San Pedro Sula, Honduras.
El Gobierno de Japón destina desde hace seis años 210 millones de lempiras anuales a Honduras, de los cuales más de 800 mil dólares se han invertido en San Pedro Sula para distintas obras.
El embajador de Japón, Kenji Okada, se reunió ayer en esta ciudad con varios alcaldes del Valle de Sula y lamentó que los índices de inseguridad no permitan a empresas de su país invertir en Honduras.
Agregó que quieren trabajar bajo el esquema del programa de asistencia a comunidades que les permitirá un trato más directo con los alcaldes de las regiones que deseamos ayudar sin tener al Gobierno como intermediario.
En la capital industrial la cooperación japonesa se ha involucrado en financiar y supervisar proyectos de educación, infraestructura social, salud, ambiente y prevención de desastres, naturales considerados prioridad por la alcaldía.
Walter Perdomo, presidente de la Zona Metropolitana del Valle de Sula, manifestó la importancia del acercamiento entre la Embajada de Japón y las alcaldías.
“Esta es una gran oportunidad para que todos los municipios que conforman el Valle de Sula podamos recibir ayuda extranjera, que es tan importante para suplir nuestras necesidades, y qué mejor que con Japón que tiene años siendo un gran aliado para el país”.
Seguridad
Arturo Castro, alcalde de San Manuel, cuestionó el porqué en su municipio no han podido incrementar la ayuda, a lo que Okada contestó que la inseguridad de algunos lugares es el mayor problema. No pueden exponer a sus supervisores a la delincuencia.
“La inseguridad es mi dolor de cabeza desde que estoy ejerciendo mi labor aquí. Pido enfáticamente al Gobierno reducir los índices de criminalidad para poder traer grandes compañías japonesas a invertir a Honduras, que actualmente tienen prohibido llegar al territorio nacional por los altos índices de homicidios que se conocen en el extranjero”, puntualizó.
Los alcaldes unificaron su deseo de reforzar la seguridad de los supervisores de las obras realizadas por los japoneses para que los municipios puedan tener la ayuda que necesitan; pero el diplomático dijo que debía hablar con el Gobierno de su país porque no llegar a lugares donde se ponga en peligro su vida es una ordenanza gubernamental.
Según los jefes edilicios, las prioridades para la Zona Metropolitana son gestión ambiental, agua y saneamiento, generación de energía renovable, salud, educación y gestión de riesgos.
El Gobierno de Japón destina desde hace seis años 210 millones de lempiras anuales a Honduras, de los cuales más de 800 mil dólares se han invertido en San Pedro Sula para distintas obras.
El embajador de Japón, Kenji Okada, se reunió ayer en esta ciudad con varios alcaldes del Valle de Sula y lamentó que los índices de inseguridad no permitan a empresas de su país invertir en Honduras.
Agregó que quieren trabajar bajo el esquema del programa de asistencia a comunidades que les permitirá un trato más directo con los alcaldes de las regiones que deseamos ayudar sin tener al Gobierno como intermediario.
En la capital industrial la cooperación japonesa se ha involucrado en financiar y supervisar proyectos de educación, infraestructura social, salud, ambiente y prevención de desastres, naturales considerados prioridad por la alcaldía.
Walter Perdomo, presidente de la Zona Metropolitana del Valle de Sula, manifestó la importancia del acercamiento entre la Embajada de Japón y las alcaldías.
“Esta es una gran oportunidad para que todos los municipios que conforman el Valle de Sula podamos recibir ayuda extranjera, que es tan importante para suplir nuestras necesidades, y qué mejor que con Japón que tiene años siendo un gran aliado para el país”.
Seguridad
Arturo Castro, alcalde de San Manuel, cuestionó el porqué en su municipio no han podido incrementar la ayuda, a lo que Okada contestó que la inseguridad de algunos lugares es el mayor problema. No pueden exponer a sus supervisores a la delincuencia.
“La inseguridad es mi dolor de cabeza desde que estoy ejerciendo mi labor aquí. Pido enfáticamente al Gobierno reducir los índices de criminalidad para poder traer grandes compañías japonesas a invertir a Honduras, que actualmente tienen prohibido llegar al territorio nacional por los altos índices de homicidios que se conocen en el extranjero”, puntualizó.
Los alcaldes unificaron su deseo de reforzar la seguridad de los supervisores de las obras realizadas por los japoneses para que los municipios puedan tener la ayuda que necesitan; pero el diplomático dijo que debía hablar con el Gobierno de su país porque no llegar a lugares donde se ponga en peligro su vida es una ordenanza gubernamental.
Según los jefes edilicios, las prioridades para la Zona Metropolitana son gestión ambiental, agua y saneamiento, generación de energía renovable, salud, educación y gestión de riesgos.