San Pedro Sula, Honduras.
Pedro Cruz y Juan Pérez cumplieron condenas de cinco y 12 años de prisión, respectivamente, en el Centro Penal Sampedrano.
Quedaron libres al mismo tiempo con un gran reto: ser aceptados por la sociedad y conseguir un trabajo para mantener a sus familias.
Pasaron los meses y ninguno consiguió empleo; en sus relatos hay factores comunes, como la discriminación por sus antecedentes y las dificultades de encontrar un puesto.
Originarios de distintos departamentos, con habilidades grandes para tallar y trabajar la madera, no lograron ubicarse en ningún lado.
Desesperados pero con esperanza llegaron a pedir apoyo a la pastoral penitenciaria.
Tras las rejas conocieron a los encargados de la pastoral, acción organizada y sistemática de la Iglesia Católica en el ámbito penitenciario que comenzó a finales de 1998 en San Pedro Sula. Actualmente hay 24 centros penales en el país con 90% de presencia pastoral.
Como Pedro y Juan, decenas de hondureños salen del penal y no encuentran empleo; todos llegan buscando la pastoral penitenciaria como tabla de salvación. De ese modo han utilizado la creatividad para montar un taller de carpintería que quieren volver autosostenible, pero tienen claro que necesitan ayuda.
Mañana empieza la semana del privado de libertad, en la que quieren llamar la atención de las autoridades y emprender una campaña de sensibilidad con el lema “La reinserción social es responsabilidad de todos” .
“Estamos tratando de que hagan lo que aprendieron adentro y por ello están haciendo ataúdes y camarotes, reparando muebles”, dice Delmi Quintanilla, administradora de la pastoral.
Pero no todo es color de rosa: pese a su destreza y excelente trabajo, la pastoral se enfrenta a un gran problema porque necesitan materia prima como madera, herramientas y fondos para trabajar y dar oportunidad a más personas que salgan del penal.
“Muchos reinciden por falta de oportunidades y por ello queremos pedirle a la sociedad que dé oportunidad de reinserción laboral”, detalló Isis Perdomo, abogada de la pastoral penitenciaria.
En Honduras, la pastoral penitenciaria es la única organización que trabaja en la reinserción social de los privados de libertad.
La coordinadora de la pastoral penitenciaria, Zobeyda Mendoza, dice que están convencidos de que cada uno es gestor de sus propios cambios, pero las oportunidades deben ser para todos.
Mendoza detalla que la pastoral desarrolla en la ciudad, con los privados de libertad, numerosos programas encaminados al desarrollo personal y comunitario y a la mejora de la calidad de vida en la prisión.
El taller de carpintería que la pastoral ha iniciado está funcionando en el corredor de la pastoral penitenciaria, cerca del presidio sampedrano.
Los expresidiarios elaboran ataúdes y han hallado la oportunidad de hacer negocio porque con la ola de violencia en la ciudad tienen mucha demanda.
Los coordinadores de la pastoral piden a las personas que necesitan comprar ataúdes o mandar a hacer algún tipo de muebles o reparar sillas que llamen al teléfono 25578825 para apoyar a los exreclusos. Diez reos ya están en la etapa de preliberación, pero son candidatos a enfrentarse al desempleo y discriminación por la falta de apoyo de diversos sectores.
Pedro Cruz y Juan Pérez cumplieron condenas de cinco y 12 años de prisión, respectivamente, en el Centro Penal Sampedrano.
Quedaron libres al mismo tiempo con un gran reto: ser aceptados por la sociedad y conseguir un trabajo para mantener a sus familias.
Pasaron los meses y ninguno consiguió empleo; en sus relatos hay factores comunes, como la discriminación por sus antecedentes y las dificultades de encontrar un puesto.
Originarios de distintos departamentos, con habilidades grandes para tallar y trabajar la madera, no lograron ubicarse en ningún lado.
Desesperados pero con esperanza llegaron a pedir apoyo a la pastoral penitenciaria.
Tras las rejas conocieron a los encargados de la pastoral, acción organizada y sistemática de la Iglesia Católica en el ámbito penitenciario que comenzó a finales de 1998 en San Pedro Sula. Actualmente hay 24 centros penales en el país con 90% de presencia pastoral.
Como Pedro y Juan, decenas de hondureños salen del penal y no encuentran empleo; todos llegan buscando la pastoral penitenciaria como tabla de salvación. De ese modo han utilizado la creatividad para montar un taller de carpintería que quieren volver autosostenible, pero tienen claro que necesitan ayuda.
Mañana empieza la semana del privado de libertad, en la que quieren llamar la atención de las autoridades y emprender una campaña de sensibilidad con el lema “La reinserción social es responsabilidad de todos” .
“Estamos tratando de que hagan lo que aprendieron adentro y por ello están haciendo ataúdes y camarotes, reparando muebles”, dice Delmi Quintanilla, administradora de la pastoral.
Pero no todo es color de rosa: pese a su destreza y excelente trabajo, la pastoral se enfrenta a un gran problema porque necesitan materia prima como madera, herramientas y fondos para trabajar y dar oportunidad a más personas que salgan del penal.
“Muchos reinciden por falta de oportunidades y por ello queremos pedirle a la sociedad que dé oportunidad de reinserción laboral”, detalló Isis Perdomo, abogada de la pastoral penitenciaria.
En Honduras, la pastoral penitenciaria es la única organización que trabaja en la reinserción social de los privados de libertad.
La coordinadora de la pastoral penitenciaria, Zobeyda Mendoza, dice que están convencidos de que cada uno es gestor de sus propios cambios, pero las oportunidades deben ser para todos.
Mendoza detalla que la pastoral desarrolla en la ciudad, con los privados de libertad, numerosos programas encaminados al desarrollo personal y comunitario y a la mejora de la calidad de vida en la prisión.
El taller de carpintería que la pastoral ha iniciado está funcionando en el corredor de la pastoral penitenciaria, cerca del presidio sampedrano.
Los expresidiarios elaboran ataúdes y han hallado la oportunidad de hacer negocio porque con la ola de violencia en la ciudad tienen mucha demanda.
Los coordinadores de la pastoral piden a las personas que necesitan comprar ataúdes o mandar a hacer algún tipo de muebles o reparar sillas que llamen al teléfono 25578825 para apoyar a los exreclusos. Diez reos ya están en la etapa de preliberación, pero son candidatos a enfrentarse al desempleo y discriminación por la falta de apoyo de diversos sectores.