Tegucigalpa, Honduras.
Gil Kerlikowske, comisionado de la Policía Fronteriza (CBP) ordenó una investigación sobre 116 denuncias de maltratos a menores y afirmó que el Gobierno norteamericano mantendrá las deportaciones de los infantes como una prioridad.
Los menores centroamericanos, la mayoría Hondureños, se encuentran bajo la custodia de la Policía Fronteriza y de Aduanas. Esto luego del inédito éxodo de niños, niñas y adolescentes de Honduras, Guatemala y El Salvador hacia territorio norteamericano, el cual mantiene colapsados los diferentes centros de detención de menores.
La marea de infantes indocumentados no acompañados en los estados de Texas y Arizona es tal que se han tenido que habilitar hasta bases militares para alojar menores ante las condiciones de hacinamiento en que permanecían en los albergues.
Según datos del Gobierno estadounidense, al menos 35,000 menores no acompañados y procedentes Guatemala, El Salvador y Honduras han llegado a la frontera de Estados Unidos durante los últimos ocho meses. De esta cantidad se sospecha que la gran mayoría son originarios de Honduras. Esta descomunal presencia de menores de edad indocumetados en los Estados Unidos han encendido las alertas en virtud de las condiciones en que se encuentran tras haber arriesgado sus vidas por la ruta migratoria para alcanzar el “sueño americano”.
El Proyecto Esperanza para los Derechos Migratorios y otras cuatro organizaciones que funcionan en territorio norteamericano sostienen que más del 80% de los niños bajo custodia recibieron alimentos y bebidas insuficientes, a la mitad se le negó atención médica y un 25% sufrió maltratos físicos.
En una conferencia de prensa junto al Secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, los dos funcionarios rehusaron aportar detalles sobre la naturaleza de la investigación pese a que les formularon preguntas específicas.
Johnson dijo que “aquellos arrestados en nuestra frontera serán prioridad para ser deportados, serán prioridad para la aplicación de nuestras leyes migratorias, independientemente de su edad”. La Policía de Fronteras mantiene a los menores durante 72 horas antes de referirlos al Departamento de Servicios Sociales, cuyos funcionarios se dedican a buscar el mejor entorno posible para los menores, como reunificarlos con parientes o tutores autorizados en Estados Unidos.
Mark Greengerg, subsecretario interino en la oficina para familias y niños del Departamento de Servicios Sociales, explicó que la misión de su despacho es velar por el bienestar del menor y aclaró que “la búsqueda de su bienestar consiste solamente en determinar dónde el niño debe vivir mientras transcurre el proceso de deportación”.
Gil Kerlikowske, comisionado de la Policía Fronteriza (CBP) ordenó una investigación sobre 116 denuncias de maltratos a menores y afirmó que el Gobierno norteamericano mantendrá las deportaciones de los infantes como una prioridad.
Los menores centroamericanos, la mayoría Hondureños, se encuentran bajo la custodia de la Policía Fronteriza y de Aduanas. Esto luego del inédito éxodo de niños, niñas y adolescentes de Honduras, Guatemala y El Salvador hacia territorio norteamericano, el cual mantiene colapsados los diferentes centros de detención de menores.
La marea de infantes indocumentados no acompañados en los estados de Texas y Arizona es tal que se han tenido que habilitar hasta bases militares para alojar menores ante las condiciones de hacinamiento en que permanecían en los albergues.
Según datos del Gobierno estadounidense, al menos 35,000 menores no acompañados y procedentes Guatemala, El Salvador y Honduras han llegado a la frontera de Estados Unidos durante los últimos ocho meses. De esta cantidad se sospecha que la gran mayoría son originarios de Honduras. Esta descomunal presencia de menores de edad indocumetados en los Estados Unidos han encendido las alertas en virtud de las condiciones en que se encuentran tras haber arriesgado sus vidas por la ruta migratoria para alcanzar el “sueño americano”.
El Proyecto Esperanza para los Derechos Migratorios y otras cuatro organizaciones que funcionan en territorio norteamericano sostienen que más del 80% de los niños bajo custodia recibieron alimentos y bebidas insuficientes, a la mitad se le negó atención médica y un 25% sufrió maltratos físicos.
En una conferencia de prensa junto al Secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, los dos funcionarios rehusaron aportar detalles sobre la naturaleza de la investigación pese a que les formularon preguntas específicas.
Johnson dijo que “aquellos arrestados en nuestra frontera serán prioridad para ser deportados, serán prioridad para la aplicación de nuestras leyes migratorias, independientemente de su edad”. La Policía de Fronteras mantiene a los menores durante 72 horas antes de referirlos al Departamento de Servicios Sociales, cuyos funcionarios se dedican a buscar el mejor entorno posible para los menores, como reunificarlos con parientes o tutores autorizados en Estados Unidos.
Mark Greengerg, subsecretario interino en la oficina para familias y niños del Departamento de Servicios Sociales, explicó que la misión de su despacho es velar por el bienestar del menor y aclaró que “la búsqueda de su bienestar consiste solamente en determinar dónde el niño debe vivir mientras transcurre el proceso de deportación”.