San Pedro Sula, Honduras.
El hospital Mario Rivas atiende cerca de 9,000 emergencias y 1,300 cirugías al mes, y el Enrique Aguilar Cerrato de Intibucá un poco más de 1,800 y 250 respectivamente.
Pese a que son dos dimensiones diferentes, la Secretaría de Salud los comparó. El primero ha sido calificado como el peor sanatorio del país y el segundo como el mejor.
Los 27 hospitales estatales de Honduras fueron sometidos a una evaluación en la que el Rivas, siendo el principal hospital de la Secretaría de Salud (pues el Hospital Escuela de Tegucigalpa pasó a ser administrado por la Unah), salió con la peor parte.
Las autoridades de Salud no han revelado el método que utilizaron para medir la calificación otorgada a cada centro.
El análisis fue revelado por la titular de Salud, Yolany Batres, quien fungió como viceministra en la administración de Porfirio Lobo Sosa.
La ministra dijo que las conclusiones finales sobre calidad de servicio que prestan los centros asistenciales se desprenden de un informe interno trimestral. “El monitoreo nos revela la situación de cada hospital. Después del Catarino todos los demás caen en un nivel intermedio, hablamos de los regionales como el de Occidente, Comayagua, Choluteca y Atlántida”, puntualizó Batres.
Salud no los abastece
Lo paradógico de la evaluación es que la misma institución que los califica como buenos o malos, es la responsable de darle a los hospitales todo lo que necesitan para que den respuesta a los enfermos.
En el caso del Mario Rivas, ubicado en Pedro Sula, el informe establece que cuenta con un abastecimiento de medicamentos de un 40%, mientras en material quirúrgico solo llega al 20%. El Enrique Aguilar Cerrato, en La Esperanza, alcanza un abastecimiento del 85% y 50%.
Debido al desabastecimiento todo el primer trimestre de 2014, en el Mario Rivas compraron medicinas con fondos propios.
En las últimas dos semanas los médicos y enfermeras han realizado plantones exigiendo respuesta a la crisis. También los guardias de seguridad se han ido a paro en reiteradas ocasiones exigiendo el pago de sus salarios.
Ledy Brizzio, directora del Mario Rivas, indicó que una de las debilidades del hospital es la centralización. “Dependemos del abastecimiento a nivel central. No tenemos medicinas ni en el almacén porque cuando nos mandan son distribuidos inmediatamente en las salas”.
Brizzio refirió que el Mario Rivas se construyó para una población de 400 mil habitantes.
Actualmente la cobertura es de tres millones de hondureños. La cobertura del Enrique Aguilar Cerrato no supera los 300 mil ciudadanos.
“El incremento de la demanda es enorme. Las referencias han aumentado y el presupuesto no se incrementa. El hospital necesita mucho apoyo para brindar una mejor respuesta a la población”, lamentó Brizzio.
Pero aunque el sanatorio lleva varios años sumido en crisis, las autoridades aseguran que es prioridad. “El Catarino Rivas es nuestra prioridad en cuanto a hospitales”, ha referido la ministra de Salud.
Médicos que laboran en el centro asistencial se pronunciaron en desacuerdo con el informe de la Secretaría de Salud.
“Para que la Secretaría exija resultados debe primero suplir las deficiencias. Aquí hay personal capacitado, especialistas que se han preparado en el extranjero y que tienen los conocimientos, pero no las herramientas para trabajar”, señaló un médico que prefirió omitir su nombre.
Un pequeño modelo
Las cifras de atenciones del hospital Enrique Aguilar Cerrato no se pueden comparar a las del Mario Rivas, pero lo que sí resalta en el primero es la buena atención al paciente, la limpieza y seguridad. Este centro asistencial brinda consulta externa, emergencia y hospitalización.
Mientras en las emergencias del Mario Rivas se da asistencia a unos 400 pacientes al día, el Aguillar Cerrato solo tiene capacidad para 80. Domingo Amador, quien lleva 20 años fungiendo como director del sanatorio de La Esperanza, señaló que como hospital de área ofrecen las cuatro especialidades básicas como pediatría, ginecobstetricia, cirugía general y medicina interna.
“Referimos alrededor del 4% de las atenciones al Hospital Escuela porque no tenemos subespecialidades”, indicó Amador.
El éxito de este sanatorio es atribuido al apoyo de organizaciones y del mismo personal.
En el área de puerperio cada habitación tiene su propio sanitario construidos por el comité de apoyo.
Amador informó que el 85% de las atenciones que ofrecen son materno infantil. Por otro lado cuentan con un edificio denominado Hogar Materno, ahí acogen a las mujeres que están por dar a luz.
“Con este proyecto hemos logrado salvar muchas vidas. Las mujeres vienen desde comunidades lejanas y les damos estadía aquí dos semanas antes de que den a luz, así no se ponen en riesgo y se monitorean a diario”.
La misma titular de Salud admite que los logros alcanzados por el sanatorio son por sus propios esfuerzos.
“Hay un comité de apoyo involucrado. Es agradable ver el orden y aseo en este hospital, por lo que es el mejor centro asistencial que mayor puntuación saca en el monitoreo”, agregó la ministra Batres, señalando que el trabajo de este hospital se debe a la complicidad con la que se desarrolla la dirección y la comunidad.
Cambios en la red
Tras este informe las autoridades de Salud anunciaron que vienen cambios en la red. “Se necesita un abordaje integral para sensibilizar tanto a los empleados como a la población en general. Es un reto el que tenemos”, aseguró Batres.
Refirió que hay muchos hospitales que tienen más de 100 años de creación.
“Los cambios en la red hospitalaria no son de la noche a la mañana, necesitamos que la población camine con nosotros. Hay que invertir mucho. Los hospitales se han ido ampliando, pero no con un plan estructurado”, manifestó la Secretaría de Salud.
Anunció que la prioridad de esta administración es desarrollar la red primaria para que los grandes hospitales no se congestionen.
“Lo más fácil sería comprar medicamentos, aunque lleva un costo, pero la gente cree que este es el principal problema en un hospital. En el caso del Rivas la situación es crítica, muy crítica, esta en una emergencia si lo hablamos en términos médicos, el abordaje tiene que ser integral”.
Fuga de medicinas
Sobre el desabastecimiento en el Mario Rivas la ministra dijo que “en las dos últimas semanas le hemos mandado más de cinco millones de lempiras en medicamentos desde aquí del nivel central, además, le autorizamos al gerente administrativo y a la directora, el 10% de su presupuesto para que lo agilice en los medicamentos de suma urgencia que le puedan salvar la vida de un paciente” .
Sin embargo, Batres afirmó que dentro del hospital hay fuga de medicamentos que se tiene que controlar, aunque desde la Secretaría se tiene registrado lo que se manda.
“Si vamos ahora y comparamos lo que mandamos, veremos lo que tenemos. Hay que documentar a quién se le dio y por qué se le dio. No estoy diciendo que esto sea la respuesta porque el problema del Catarino no solo son los medicamentos sino la infraestructura, organización, gobernabilidad, es tomar el control”, indicó.
El hospital Mario Rivas atiende cerca de 9,000 emergencias y 1,300 cirugías al mes, y el Enrique Aguilar Cerrato de Intibucá un poco más de 1,800 y 250 respectivamente.
Pese a que son dos dimensiones diferentes, la Secretaría de Salud los comparó. El primero ha sido calificado como el peor sanatorio del país y el segundo como el mejor.
Los 27 hospitales estatales de Honduras fueron sometidos a una evaluación en la que el Rivas, siendo el principal hospital de la Secretaría de Salud (pues el Hospital Escuela de Tegucigalpa pasó a ser administrado por la Unah), salió con la peor parte.
Las autoridades de Salud no han revelado el método que utilizaron para medir la calificación otorgada a cada centro.
El análisis fue revelado por la titular de Salud, Yolany Batres, quien fungió como viceministra en la administración de Porfirio Lobo Sosa.
La ministra dijo que las conclusiones finales sobre calidad de servicio que prestan los centros asistenciales se desprenden de un informe interno trimestral. “El monitoreo nos revela la situación de cada hospital. Después del Catarino todos los demás caen en un nivel intermedio, hablamos de los regionales como el de Occidente, Comayagua, Choluteca y Atlántida”, puntualizó Batres.
Salud no los abastece
Lo paradógico de la evaluación es que la misma institución que los califica como buenos o malos, es la responsable de darle a los hospitales todo lo que necesitan para que den respuesta a los enfermos.
En el caso del Mario Rivas, ubicado en Pedro Sula, el informe establece que cuenta con un abastecimiento de medicamentos de un 40%, mientras en material quirúrgico solo llega al 20%. El Enrique Aguilar Cerrato, en La Esperanza, alcanza un abastecimiento del 85% y 50%.
Debido al desabastecimiento todo el primer trimestre de 2014, en el Mario Rivas compraron medicinas con fondos propios.
En las últimas dos semanas los médicos y enfermeras han realizado plantones exigiendo respuesta a la crisis. También los guardias de seguridad se han ido a paro en reiteradas ocasiones exigiendo el pago de sus salarios.
Ledy Brizzio, directora del Mario Rivas, indicó que una de las debilidades del hospital es la centralización. “Dependemos del abastecimiento a nivel central. No tenemos medicinas ni en el almacén porque cuando nos mandan son distribuidos inmediatamente en las salas”.
Brizzio refirió que el Mario Rivas se construyó para una población de 400 mil habitantes.
Actualmente la cobertura es de tres millones de hondureños. La cobertura del Enrique Aguilar Cerrato no supera los 300 mil ciudadanos.
“El incremento de la demanda es enorme. Las referencias han aumentado y el presupuesto no se incrementa. El hospital necesita mucho apoyo para brindar una mejor respuesta a la población”, lamentó Brizzio.
Pero aunque el sanatorio lleva varios años sumido en crisis, las autoridades aseguran que es prioridad. “El Catarino Rivas es nuestra prioridad en cuanto a hospitales”, ha referido la ministra de Salud.
Médicos que laboran en el centro asistencial se pronunciaron en desacuerdo con el informe de la Secretaría de Salud.
“Para que la Secretaría exija resultados debe primero suplir las deficiencias. Aquí hay personal capacitado, especialistas que se han preparado en el extranjero y que tienen los conocimientos, pero no las herramientas para trabajar”, señaló un médico que prefirió omitir su nombre.
Un pequeño modelo
Las cifras de atenciones del hospital Enrique Aguilar Cerrato no se pueden comparar a las del Mario Rivas, pero lo que sí resalta en el primero es la buena atención al paciente, la limpieza y seguridad. Este centro asistencial brinda consulta externa, emergencia y hospitalización.
Mientras en las emergencias del Mario Rivas se da asistencia a unos 400 pacientes al día, el Aguillar Cerrato solo tiene capacidad para 80. Domingo Amador, quien lleva 20 años fungiendo como director del sanatorio de La Esperanza, señaló que como hospital de área ofrecen las cuatro especialidades básicas como pediatría, ginecobstetricia, cirugía general y medicina interna.
“Referimos alrededor del 4% de las atenciones al Hospital Escuela porque no tenemos subespecialidades”, indicó Amador.
El éxito de este sanatorio es atribuido al apoyo de organizaciones y del mismo personal.
En el área de puerperio cada habitación tiene su propio sanitario construidos por el comité de apoyo.
Amador informó que el 85% de las atenciones que ofrecen son materno infantil. Por otro lado cuentan con un edificio denominado Hogar Materno, ahí acogen a las mujeres que están por dar a luz.
“Con este proyecto hemos logrado salvar muchas vidas. Las mujeres vienen desde comunidades lejanas y les damos estadía aquí dos semanas antes de que den a luz, así no se ponen en riesgo y se monitorean a diario”.
La misma titular de Salud admite que los logros alcanzados por el sanatorio son por sus propios esfuerzos.
“Hay un comité de apoyo involucrado. Es agradable ver el orden y aseo en este hospital, por lo que es el mejor centro asistencial que mayor puntuación saca en el monitoreo”, agregó la ministra Batres, señalando que el trabajo de este hospital se debe a la complicidad con la que se desarrolla la dirección y la comunidad.
Cambios en la red
Tras este informe las autoridades de Salud anunciaron que vienen cambios en la red. “Se necesita un abordaje integral para sensibilizar tanto a los empleados como a la población en general. Es un reto el que tenemos”, aseguró Batres.
Refirió que hay muchos hospitales que tienen más de 100 años de creación.
“Los cambios en la red hospitalaria no son de la noche a la mañana, necesitamos que la población camine con nosotros. Hay que invertir mucho. Los hospitales se han ido ampliando, pero no con un plan estructurado”, manifestó la Secretaría de Salud.
Anunció que la prioridad de esta administración es desarrollar la red primaria para que los grandes hospitales no se congestionen.
“Lo más fácil sería comprar medicamentos, aunque lleva un costo, pero la gente cree que este es el principal problema en un hospital. En el caso del Rivas la situación es crítica, muy crítica, esta en una emergencia si lo hablamos en términos médicos, el abordaje tiene que ser integral”.
Fuga de medicinas
Sobre el desabastecimiento en el Mario Rivas la ministra dijo que “en las dos últimas semanas le hemos mandado más de cinco millones de lempiras en medicamentos desde aquí del nivel central, además, le autorizamos al gerente administrativo y a la directora, el 10% de su presupuesto para que lo agilice en los medicamentos de suma urgencia que le puedan salvar la vida de un paciente” .
Sin embargo, Batres afirmó que dentro del hospital hay fuga de medicamentos que se tiene que controlar, aunque desde la Secretaría se tiene registrado lo que se manda.
“Si vamos ahora y comparamos lo que mandamos, veremos lo que tenemos. Hay que documentar a quién se le dio y por qué se le dio. No estoy diciendo que esto sea la respuesta porque el problema del Catarino no solo son los medicamentos sino la infraestructura, organización, gobernabilidad, es tomar el control”, indicó.