El presidente Juan Orlando Hernández afirmó que las acciones adoptadas por su Gobierno en materia de seguridad y los golpes asestados al crimen organizado han convertido a Honduras “en un terreno hostil” para los narcos y puntualizó que las amenazas a su persona no lo detendrán en su propósito de recuperar la paz y la tranquilidad de los hondureños.
En una amplia entrevista exclusiva concedida al enviado de LA PRENSA a Nueva York, adonde participó en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el jefe de Gobierno habló de la guerra contra el narcotráfico, su propuesta de una fuerza multinacional, el complot contra su vida, la firma con el Fondo Monetario, la corrupción en el Seguro Social e Injupemp y el futuro de las empresas públicas.
Creo que cuando producto del terrorismo de grupos radicales se decapita a personas o periodistas en otras latitudes del mundo y niños o muchas personas mueren, uno se pregunta: ¿Qué diferencia hay entre ese terrorismo o el que genera el crimen organizado en Centroamérica.
Las consecuencias son las mismas, es la pérdida de vidas, es el abuso de la persona humana y en ese sentido, para ser efectivo, tal como los criminales lo son porque tienen un financiamiento extraordinario, tienen una articulación extraordinaria y hacen una planificación impecable, los pueblos y los Estados tenemos también que ser efectivos en nuestra respuesta y no solamente en atacar la parte criminal, sino promover las oportunidades de empleo, en oportunidades de negocios, en promover una cultura de paz, en promover el arte, el deporte, la cultura.
Por eso debemos armar esa fuerza multinacional.
Después de escuchar el discurso del presidente Barack Obama, quien se enfocó en este grupo Isis (Estado Islámico). Él tiene toda la razón y nosotros estamos de acuerdo con su planteamiento, lo que no me parece es que no se mire igual al narcotráfico cuando las consecuencias son iguales o similares, porque estos grupos hacen también terrorismo.
Es una dimensión de una actividad ilícita transnacional con enorme cantidad de recursos y también se viene acumulando desde hace una década y media.
Claro que hemos dado pasos importantes y seguiremos dando pasos importantes, ya Honduras es un territorio hostil para los que se dedican a esta actividad, y en este caso yo no particularizo en nadie, porque mi problema no es con nadie en particular.
Mi problema y mi compromiso es que Honduras sea una tierra de paz y tranquilidad; si Estados Unidos quiere consumir o legalizar la droga, ese es su problema, para nosotros lo importante es que eso no genere pérdidas de vidas o se abuse de la dignidad de las personas en Honduras o Centroamérica.
Yo diría que es un fenómeno similar al de otros países de la región, pero es un fenómeno que se puede revertir, Colombia lo hizo con buen éxito, Brasil ha avanzado, México ha avanzado; es decir, el Estado no puede permitirse que en ciertos sitios de su territorio le suplanten la autoridad, le corroan las instituciones o le asesinen a su pueblo, entonces en Honduras poco a poco se va a ir revirtiendo y la autoridad del Estado se va recuperando.
Aquí hay algo que hay que poner en contexto: uno es que antes teníamos días cuando se reportaban 30 y 35 muertos por día; pero recientemente llegamos a dos muertes por día y a veces se vuelve a mover a 10, 15, 19, 20 o 21 principalmente los lunes.
El número de incidencias en la pérdida de vidas ha ido bajando; pero cuando usted mira una masacre o que atacan una familia, eso hace que la percepción de la gente sea diferente y crea que no se está avanzado. Pero por otro lado a veces los medios no tienen los detalles por qué ocurren esas muertes, y la mayoría de las masacres y de estos hechos delictivos que impactan tiene mucho que ver con personas involucradas en la actividad ilícita. Por eso aquí es muy válido aquel refrán popular: El que mal anda mal acaba.
Yo le digo a la juventud de mi país que no se metan en eso, porque tarde o temprano o pierden la vida de un familiar, de un amigo o su propia vida. Por eso estamos tratando de impulsar estos programas de prevención, arte y cultura para que la juventud tenga esos espacios.
Se ha tenido una mejoría, yo diría que en eso se tiene coincidencia con organismos internacionales; pero no es suficiente, falta mucho por hacer. Aparte del homicidio, que representa un delito de alto impacto, también estamos viendo que uno de los principales delitos que nuestra población sufre es la violencia doméstica, especialmente las mujeres y los niños, y tenemos que trabajar en ese frente.
También muchos de los grupos criminales que trasegaban con droga ahora están tratando de migrar al secuestro; pero ahora tenemos herramientas que antes no teníamos, entonces diría que hay que ver toda la parte de delitos en general, porque podemos ir mejorando en algunos, pero de repente ir atacando otros también es importante. Lo mejor aquí es la prevención y en eso queremos pedir el apoyo de todo el pueblo hondureño en el sentido de que nos ayuden a denunciar para darnos cuenta de lo que está pasado.
Creo que la población ha ido mejorando su nivel de confianza en la Policía, pero obviamente no es suficiente. Cuando yo estuve en el Congreso dijimos que necesitábamos depurar y mejorar las capacidades y sobre todo que el pueblo vuelva a confiar en la Policía; ahora ese es un proceso de mediano plazo, y mientras eso siga y lleguemos a un nivel de policías que tengan la confianza de la población, en una policía efectiva en delitos de alto impacto y en la labor meramente comunitaria, que es lo que aspiramos en prevenir el delito a estar de cerca de la ciudadanía, mientras eso ocurre tenemos que hacer uso de otros recursos del Estado, porque dígame qué íbamos a tener haciendo esa cantidad de militares en los cuarteles, cuando la vida de los hondureños estaba en juego.
Por eso montamos la Policía Militar para que soldados antiguos pasen por la formación policial básica, en técnicas de investigación e inteligencia y eso nos ha permitido ir dando esos golpes y operaciones exitosas que hemos tenido, algunas no tan exitosas, pero la gran mayoría sí.
Una vez que lleguemos a nivel aceptable de la Policía y la situación mejore, que va a tomar su tiempo, entonces cada institución volverá a sus roles originales.