San Pedro Sula, Honduras.
De tres a cuatro pacientes ingresan mensualmente al hospital Mario Catarino Rivas y se quedan en calidad de abandonados.
El centro hospitalario, además de atender las dolencias de los pacientes, se encarga de darles alojamiento porque los familiares no regresan por ellos.
La mayoría de los casos han sido ingresados por la Policía Nacional o las ambulancias de la Cruz Roja luego de haber sido encontrados golpeados en las calles. Según Rosa Ángela Flores, trabajadora social del Mario Rivas, la situación se torna más complicada para ellos porque en las áreas psiquiátricas solo los reciben por algún tiempo para luego darles de alta con previa asignación del tratamiento a seguir en casa, siempre bajo el cuidado de los familiares.
Flores indicó que el último paciente que no portaba documentos entró el 4 de agosto. Fue encontrado en el barrio Medina.
A comienzos de este mes se ubicó a otros dos enfermos en un albergue en Tegucigalpa.
Aunque este tipo de casos representan un problema más para el centro de asistencia, no se les niega la atención.
En este sentido, las trabajadoras sociales se ven en la necesidad de buscarles albergues porque al final no hay nadie que responda por ellos.
Sin embargo, algunos pacientes no pueden ser hospedados en ningún lado, en vista de que presentan algún trastorno de tipo psiquiátrico u otro padecimiento que implica demasiada responsabilidad.
De tres a cuatro pacientes ingresan mensualmente al hospital Mario Catarino Rivas y se quedan en calidad de abandonados.
El centro hospitalario, además de atender las dolencias de los pacientes, se encarga de darles alojamiento porque los familiares no regresan por ellos.
La mayoría de los casos han sido ingresados por la Policía Nacional o las ambulancias de la Cruz Roja luego de haber sido encontrados golpeados en las calles. Según Rosa Ángela Flores, trabajadora social del Mario Rivas, la situación se torna más complicada para ellos porque en las áreas psiquiátricas solo los reciben por algún tiempo para luego darles de alta con previa asignación del tratamiento a seguir en casa, siempre bajo el cuidado de los familiares.
Flores indicó que el último paciente que no portaba documentos entró el 4 de agosto. Fue encontrado en el barrio Medina.
A comienzos de este mes se ubicó a otros dos enfermos en un albergue en Tegucigalpa.
Aunque este tipo de casos representan un problema más para el centro de asistencia, no se les niega la atención.
En este sentido, las trabajadoras sociales se ven en la necesidad de buscarles albergues porque al final no hay nadie que responda por ellos.
Sin embargo, algunos pacientes no pueden ser hospedados en ningún lado, en vista de que presentan algún trastorno de tipo psiquiátrico u otro padecimiento que implica demasiada responsabilidad.