Un dirigente campesino de Honduras, Rafael Alegría, denunció hoy ser objeto de 'amenazas de muerte' por parte de desconocidos, a quienes pidió que 'desistan de ese plan' contra él.
Alegría dijo en rueda de prensa que el presidente de su país, Porfirio Lobo, y el ministro hondureño de Seguridad, Pompeyo Bonilla, le informaron que 'hay un plan para atentar' contra su vida.
La denuncia de Alegría se produce dos semanas después de los asesinatos de un fiscal de Derechos Humanos y un abogado defensor de campesinos que exigen tierras para cultivar en el Caribe de Honduras.
El Manuel Díaz, fiscal de Derechos Humanos, murió dos días después en Choluteca, en el sur del país.
Alegría, quien es coordinador de Vía Campesina, pidió al Ejecutivo de Lobo que le 'garantice' su vida y que 'desarticule ese plan y lleve a los tribunales de justicia a los responsables de querer atentar' en contra suya.
'Se trata de garantizar mi vida, así como debió garantizarse la vida de muchos luchadores sociales y que desgraciadamente han muerto', subrayó el dirigente campesino.
A juicio de Alegría, las amenazas contra él 'provienen del sector oligárquico que se opone de manera irracional a la reforma agraria, a la soberanía alimentaria y a los derechos elementales de los campesinos y pueblos indígenas'.
En ese sentido, pidió a 'la oligarquía que desista de cualquier plan macabro' en contra suya y contra 'los demás compañeros que luchan por la paz, la libertad y la justicia social'.
En los últimos tres años un conflicto agrario en el Bajo Aguán, Caribe de Honduras, se ha cobrado la vida de más 60 personas, en su mayoría campesinos, según datos del estatal Comisionado de los Derechos Humanos.
El Gobierno de Lobo ha comprado tierras a los terratenientes que luego ha entregado a los campesinos organizados en el Bajo Aguán para poner fin al conflicto agrario pero la violencia no cesa.