Rafael Arita, gerente de la represa hidroeléctrica Francisco Morazán, manifestó anoche que están en alerta por los rmantenimiento a las fisuras.
“Estamos en alerta porque estamos monitoreando con Copeco, pues ya las fisuras tienen alrededor de nueve años. Pasó el gobierno del expresidente Zelaya y quisieron hacer lo mismo y ahora llevamos dos años de este y nos queda poco tiempo porque este problema avanza y no debemos seguir esperando, tenemos que entrarle ya a como dé lugar”, alertó.
El costo de las reparaciones asciende a unos 400 millones de lempiras, pero Arita cree que los trabajos llevarán algún tiempo.
“Las fisuras no se repararán en un año ni en un mes; en tres o cuatro años, según lo que vayamos descubriendo en la roca, pero digo que lo importante es que entremos a trabajar en esto y no sigamos con más estudios”.
Depresión central
La Comisión Permanente de Contingencias, Copeco, localizó el epicentro del sismo de ayer a 27 kilómetros de El Cajón y alcanzó 4.6 grados en la escala de Richter. Según la Enee, el movimiento no fue suficiente para que las grietas que presentan las cortinas se profundizarán aún más.
El sismo ocurrió a una profundidad de 14.3 kilómetros. Los puntos de referencia más cerca del epicentro son las siguientes comunidades: 5.22 kilómetros al noreste de Las Lajas, 6.79 kilómetros al sureste de Soledad, 38.2 kilómetros al noroeste de Siguatepeque y 22.4 kilómetros al noreste de San José, todas en el departamento de Comayagua; 50.1 kilómetros al sureste de Santa Rita en Yoro.
La réplica ocurrida treinta horas después del que se originó el lunes sobre la línea limítrofe entre Comayagua, Cortés y Yoro es producto de un conjunto de fallas que son parte de la estructura geológica conocida como depresión central, que cruza el país de norte a sur.
Llamados de la Chico
El vicepresidente de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción, Chico, Osmín Bautista, manifestó ayer que le han estado exigiendo al Gobierno que haga la licitación pública internacional para reparar las fisuras en la represa Francisco Morazán, pero las autoridades han hecho caso omiso a su llamado colegiado.
Expuso que, según técnicos de la Enee, cuando la filtración a través de las cavernas en la roca fracturada sean de más de 800 litros por segundo se verán obligados a parar la generación de energía eléctrica porque se inundaría la casa de máquinas, lo que significaría costos enormes de operación para el país al pararse las cuatro turbinas que generan 300 megas.
Bautista agregó que en el caso extremo de que se registrara un sismo de ocho grados en la escala de Ritcher con su epicentro en las profundidades de la represa, más de 5,000 millones de litros cúbicos embalsados empezarían a bajar en una ola destructiva a lo largo de todo el Valle de Sula hasta llegar al mar Caribe.
“Esperemos que esa situación nunca se dé y que Dios nos siga protegiendo”, aseguró.
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