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Obama promete reforma con o sin apoyo del Congreso

  • 02 octubre 2014 /

El mandatario de Estados Unidos espera tener resultados antes de final del 2014.

Washington, Estados Unidos

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo entender la 'gran frustración' de la comunidad hispana por la falta de reforma migratoria pero aseguró que tomará medidas ejecutivas antes de fin de año.

'No voy a vencerme en esta batalla hasta que se consiga', dijo en la gala de clausura del la reunión anual del Instituto del Caucus Hispano en el Congreso (CHCI) en la que fue interrumpido por una persona de la audiencia que le pidió que detenga las deportaciones.

Obama dijo entender y compartir la 'profunda frustración' en muchas comunidades en el país, y el 'dolor de las familias que son separadas porque vivimos con un sistema de inmigración roto' al tiempo que aseguró que tomará una acción ejecutiva para 'arreglar lo máximo posible' el sistema migratorio.

'No es una cuestión de si sucederá, sino de cuándo', dijo el mandatario que aseguró que será entre las elecciones de noviembre y finales de año.

Más presión

Obama dijo que el Congreso ha 'fallado' en su responsabilidad de legislar para resolver la situación de los más de 11 millones de millones de indocumentados que viven en el país y subrayó que para que cualquier acción sea duradera tiene que contar con apoyos.

En este sentido se comprometió a explicar en las próximas semanas antes de las elecciones legislativas del 4 de noviembre por qué la reforma migratoria 'es buena para la economía y para todos', al tiempo que pidió a la comunidad hispana que vaya a las urnas.

Por eso 'les voy a necesitar. Voy a necesitar que presionen al Congreso', dijo Obama que aseguró 'sí se puede, si votamos', dijo en sus únicas palabras en español durante el discurso.

Obama pidió así el voto de los líderes hispanos. 'Nada que pueda hacer va a ser tan global o duradero como una ley del Senado' para evitar que el próximo presidente pueda revertir las medidas ejecutivas que tome Obama.

Agua fría

Obama había anunciado su intención de actuar con poderes ejecutivos hasta el fin del verano boreal para paliar la incapacidad del Congreso de aprobar una reforma del sistema migratorio, pero a última hora decidió postergar cualquier decisión sobre una eventual legalización de inmigrantes ilegales.

La decisión cayó como un balde de agua fría entre el fuerte lobby proinmigración y los políticos latinos, que esperaban medidas para detener las deportaciones, un récord desde que inició su gobierno en 2008.

En filas demócratas, el influyente senador cubanoestadounidense Robert Menéndez, uno de los artesanos de la reforma aprobada en el Senado, declaró que estaba 'profundamente decepcionado de que el presidente no haya actuado'.

Pero Obama, que se dirigió por quinta vez al destacado foro hispano -la ocasión se remonta a sus días de candidato presidencial en 2008-, insistió que 'no cederé en esta pelea hasta que se logre' una reforma.

'Pasaré las próximas ocho semanas (...) explicando por qué la inmigración es buena para la economía y para todos', añadió el mandatario.