Con el objetivo de evitar una fuerte crisis del recurso hídrico en San Pedro Sula, Aguas de San Pedro prohibió la construcción de urbanizaciones en 45 manzanas del acuífero de Sunseri.
Un estudio realizado por Aguas de San Pedro y aprobado por la Corporación Municipal determinó el estado actual del acuífero de Sunseri y las posibilidades de desarrollo en las más de 680 manzanas de tierra que forman parte del campo abastecedor.
El área de este acuífero, con cuatro pozos que actualmente son explotados por la concesionaria, representan la segunda fuente hídrica de abastecimiento de la ciudad. Esta zona, activa desde hace unos 20 años, suministra 200 litros de agua por segundo a más de 100 mil pobladores del sector Los Cármenes.
El estudio geológico detalla que el sistema de Sunseri junto al de Chamelecón representan una reserva hídrica tan importante que en casos ligados a la contaminación de una de estas fuentes, San Pedro Sula correría el riesgo de sufrir una fuerte crisis por falta de agua, por ello es importante definir la vulnerabilidad de las áreas limítrofes al campo de pozos.
Después de una serie de pruebas llevadas acabo en el transcurso de un año y medio, la concesionaria concluyó que la zona número cinco, conformada por 45 manzanas, será una área de reserva de los pozos de Sunseri, por lo que no puede ser urbanizada.
El informe también explica que la zona número cuatro, ubicada muy cerca del puente del segundo anillo, será urbanizable, pero con medidas estrictas de construcción, determinando primordialmente que los lotes deberán ser mayores de 800 metros cuadrados y las construcciones menores de 400.
Además, se estipulan dos áreas de reserva para los pozos ubicados en terrenos de 8.2 manzanas cada uno, haciendo un total de unas 61 manzanas que son zonas no edificables.
Verónica Pascua, gerente técnica de Aguas de San Pedro, explicó que durante el estudio se dieron cuenta que habían dos tipos de acuífero, uno superficial y otro profundo, existiendo el riesgo de que haya contaminación del acuífero superficial con el acuífero subterráneo, que es el explotado por la concesionaria. “Se puede dar la contaminación si se realiza algún tipo de construcción que haga perforaciones profundas y que atraviesen los dos acuíferos”, declaró.
Pascua señaló que del estudio se desprendió la elaboración del reglamento para el desarrollo del acuífero, donde participó la dirección de Urbanismo, Medio Ambiente y los propietarios de los terrenos del acuífero. “En el reglamento quedó establecido qué tipo de actividades se pueden desarrollar y la profundidad con que se puede perforar. Allí no se puede permitir la construcción de sótanos o torres grandes, porque la profundidad debe ser de un máximo de siete metros”, indicó.
El reglamento aún no ha sido aprobado por la Corporación Municipal, pero entre las determinaciones más importantes están que el 15% del área que les corresponde entregar a cada propietario para uso público será destinado a la construcción de pozos para extracción de agua potable y para obras complementarias del segundo anillo de circunvalación.
Además, se podrán construir establecimientos destinados a la prestación de servicios a la población en un área de 200 metros cuadrados por lote.
La gerente detalló que donde se desarrollarían unos pozos para abastecer la residencial Santa Isabel y la colonia Santa Martha había un grado de contaminación, por lo que se descartó la perforación. En San Pedro Sula se explotan 83 pozos de agua.
Hasta la entrega de la concesión la ciudad contaba con 60 pozos. En 13 años Aguas de San Pedro ha construido 23 y ha mejorado los ya existentes.
Desarrollo de la ciudad
Osmín Bautista, experto en construcción, manifestó que en el 2003 cuando ostentaba el cargo de vicealcalde, la administración comenzaba a recibir la solicitud de más de 20 propietarios de los terrenos de esa zona. Ellos manifestaron que cada uno cedería parte de su propiedad para crear el área municipal de aproximadamente 80 manzanas donde entra el área de reserva de 45 manzanas.
“Los dueños de esos predios se sentían machucados por la Municipalidad, ya que no les permiten hacer ninguna obra en esas zonas y les están cobrando los impuestos por los bienes inmuebles. Por otro lado está la permanente amenaza de invasiones de personas que viven en los bordos”, aseveró.
Bautista añadió que la ubicación de estos terrenos es propicia para grandes construcciones, ya sea en el área comercial o residencial, las cuales vendrían a dinamizar la economía de la ciudad. “Toda inversión que se haga en la ciudad es generadora de empleo y es una posibilidad de la Municipalidad para cobrar sus impuestos sobre una tierra que está utilizada y hacer más obras”, puntualizó.