fuselaje ancho con bajas restricciones a destinos de largo radio.
