23/11/2024
05:51 AM

Ambientalistas en contra de reformas

Reforestar y no aumentar la cota 200 piden para proteger El Merendón en el aniversario número 23 del Decreto 46-90.


Los defensores de El Merendón, que se reunieron ayer para celebrar los 23 años desde que se aprobó el Decreto 46-90, dejaron claro su descontento con las reformas que se pretende hacerle a la ley y les piden a las autoridades buscar métodos para reforestar y no aumentar la cota 200.

“Ellos dicen que no la van aumentar, que solo se va a subir en ciertos puntos donde hay población establecida, pero eso no es así. A mí me parece que el Decreto 46-90 ha cumplido, lo que ha faltado es disposición de cuidar la montaña”, declaró el periodista ambientalista Rafael Platero.

Cuestionó la intención de reformar el decreto: “Algo oscuro hay detrás de eso. No sabemos a quién quieren beneficiar”.

Los ambientalistas están pidiendo que, en lugar de hacer la demarcación con mingos, como se pretende, se siembren árboles florales para señalar los límites de la cota. “El
Programa de Administración de Tierras de Honduras (Path) va a gastar 60 millones de lempiras en los mingos para delimitar, pero ese dinero debería invertirse mejor en reforestar”, instó Platero.

Reveló que hay nuevos asentamientos arriba de la cota 200, situación que debe preocupar a los sampedranos.

Emín Abufele, miembro de la junta directiva de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés y ambientalista, lamentó el deterioro de la montaña.

“A uno se le ponen los pelos de punta al sobrevolar El Merendón y ver el desastre que ahí se ha provocado contra la vida y la salud de los hondureños, porque hay mucha deforestación. Es necesario trabajar en función de eso”, señaló el empresario.

César Rubí, miembro del departamento de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (Unah-vs), manifestó que el Decreto 46-90
tiene como fin proteger la reserva, pero no aplicarlo es lo que ha fallado.


“La cota no se ha respetado. Lamentablemente, en el país las leyes se promulgan, pero se quebrantan. Ahora quieren hacer modificaciones, pero eso sería un desastre para San Pedro Sula. Todavía no se valora lo que significa la cordillera para nosotros. Si no hacemos algo, las futuras generaciones nos reclamarán por haber sido indiferentes a este problema”, aseveró.

El catedrático dijo que aceptar la reforma sería antipatriótico. “Lo que hay que hacer es mantener la cota y llevar tecnologías adecuadas a quienes viven ahí”, aseveró.
En El Merendón viven al menos 34 mil personas que hacen presión en el ambiente.