San Pedro Sula, Honduras.
En los portones de entrada y salida, en los pasillos, áreas administrativas y todas las salas se instalaron alrededor de 90 elementos de la Policía Militar, quienes por orden presidencial tomaron ayer posesión del hospital Mario Rivas.
Las medidas de seguridad inician desde el portón de ingreso, donde los vehículos son detenidos y las personas que ingresan deben presentar su respectiva documentación.
Sin embargo, pese a la intención de mejorar la seguridad en la sala, las dificultades ya iniciaron.
Los militares prohibieron el ingreso a un grupo de familiares de pacientes que necesitaban dejar medicamentos a sus familiares internos.
Las autoridades a cargo de este contingente militar explicaron que están apoyando las investigaciones de la comisión interventora que fue juramentada ayer por la titular de Salud.
“Vamos a tener el personal necesario para garantizar la seguridad del hospital, las actividades del personal administrativo y la junta interventora”, expresó German Alfaro, jefe de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina).
Dijo que la primera misión es proporcionar la seguridad física en las instalaciones del sanatorio. Sin embargo, estarán involucrados en las investigaciones que haga la comisión interventora.
“Estaremos en el área de Recursos Humanos, administrativa, almacenes y bodegas para tener un informe”, explicó el coronel.
Acceso restringido
Los militares ya giraron las primeras instrucciones. Todo empleado debe portar su carné visible para ingresar al centro asistencial. En cuanto a los familiares de los pacientes, solo podrán ingresar en las horas de visitas ya establecidas.
El acceso a los medios de comunicación también será restringido. Aunque las autoridades de Salud anunciaron que se podrá ingresar tras una acreditación con fotografía y portando un carné, personal que labora en el interior del sanatorio informó que no se permitirá el acceso a la prensa.
Ayer, en horas de la tarde, previo a la conferencia de prensa, militares advirtieron a dos periodistas que si ingresaban al área administrativa les colocarían “las chachas”. Sobre este suceso, el teniente coronel Saúl Carrillo, de la 105 Brigada de Infantería, expresó que orientarían a los militares para que traten con cortesía a los enfermos y las personas que lleguen al centro asistencial.
“Yo di la instrucción que la Policía Militar se tomara el centro hospitalario Mario Rivas obviamente con el respeto a los pacientes y a los trabajadores, ya que no se podía seguir permitiendo grandes abusos”, expresó el presidente del país Juan Orlando Hernández en una entrevista en la capital del país.
Wilfredo Castellanos, comisionado regional de los Derechos Humanos, se presentó ayer al centro asistencial e informó que investigarán varias denuncias sobre el trato que reciben los pacientes.
“Hemos hecho las observaciones para que el Estado y la Secretaría de Salud provea por lo menos el cuadro básico y los aparatos que se necesitan para que las personas no gasten de su bolsa”.
En los portones de entrada y salida, en los pasillos, áreas administrativas y todas las salas se instalaron alrededor de 90 elementos de la Policía Militar, quienes por orden presidencial tomaron ayer posesión del hospital Mario Rivas.
Las medidas de seguridad inician desde el portón de ingreso, donde los vehículos son detenidos y las personas que ingresan deben presentar su respectiva documentación.
Sin embargo, pese a la intención de mejorar la seguridad en la sala, las dificultades ya iniciaron.
Los militares prohibieron el ingreso a un grupo de familiares de pacientes que necesitaban dejar medicamentos a sus familiares internos.
Las autoridades a cargo de este contingente militar explicaron que están apoyando las investigaciones de la comisión interventora que fue juramentada ayer por la titular de Salud.
“Vamos a tener el personal necesario para garantizar la seguridad del hospital, las actividades del personal administrativo y la junta interventora”, expresó German Alfaro, jefe de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina).
Dijo que la primera misión es proporcionar la seguridad física en las instalaciones del sanatorio. Sin embargo, estarán involucrados en las investigaciones que haga la comisión interventora.
“Estaremos en el área de Recursos Humanos, administrativa, almacenes y bodegas para tener un informe”, explicó el coronel.
Acceso restringido
Los militares ya giraron las primeras instrucciones. Todo empleado debe portar su carné visible para ingresar al centro asistencial. En cuanto a los familiares de los pacientes, solo podrán ingresar en las horas de visitas ya establecidas.
El acceso a los medios de comunicación también será restringido. Aunque las autoridades de Salud anunciaron que se podrá ingresar tras una acreditación con fotografía y portando un carné, personal que labora en el interior del sanatorio informó que no se permitirá el acceso a la prensa.
Ayer, en horas de la tarde, previo a la conferencia de prensa, militares advirtieron a dos periodistas que si ingresaban al área administrativa les colocarían “las chachas”. Sobre este suceso, el teniente coronel Saúl Carrillo, de la 105 Brigada de Infantería, expresó que orientarían a los militares para que traten con cortesía a los enfermos y las personas que lleguen al centro asistencial.
“Yo di la instrucción que la Policía Militar se tomara el centro hospitalario Mario Rivas obviamente con el respeto a los pacientes y a los trabajadores, ya que no se podía seguir permitiendo grandes abusos”, expresó el presidente del país Juan Orlando Hernández en una entrevista en la capital del país.
Wilfredo Castellanos, comisionado regional de los Derechos Humanos, se presentó ayer al centro asistencial e informó que investigarán varias denuncias sobre el trato que reciben los pacientes.
“Hemos hecho las observaciones para que el Estado y la Secretaría de Salud provea por lo menos el cuadro básico y los aparatos que se necesitan para que las personas no gasten de su bolsa”.