San Pedro Sula, Honduras.
La casa cural de la Diócesis de San Pedro Sula no ha sido la misma desde que el padre Saturnino Senis, párroco de la catedral, ha disminuido las horas de servicio por su crítico estado de salud.
Cientos de feligreses que conocen la labor del padre Senis han mostrado sus muestras de aprecio y rezan para que mejore su salud. La Diócesis también resiente que tenga que someterse a quimioterapias para combatir el cáncer.
El padre Fernando Ibáñez, ecónomo de la Diócesis, informó que pese a su estado de salud, el padre Satur, como lo llaman de cariño, mantiene el buen humor y el optimismo que lo caracterizan. “Su enfermedad es seria, pero tiene muy buen ánimo. El padre fue operado de un tumor de vejiga. Está recibiendo quimioterapias porque la operación indica posible presencia de cáncer”, lamenta.
Según recomendaciones médicas, Saturnino debe guardar mucho reposo, por lo que ha reducido las horas de labor en la casa cural que dirige hace 16 años y con la que apoya a cientos de sampedranos de escasos recursos con ayuda monetaria, medicinas, canastas de alimentos básicos, útiles escolares y hasta préstamos para viviendas, entre otras ayudas. “Ahora lleva un ritmo distinto. Cuanto mucho atiende una hora por la mañana y otra hora por la tarde. Cuando nos descuidamos trabaja más de una hora”, cuenta Ibáñez.
No desmaya
Pese a su enfermedad, el padre Saturnino no ha dejado de celebrar las misas diarias a las 6:00 am.
Aunque su familia de sangre reside en España, de donde es originario, no le falta el amor de todos los feligreses que lo conocen, además de los desfavorecidos que deambulan por las aceras de los alrededores de la catedral.
Sus 78 años no han sido impedimento para que lleve una vida muy activa con el objetivo de extender la mano a los más pobres y darles una mejor calidad de vida.
“En las celebraciones de la parroquia y las comunidades del Buen Pastor, que dirijo, todos los días aparece la petición por el padre Satur”, dice.
El ecónomo pide a la feligresía que rece por la pronta mejoría del querido padre Saturnino.
La feligresa Marta de Jesús Centeno conoce desde hace ocho años al padre Saturnino y recuerda cómo le ha ayudado cuando ha atravesado situaciones complicadas.
“Me ayudó con la renta del cuarto que no podía pagar y me daba la leche para mi bebé. Yo pasaba por un momento difícil. Él ha sido un buen sacerdote. Con la fe de Dios se va a sanar. Pediré para que así sea”, manifestó Centeno.
La casa cural de la Diócesis de San Pedro Sula no ha sido la misma desde que el padre Saturnino Senis, párroco de la catedral, ha disminuido las horas de servicio por su crítico estado de salud.
Cientos de feligreses que conocen la labor del padre Senis han mostrado sus muestras de aprecio y rezan para que mejore su salud. La Diócesis también resiente que tenga que someterse a quimioterapias para combatir el cáncer.
El padre Fernando Ibáñez, ecónomo de la Diócesis, informó que pese a su estado de salud, el padre Satur, como lo llaman de cariño, mantiene el buen humor y el optimismo que lo caracterizan. “Su enfermedad es seria, pero tiene muy buen ánimo. El padre fue operado de un tumor de vejiga. Está recibiendo quimioterapias porque la operación indica posible presencia de cáncer”, lamenta.
Según recomendaciones médicas, Saturnino debe guardar mucho reposo, por lo que ha reducido las horas de labor en la casa cural que dirige hace 16 años y con la que apoya a cientos de sampedranos de escasos recursos con ayuda monetaria, medicinas, canastas de alimentos básicos, útiles escolares y hasta préstamos para viviendas, entre otras ayudas. “Ahora lleva un ritmo distinto. Cuanto mucho atiende una hora por la mañana y otra hora por la tarde. Cuando nos descuidamos trabaja más de una hora”, cuenta Ibáñez.
No desmaya
Pese a su enfermedad, el padre Saturnino no ha dejado de celebrar las misas diarias a las 6:00 am.
Aunque su familia de sangre reside en España, de donde es originario, no le falta el amor de todos los feligreses que lo conocen, además de los desfavorecidos que deambulan por las aceras de los alrededores de la catedral.
Sus 78 años no han sido impedimento para que lleve una vida muy activa con el objetivo de extender la mano a los más pobres y darles una mejor calidad de vida.
“En las celebraciones de la parroquia y las comunidades del Buen Pastor, que dirijo, todos los días aparece la petición por el padre Satur”, dice.
El ecónomo pide a la feligresía que rece por la pronta mejoría del querido padre Saturnino.
La feligresa Marta de Jesús Centeno conoce desde hace ocho años al padre Saturnino y recuerda cómo le ha ayudado cuando ha atravesado situaciones complicadas.
“Me ayudó con la renta del cuarto que no podía pagar y me daba la leche para mi bebé. Yo pasaba por un momento difícil. Él ha sido un buen sacerdote. Con la fe de Dios se va a sanar. Pediré para que así sea”, manifestó Centeno.