Tegucigalpa, Honduras.
¿Qué tan ético y moral resulta que padre e hijo ostenten puestos de confianza en una misma institución de la administración pública?
La pregunta surgió ayer al conocerse que el presidente de la Comisión para la Promoción de la Alianza Público Privada (Coalianza), Miguel Ángel Gámez, es compañero de trabajo de su propio hijo.
Gámez asumió la titularidad de Coalianza en enero pasado a sabiendas que su hijo Miguel Gámez Tosta fungía en la misma institución como ingeniero técnico encargado de la coordinación y formulación de proyectos de Alianza Público Privadas (APP). El funcionario, que recién estuvo en la palestra por cobrar un salario de 199 mil lempiras mensuales con el resto de comisionados de Coalianza, restó ayer importancia a este dilema ético.
El extitular de Soptravi señaló que su caso es del conocimiento del presidente Juan Orlando Hernández, el secretario general de Gobierno, Jorge Ramón Hernández, y el ministro de Infraestructura, Roberto Ordóñez.
Aclaró que no hay ningún problema en virtud de que su hijo fue nombrado por el entonces presidente Porfirio Lobo. Sin embargo, es de señalar que Gámez como comisionado presidente de Coalianza es quien autoriza los incrementos salariales, permisos y demás prebendas que se acostumbran en varias de las instituciones del Estado.
“No veo cuál es el problema, en lo absoluto, sería un abuso si yo lo hubiera nombrado como presidente de Coalianza o como comisionado; pero él estaba trabajando ahí, ustedes pueden ir a averiguar, estaba desde hace bastante tiempo ahí”, dijo. “ De esto tiene conocimiento no solo el Presidente, sino el coordinador de Infraestructura, que es el ingeniero Ordóñez, lo mismo que el coordinador de Gabinete que es el doctor Ramón Hernández Alcerro”, sostuvo Gámez.
¿Qué tan ético y moral resulta que padre e hijo ostenten puestos de confianza en una misma institución de la administración pública?
La pregunta surgió ayer al conocerse que el presidente de la Comisión para la Promoción de la Alianza Público Privada (Coalianza), Miguel Ángel Gámez, es compañero de trabajo de su propio hijo.
Gámez asumió la titularidad de Coalianza en enero pasado a sabiendas que su hijo Miguel Gámez Tosta fungía en la misma institución como ingeniero técnico encargado de la coordinación y formulación de proyectos de Alianza Público Privadas (APP). El funcionario, que recién estuvo en la palestra por cobrar un salario de 199 mil lempiras mensuales con el resto de comisionados de Coalianza, restó ayer importancia a este dilema ético.
El extitular de Soptravi señaló que su caso es del conocimiento del presidente Juan Orlando Hernández, el secretario general de Gobierno, Jorge Ramón Hernández, y el ministro de Infraestructura, Roberto Ordóñez.
Aclaró que no hay ningún problema en virtud de que su hijo fue nombrado por el entonces presidente Porfirio Lobo. Sin embargo, es de señalar que Gámez como comisionado presidente de Coalianza es quien autoriza los incrementos salariales, permisos y demás prebendas que se acostumbran en varias de las instituciones del Estado.
“No veo cuál es el problema, en lo absoluto, sería un abuso si yo lo hubiera nombrado como presidente de Coalianza o como comisionado; pero él estaba trabajando ahí, ustedes pueden ir a averiguar, estaba desde hace bastante tiempo ahí”, dijo. “ De esto tiene conocimiento no solo el Presidente, sino el coordinador de Infraestructura, que es el ingeniero Ordóñez, lo mismo que el coordinador de Gabinete que es el doctor Ramón Hernández Alcerro”, sostuvo Gámez.
