21/11/2024
04:45 AM

Rehabilitación en El Carmen se logra con terapia ocupacional

De 60,000 lempiras mensuales es el presupuesto del centro que atiende a 108 menores en riesgo social de todo el país. Antes ellos imponían sus reglas ahí.

Las fugas, revueltas, drogas, amenazas y peleas parecen ser cosa del pasado en el centro pedagógico El Carmen, en nueve meses el nuevo director de la correccional de menores ha puesto las reglas claras y por primera vez hay control.

El orden que impera permite la convivencia de los 108 menores, ya que algunos son integrantes de maras y han aprendido a convivir en el centro.

Pese a que al inicio la normativa no fue bien recibida, más por los internos que fueron trasladados del centro Renacimiento de Tegucigalpa, quienes se oponían a los cambios y querían imponer su ley, al final terminaron sometiéndose al reglamento.
Terapia ocupacional

Mantener ocupados a los menores y un trabajo de acompañamiento permanente han sido las estrategias que han hecho posible romper el mito de esa realidad terrible a la que se han enfrentado los menores infractores o en riesgo social en centros a cargo del Ihnfa (Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia).

“Desarmamos a los menores, les cancelamos la droga. A veces nos avisan que hay cigarros en un módulo y se ordena de inmediato un operativo y
encontramos un menor que en un papel había metido café, como no hay droga, no tienen opción, buscan alternativas, pero no hay acceso de drogas”, relata el director, quien por razones de seguridad pidió que se omitiera su nombre.

Desde hace tres meses los jóvenes han comenzado a prepararse en diversas áreas: agricultura, avicultura y panadería, lo que les permite a los menores capacitarse y obtener recursos, debido a que el centro solo tiene un presupuesto de 60,000 lempiras mensuales.

“Iniciamos un proyecto de siembra de hortalizas, crianza de conejos, ovejos y gallinas. El proyecto de panadería es otro logro. El Molino Harinero nos ayuda con la materia prima y los instructores. Los muchachos están motivados con la experiencia”, apuntó el director.

La producción que se obtiene de las microempresas sirve para el autoconsumo y venta, que les da los fondos que aseguren la compra de materia prima de los proyectos.

El ingrediente que cambia la cara de El Carmen es la voluntad de todo el personal, que le ha dado un giro a un centro que en el pasado significaba peligro y miedo.