Entre monumentos históricos, asentamientos culturales; escenarios naturales y ecológicos ha sido cimentada la ruta de ocho maravillas que Trujillo ofrecerá a los cruceristas.
Esta ciudad recibirá el próximo 15 de octubre el primer crucero con unos 2,300 pasajeros en la terminal marítima Banana Coast Trujillo, proyecto impulsado por el empresario canadiense Randy Jorgensen. Trujillo ahora estará bajo una mirada internacional y muestra lo que tiene por ofrecer.
1. Casco histórico, un recuerdo del pasado colonial
La imponente catedral San Juan Bautista, la fortaleza de Santa Bárbara y el antiguo cementerio junto a otras casas y edificios conforman el casco histórico de Trujillo. Estos monumentos construidos en la época colonial, actualmente conservan sus amplias paredes, techos elevados y detalles arquitectónicos. Son sus elegantes estilos los que destacan la influencia española, francesa, inglesa y estadounidense. Por su variada arquitectura este lugar es único en Honduras.
2. Guaymoreto: el inicio de una nueva aventura
Este refugio de vida silvestre ofrece un contacto directo con la naturaleza que se puede disfrutar a través de kayaks. Este es un atractivo que por primera vez se ofrecerá así en esta ciudad.
Los senderos por debajo de los bosques de mangles son la gran atracción. Se podrá apreciar una gran variedad de aves y animales en peligro de extinción. También se pueden hacer recorridos en lanchas. En este lugar desovan anualmente unas mil especies de peces.
3. Mar y playa: agua cristalina, arena blanca
Un mar de aguas cristalinas y cálidas con amplias playas de arena blanca que han estado solo a la mirada y los gustos de los locales, ahora trascenderán fronteras y serán el nuevo descanso de los cruceristas. Es la bahía de Trujillo la que ofrece postales impresionantes, la tranquilidad con que se mueven sus aguas son predilectas para la práctica del snorkel. El restaurante Náutico Gastro Bar es el único certificado para recibir cruceristas en este lugar.
4. Cascadas Río Grande: entre lo fresco y lo rural
Las caminatas por senderos en montaña y los balnearios de agua dulce esperan a los visitantes. Este atractivo que se extiende por la margen izquierda del río Grande, ofrece vistas de aves, animales y reptiles. También un restaurante cultural garífuna aguarda para el descanso y la degustación de tabletas, pan de coco, kazabe y la tradicional bebida afrodisíaca: gifitti. En este lugar la etnia garífuna también expone su tradición y la religiosidad popular que la caracteriza.
5. Campo de mar: zoológico y agroturismo
Los parques temáticos son la otra atracción que viene a completar la propuesta turística de este destino. Campo de Mar es el proyecto donde el agroturismo toma sentido, y donde los recorridos a montañas y playas a caballo y moto son una aventura. Un zoológico con animales en peligro de extinción propios de la zona, son las propuestas que se ofrecen fuera de la ciudad. La práctica de deportes en el mar, piscinas y la alta cocina también se pueden disfrutar.
6. Banco de estrellas: un regalo de la bahía
Las estrellas de mar son una de las atracciones que se pueden apreciar en la bahía de Trujillo. Su variedad de colores destacan en las aguas cristalinas de los bancos de arena que hay en medio de esta amplia masa de agua cálida y que es el refugio indicado para estas especies marinas. En este lugar es imperdible la práctica del snorkel para poder ver las estrellas andar en el fondo marino, también se pueden observar plantas marinas que permanecen debajo de agua.
7. Cayo Blanco: un mundo de coral que cautiva
Los arrecifes de coral de Cayo Blanco forman parte del arrecife Mesoamericano, considerado el segundo más grande en el mundo. Este atractivo que se encuentra frente a las costas del municipio de Santa Fe, hasta hace poco empezó a ser promocionado. La variedad de su ecosistema es lo que más ha cautivado a los turistas internacionales que ya lo han visitado. Este banco de coral es único y se encuentra en las costas del departamento de Colón.
8. La Puntilla: un recuerdo de la primera misa
La belleza natural de este lugar dejó extasiado al navegante genovés Cristóbal Colón cuando desembarcó por primera vez en tierras continentales. Aquí se realizó la primera misa en el continente americano. Sus aguas agitadas, y amplias playas que colindan con una gran abundancia de pinos es lo que define la punta de Castilla. El lugar es un encuentro con la historia de aquel 14 de agosto de 1502, cuando también se marcó el inicio de la evangelización de los pueblos aborígenes.