Tegucigalpa, Honduras.
Un nuevo rumbo ha tomado el proyecto de construcción del nuevo aeropuerto de Comayagua luego que el Gobierno determinara asumir la responsabilidad de la seguridad de las terminales aéreas del país.
Ayer, el presidente de la Comisión para la Promoción de la Alianza Público Privada (Coalianza), Miguel ángel Gámez, no descartó que el contrato de construcción del proyecto que había sido adjudicado a la firma Servicios Aeroportuarios Integrados S.A. (Saisa) sea anulado. Esto en virtud de que dicho contrato autorizaba a la empresa concesionaria a administrar la seguridad de la terminal, lo cual ya no será permitido debido al nuevo esquema de seguridad aeroportuaria que se apresta a implementar el Gobierno.
Gámez afirmó que “hemos tenido dificultad a la hora de firmar el contrato porque se cambiaron las condiciones de seguridad que ahora dependerá del Estado y el contrato decía que lo haría el concesionario”.
Gámez no descartó la anulación del documento y la elaboración de un nuevo proceso de licitación.
El funcionario sostuvo que el tema ha comenzado a ser analizado entre la empresa que ganó la licitación para la construcción del aeropuerto y el Gobierno a través de la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos.
Saisa es una firma parte del consorcio Grupo Terra, que administra los aeropuertos del país.
El aeropuerto de Comayagua se pretende edificar en la base Enrique Soto Cano por medio de una concesión de 30 años mediante una inversión inicial de 107 millones de dólares, es decir, más de dos mil millones de lempiras.
El nuevo aeropuerto estará en el municipio de Comayagua, en el punto vial entre Tegucigalpa y San Pedro Sula, aproximadamente a una hora de la capital en automóvil.
Las instalaciones adonde se levantará la nueva terminal aérea ya tienen una amplia pista de 2,440 metros de longitud. Las obras incluyen la edificación de una torre de control con equipos y tecnología que concuerden con los estándares y las certificaciones internacionales.
Un nuevo rumbo ha tomado el proyecto de construcción del nuevo aeropuerto de Comayagua luego que el Gobierno determinara asumir la responsabilidad de la seguridad de las terminales aéreas del país.
Ayer, el presidente de la Comisión para la Promoción de la Alianza Público Privada (Coalianza), Miguel ángel Gámez, no descartó que el contrato de construcción del proyecto que había sido adjudicado a la firma Servicios Aeroportuarios Integrados S.A. (Saisa) sea anulado. Esto en virtud de que dicho contrato autorizaba a la empresa concesionaria a administrar la seguridad de la terminal, lo cual ya no será permitido debido al nuevo esquema de seguridad aeroportuaria que se apresta a implementar el Gobierno.
Gámez afirmó que “hemos tenido dificultad a la hora de firmar el contrato porque se cambiaron las condiciones de seguridad que ahora dependerá del Estado y el contrato decía que lo haría el concesionario”.
Gámez no descartó la anulación del documento y la elaboración de un nuevo proceso de licitación.
El funcionario sostuvo que el tema ha comenzado a ser analizado entre la empresa que ganó la licitación para la construcción del aeropuerto y el Gobierno a través de la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos.
Saisa es una firma parte del consorcio Grupo Terra, que administra los aeropuertos del país.
El aeropuerto de Comayagua se pretende edificar en la base Enrique Soto Cano por medio de una concesión de 30 años mediante una inversión inicial de 107 millones de dólares, es decir, más de dos mil millones de lempiras.
El nuevo aeropuerto estará en el municipio de Comayagua, en el punto vial entre Tegucigalpa y San Pedro Sula, aproximadamente a una hora de la capital en automóvil.
Las instalaciones adonde se levantará la nueva terminal aérea ya tienen una amplia pista de 2,440 metros de longitud. Las obras incluyen la edificación de una torre de control con equipos y tecnología que concuerden con los estándares y las certificaciones internacionales.