El saqueo sistemático y la red de corrupción que se urdió en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) durante los 48 meses de gestión de Mario Zelaya Rojas quedarán en la historia de Honduras como el más grande e infame escándalo de corrupción debido a los perjuicios económicos y sociales contra miles de inocentes.
El atraco en el IHSS fue tan brutal que todavía se desconoce en detalle el monto del desfalco, ya que cada día surgen nuevas cifras de los irregulares negocios hechos al amparo de empresas fantasma y un ejército de testaferros.
Por lo pronto, el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) calcula que solo por medio de las empresas de maletín se sustrajeron más de 500 millones de lempiras, sin contar los 1,600 millones por sobrevaloración de los contratos concedidos a Dimesa, Cosem y Sistemas Abiertos, S.A.
El primer informe de la comisión interventora del IHSS precisó que las contrataciones injustificadas y sin imputación presupuestaria representaron una deuda de alrededor de US$231.5 millones, o sea unos L5,233 millones.
Los órganos investigadores han determinado que en esta red de corrupción participaron al menos 320 personas, entre empleados de la institución, parientes y allegados a los autores intelectuales y materiales de esta trama de podredumbre pública.
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Los cabecillas
El CNA y el Ministerio Público concuerdan en que la red de corrupción estuvo encabezada por Mario Zelaya Rojas, el exjefe de compras y suministro José Alberto Zelaya y el exgerente administrativo José Ramón Bertetty, quienes actuaban bajo las órdenes del primero y otras veces de forma independiente.
Más abajo estaban sus esposas, amantes, amigos cercanos, parientes y testaferros locales y foráneos, quienes lavaban lo sustraído al IHSS en la compra de lujosas propiedades, autos, joyas, viajes, fiestas e inversiones en otras sociedades.
De los tres investigados, el único que guarda prisión es Bertetty y Zelaya se encuentra prófugo de la justicia. También se busca al empresario John Charles Bográn Velásquez, implicado en la venta irregular de boletos aéreos.
En el caso de José Alberto Zelaya, a quien se le estima una fortuna ilegítima de 100 millones de lempiras provenientes del dinero del Seguro Social, aún no se le formulan cargos penales, pero aún así su paradero es un enigma.
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Imperio delictivo
Tras su nombramiento en la dirección del IHSS en febrero de 2010, Mario Zelaya Rojas comenzó a estructurar su “imperio delictivo” al nombrar gerente financiero a Bertetty y a José Zelaya en la gerencia de compras y suministros, puestos que luego serían claves en la sustracción ilegal del dinero.
Según la investigación designó a otros allegados en cargos estratégicos. Uno de estos fue el director médico del hospital de emergencia del IHSS en Tegucigalpa, Lisandro Ponce, quien era el responsable de cumplir el millonario y sobrevalorado contrato de suministro de equipo médico con Dimesa por 118.9 millones de dólares.
Ponce ha mantenido un perfil bajo, pero su implicación es comprometedora porque era emitía mensualmente la carta de aceptación que certificaba el suministro de equipo de Dimesa y ordenaba al BCH pagarle la cuota correspondiente.
José Zelaya estaba casado en aquel momento con la sobrina de Mario Zelaya, la señora Michelle Rojas, con quien fundó varias empresas de maletín con las cuales lavaban los fondos que sustraían del IHSS bajo el escaparate de compras de materiales médicos.
De hecho, la investigación que puso al descubierto la existencia de las empresas fantasma partió de una denuncia contra José Zelaya por enriquecimiento ilícito. La implicación de este personaje tiene matices novelescos, pues, como Mario Zelaya, involucró a su amante en esta trama de corrupción, sin que su esposa supiera de su adúltera relación amorosa.
Recientemente se conoció que José Zelaya tenía una relación con la modelo Ilsa Vanessa Molina, quien recibió pagos por 9.2 millones de lempiras en supuestos contratos.
La ruta del dinero
Las investigaciones del CNA establecen que los sospechosos crearon entre 10 y 12 empresas fachada utilizando a sus cónyuges, amantes y personas relacionadas, con el propósito de simular la celebración de contratos con estas y hacerles millonarios pagos para disponer discrecionalmente del dinero.
De esta forma sacaron fraudulentamente alrededor de 325 millones de lempiras por medio de las supuestas compañías Sumimed (77.3 millones), Impromed (9.3 millones), Compromed (13.2 millones) e Insumedic (9.2 millones), entre otras. En su primer informe, la interventora reveló pagos no documentados a compañías como Dipromedic, Dipromeh, Digitec, Inversiones H y H, Operaciones Comerciales, BM Construcciones, Sumimed, Insumedic, Diemec, Millenium, Destinos de Éxito, JJ Travel, Inversiones Sarper, Virtual Security, Ediliz Comercial, Corporación JM y Saludtek.
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El jefe de investigación del CNA, Dagoberto Aspra, precisó que, coincidentemente, la denominación social de varias de estas organizaciones estaba vinculada con el rubro de suministros médicos, pero en la práctica solo eran el escaparate porque no vendían nada y sus oficinas solo servían de fachada para realizar sus actividades ilícitas.
Apuntó que gracias a la colaboración de tres testigos protegidos se investigó a cada una de estas organizaciones mencionadas en el informe y se comprobó que, en 10 de ellas, los socios estaban relacionados con los tres funcionarios.
“Seguimos el camino del dinero y logramos detectar que detrás de las empresas fachadas estaban todas las demás compañías inmobiliarias como Novaterra, Innova y B y L, al frente de las cuales se hallaban las esposas, los socios y amigos de Mario Zelaya, Ramón Bertetty y José Alberto Zelaya Guevara, quienes para nosotros son los responsables directos del saqueo del Seguro”, precisó.
Aspra señaló que el CNA está a punto de culminar la investigación de las empresas fachadas y en los próximos días se entregarán al Ministerio Público los expedientes de seis compañías fachada más, que son mencionadas en el informe de la interventora.
Según el CNA, mediante estas firmas de maletín se sustrajeron millonarios fondos del IHSS, que luego se utilizaron para adquirir bienes, joyas, muebles, carros europeos de lujo, blindaje de vehículos, cuatrimotos, motos acuáticas, viajes para conciertos y espectáculos deportivos en el exterior, carteras, zapatos, ropa y bienes inmuebles, entre otros.
Con dinero del IHSS se adquirieron 30 vehículos blindados, oficinas en Torre Metrópoli y apartamentos en Torre Sky y Quintas Horizonte; lujosas viviendas y terrenos en las colonias América, La Hacienda, Bosques de Zambrano, Lomas del Guijarro Sur, Altos del Molino, Trapiche, Residencial El Sauce, San Ignacio, El Hatillo, Portal del Bosque, aldea San Matías y otros inmuebles en Estados Unidos y Chile.
Hasta agosto pasado, las autoridades habían asegurado 33 propiedades y 25 estaban en proceso de aseguramiento.
El CNA constató que en estos turbios negocios participaron directamente Edita López, esposa de Bertetty, y Michelle Rojas, pareja de José Zelaya.
El Ministerio Público identificó con apoyo del CNA a Edita López como miembro directivo de al menos dos firmas de bienes raíces: Novaterra e Inversiones B y L; mientras tanto, Michel Rojas ocupó puestos directivos en las restantes compañías de bienes raíces.
El Ministerio Público y el CNA sospechan que ambas mujeres fueron utilizadas por sus esposos para que se aseguraran de que el dinero desfalcado del IHSS primero pasara a las compañías fantasma y luego se depositara en varias inmobiliarias para lavarlo por medio de la compra de las propiedades.
También resultó implicada en esta trama de corrupción la compañera sentimental de Mario Zelaya, la chilena identificada como Natalia Patricia Ciuffardi, a nombre de quien se adquirieron varios bienes inmuebles en Tegucigalpa y su país de origen.
Otros testaferros
La Fiscalía informó que se detectaron otros presuntos testaferros ajenos al núcleo familiar de los tres funcionarios aludidos, pero que se encuentran vinculados, como la señora Gabriela Laínez y su esposo Marco Jaen Velasco.
Laínez es hermana de Óscar Laínez Reina, uno de los socios principales de la empresa Cosem. En toda esta estructura de testaferrato también figuran Jorge Herrera y María Cornavaca Paz; el primero es socio y la segunda es esposa de Óscar Laínez Reina. También se identificó a un testaferro argentino, quien tenía en su poder 17 bienes adquiridos con dinero del IHSS. Hay tres personas más que prestaban sus nombres para comprar propiedades, pero no tenían relación directa con Zelaya y Bertetty, entre ellas una empleada de cuarta categoría del IHSS.