Copán, Honduras.
Un hotel, tres haciendas y una empresa de cable de la familia Valle fueron incautados ayer durante la Operación Morazán en Copán y Santa Bárbara.
En la operación -que comenzó a las 6:00 am- participaron la Fiscalía Especial contra el Crimen Organizado apoyada por la Oficina Policial de Investigaciones Financieras, la Unidad de Investigaciones Sensitivas y los elementos de la Policía Militar y del Orden Público (PMOP).
Los agentes se distribuyeron en cuatro grupos para asegurar los cuatro bienes de los hermanos Miguel Arnulfo, Luis Alonso y José Reynerio Valle Valle.
“El hotel y restaurante Puente Maya y la empresa de televisión por cable fueron incautados en Copán Ruinas; en la aldea Las Cañas, Florida, Copán, se incautó una hacienda de 500 manzanas. En Quimistán, Santa Bárbara, otras dos haciendas”, informó uno de los investigadores.
No obstante, las autoridades indicaron que faltan otros bienes por incautar que ya son investigados en la base de datos de la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI), lo que les llevará a otros puntos del país adonde los Valles supuestamente adquirieron más propiedades y negocios.
Los cuatro bienes incautados pasaron a la Oficina Administradora de Bienes Incautados (Oabi), cuyo personal elabora el inventario de todos los bienes que se encontraron en las propiedades.
El hotel y restaurante Puente Maya, con 18 habitaciones, ubicado en el Barrio El Centro en la avenida La Cuesta, en Copán Ruinas, fue el primero en ser asegurado. La Oabi estará a cargo de la administración y continuará con la operación del negocio.
Las autoridades informaron que la empresa de televisión por cable forma parte de los bienes adquiridos por la familia Valle durante los últimos años.
Sin embargo, las tres haciendas fueron las que causaron mayor impresión. La de Las Cañas, en Florida, es una extensa propiedad, la que -según los empleados- servía exclusivamente para el pastoreo de ganado y la producción lechera.
“Son 500 manzanas de tierra. Una planicie en la que emplearon tecnología avanzada para la producción lechera. Toda la propiedad está bien acondicionada, pero no se encontró nada fuera de lo normal”, explicó uno de los analistas. En Quimistán, Santa Bárbara, las haciendas estaban en la comunidad El Venado y en Arena Blanca, pero ninguna estaba remodelada.
Culmina la primera fase
La primera fase de aseguramientos culminó ayer con la incautación de los cinco bienes; pero todavía hay otros en proceso de investigación y serán parte de los trabajos que la Operación Morazán desarrollará la próxima semana.
Entre otros hallazgos figuran ya varias notas y documentos en los que se establecían pagos y recibos de personas no identificadas; pero sí había referencia a la supuesta cancelación de L40,000 a policías. A raíz de este caso, las unidades especializadas de la Policía Nacional comenzaron de oficio una investigación en torno a esos pagos.
“La transparencia es una de las consignas de la Policía y ante el supuesto pago que está consignado en una agenda encontrada y que sería para el pago de policías, las oficinas encargadas de investigar a los funcionarios policiales estarían actuando de oficio en una investigación de los agentes u oficiales que habrían tenido un nexo con la familia Valle en Copán”, informó uno de los agentes. Según las autoridades, parte de la investigación implica la verificación de las comunicaciones que en los últimos meses habrían tenidos los hermanos Valle con los elementos del orden y que habrían sido monitoreadas para identificar a los uniformados.
“Tenemos pistas en las que se detectó que hay un oficial de la Policía que estuvo asignado a la Departamental de Copán que mantuvo nexos con la familia. Pero se hace el cotejamiento de fechas y horas para tener las conexiones pertinentes”, refirió el analista.
Varios pobladores de El Espíritu, La Entrada y La Jigua comentan que ante la falta de logística de los policías asignados en la zona, estos se veían obligados a recibir el apoyo de la familia Valle para operar en el sector.
Los asocian con el “Repollo”
Las operaciones de los hermanos Valle los llevó a establecer vínculos con otros grupos en los países cercanos. Así lo reveló un reportaje que fue publicado en el diario La Prensa Gráfica de El Salvador, en el que se establece que los hermanos Luis Alfonso y Miguel fueron perfilados por las autoridades de El Salvador como los proveedores de cocaína de Jorge Ernesto Ulloa Sibrián, alias Repollo.
Dentro de la investigación que se realizó en El Salvador contra Ulloa se encontró que los hermanos Valle fueron mencionados por varios testigos que declararon en los tribunales de ese país y que están involucrados en el tráfico de toneladas de cocaína desde Centroamérica a Estados Unidos.
Según las declaraciones, los Valle comenzaron a establecer una relación de proveedores con el “Repollo” desde finales de los años noventa e incluso habrían visitado El Salvador en una ocasión para arreglar “negocios”.
Los Valle -de acuerdo con esas informaciones- le solicitaron ayuda para asesinar a un exsocio que les había robado dinero.
Según La Prensa Gráfica de El Salvador, los informes y fuentes en Centroamérica ubican a los hermanos Valle como un apéndice del narcotráfico en la región y bajo el servicio del cartel de Sinaloa.
La acusación en contra de Ulloa se procesa actualmente en el Juzgado Noveno de Instrucción de San Salvador, donde se plantea que el transportista no solo recibía droga de los hondureños, sino que trasladó también cocaína para ellos desde Panamá, Costa Rica y Nicaragua. El juzgado dará a conocer esta semana si Ulloa Sibrián enfrentará juicio o no, junto con más de una decena de personas que con él han sido detenidas.
En el juicio, el tribunal aceptó las confesiones de cinco testigos implicados en el narcotráfico, pero fueron beneficiados a cambio de su declaración (criterio de oportunidad).
Tres dijeron que habían sido empleados de Ulloa. Los otros dos son parientes, quienes declararon desde una sede consular salvadoreña en Estados Unidos.
Los Valle predicaban
En las tareas de aseguramiento de los bienes de los hermanos Valle, las autoridades informaron que -según los pobladores- en los últimos dos meses los tres hermanos se habían convertido a la religión evangélica y que incluso predicaban en los cultos celebrados en la aldea.
“Nos informa la gente de las aldeas que los Valle se habían convertido y que ahora eran evangélicos, que incluso llegaron hasta predicar. Muchos dicen que sí creían en el cambio y que Dios los había tocado; pero otros piensan que no”, dijo uno de los investigadores.
En la zona, la gente resiente la huida de los Valle porque son la única fuente de empleo en la zona y ahora tendrán que buscar adonde generar los ingresos para sostener a sus familias.
“Nos pagaban L90.00 por jornal, sin la comida, pero algo era algo y con eso manteníamos a la familia. Algunas veces eran buenos, otras no, y muchos les tenían miedo.
Ellos se manejaban por varios lugares y en los últimos días buscaban alegrar a los pueblos, incluso trayendo grupos musicales para que la gente se divirtiera”, relató uno de los trabajadores de los hermanos Valle.
Equipo de escape
Caletas y búnkeres han estado en la mira de las autoridades ante la información de personas que aseguran que las residencias de la familia Valle se equiparon con toda la tecnología y rutas de escape para facilitar sus actividades ilícitas.
“Buscaban evitar ser ubicados y no les importó costear tecnología de punta, no solo para sus actividades, sino para la vigilancia que les alertara en caso de ser buscados por las autoridades”, dijo un investigador.
Un hotel, tres haciendas y una empresa de cable de la familia Valle fueron incautados ayer durante la Operación Morazán en Copán y Santa Bárbara.
En la operación -que comenzó a las 6:00 am- participaron la Fiscalía Especial contra el Crimen Organizado apoyada por la Oficina Policial de Investigaciones Financieras, la Unidad de Investigaciones Sensitivas y los elementos de la Policía Militar y del Orden Público (PMOP).
Los agentes se distribuyeron en cuatro grupos para asegurar los cuatro bienes de los hermanos Miguel Arnulfo, Luis Alonso y José Reynerio Valle Valle.
“El hotel y restaurante Puente Maya y la empresa de televisión por cable fueron incautados en Copán Ruinas; en la aldea Las Cañas, Florida, Copán, se incautó una hacienda de 500 manzanas. En Quimistán, Santa Bárbara, otras dos haciendas”, informó uno de los investigadores.
No obstante, las autoridades indicaron que faltan otros bienes por incautar que ya son investigados en la base de datos de la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI), lo que les llevará a otros puntos del país adonde los Valles supuestamente adquirieron más propiedades y negocios.
Los cuatro bienes incautados pasaron a la Oficina Administradora de Bienes Incautados (Oabi), cuyo personal elabora el inventario de todos los bienes que se encontraron en las propiedades.
El hotel y restaurante Puente Maya, con 18 habitaciones, ubicado en el Barrio El Centro en la avenida La Cuesta, en Copán Ruinas, fue el primero en ser asegurado. La Oabi estará a cargo de la administración y continuará con la operación del negocio.
Las autoridades informaron que la empresa de televisión por cable forma parte de los bienes adquiridos por la familia Valle durante los últimos años.
Sin embargo, las tres haciendas fueron las que causaron mayor impresión. La de Las Cañas, en Florida, es una extensa propiedad, la que -según los empleados- servía exclusivamente para el pastoreo de ganado y la producción lechera.
“Son 500 manzanas de tierra. Una planicie en la que emplearon tecnología avanzada para la producción lechera. Toda la propiedad está bien acondicionada, pero no se encontró nada fuera de lo normal”, explicó uno de los analistas. En Quimistán, Santa Bárbara, las haciendas estaban en la comunidad El Venado y en Arena Blanca, pero ninguna estaba remodelada.
Culmina la primera fase
La primera fase de aseguramientos culminó ayer con la incautación de los cinco bienes; pero todavía hay otros en proceso de investigación y serán parte de los trabajos que la Operación Morazán desarrollará la próxima semana.
Entre otros hallazgos figuran ya varias notas y documentos en los que se establecían pagos y recibos de personas no identificadas; pero sí había referencia a la supuesta cancelación de L40,000 a policías. A raíz de este caso, las unidades especializadas de la Policía Nacional comenzaron de oficio una investigación en torno a esos pagos.
“La transparencia es una de las consignas de la Policía y ante el supuesto pago que está consignado en una agenda encontrada y que sería para el pago de policías, las oficinas encargadas de investigar a los funcionarios policiales estarían actuando de oficio en una investigación de los agentes u oficiales que habrían tenido un nexo con la familia Valle en Copán”, informó uno de los agentes. Según las autoridades, parte de la investigación implica la verificación de las comunicaciones que en los últimos meses habrían tenidos los hermanos Valle con los elementos del orden y que habrían sido monitoreadas para identificar a los uniformados.
“Tenemos pistas en las que se detectó que hay un oficial de la Policía que estuvo asignado a la Departamental de Copán que mantuvo nexos con la familia. Pero se hace el cotejamiento de fechas y horas para tener las conexiones pertinentes”, refirió el analista.
Varios pobladores de El Espíritu, La Entrada y La Jigua comentan que ante la falta de logística de los policías asignados en la zona, estos se veían obligados a recibir el apoyo de la familia Valle para operar en el sector.
Los asocian con el “Repollo”
Las operaciones de los hermanos Valle los llevó a establecer vínculos con otros grupos en los países cercanos. Así lo reveló un reportaje que fue publicado en el diario La Prensa Gráfica de El Salvador, en el que se establece que los hermanos Luis Alfonso y Miguel fueron perfilados por las autoridades de El Salvador como los proveedores de cocaína de Jorge Ernesto Ulloa Sibrián, alias Repollo.
Dentro de la investigación que se realizó en El Salvador contra Ulloa se encontró que los hermanos Valle fueron mencionados por varios testigos que declararon en los tribunales de ese país y que están involucrados en el tráfico de toneladas de cocaína desde Centroamérica a Estados Unidos.
Según las declaraciones, los Valle comenzaron a establecer una relación de proveedores con el “Repollo” desde finales de los años noventa e incluso habrían visitado El Salvador en una ocasión para arreglar “negocios”.
Los Valle -de acuerdo con esas informaciones- le solicitaron ayuda para asesinar a un exsocio que les había robado dinero.
Según La Prensa Gráfica de El Salvador, los informes y fuentes en Centroamérica ubican a los hermanos Valle como un apéndice del narcotráfico en la región y bajo el servicio del cartel de Sinaloa.
La acusación en contra de Ulloa se procesa actualmente en el Juzgado Noveno de Instrucción de San Salvador, donde se plantea que el transportista no solo recibía droga de los hondureños, sino que trasladó también cocaína para ellos desde Panamá, Costa Rica y Nicaragua. El juzgado dará a conocer esta semana si Ulloa Sibrián enfrentará juicio o no, junto con más de una decena de personas que con él han sido detenidas.
En el juicio, el tribunal aceptó las confesiones de cinco testigos implicados en el narcotráfico, pero fueron beneficiados a cambio de su declaración (criterio de oportunidad).
Tres dijeron que habían sido empleados de Ulloa. Los otros dos son parientes, quienes declararon desde una sede consular salvadoreña en Estados Unidos.
Los Valle predicaban
En las tareas de aseguramiento de los bienes de los hermanos Valle, las autoridades informaron que -según los pobladores- en los últimos dos meses los tres hermanos se habían convertido a la religión evangélica y que incluso predicaban en los cultos celebrados en la aldea.
“Nos informa la gente de las aldeas que los Valle se habían convertido y que ahora eran evangélicos, que incluso llegaron hasta predicar. Muchos dicen que sí creían en el cambio y que Dios los había tocado; pero otros piensan que no”, dijo uno de los investigadores.
En la zona, la gente resiente la huida de los Valle porque son la única fuente de empleo en la zona y ahora tendrán que buscar adonde generar los ingresos para sostener a sus familias.
“Nos pagaban L90.00 por jornal, sin la comida, pero algo era algo y con eso manteníamos a la familia. Algunas veces eran buenos, otras no, y muchos les tenían miedo.
Ellos se manejaban por varios lugares y en los últimos días buscaban alegrar a los pueblos, incluso trayendo grupos musicales para que la gente se divirtiera”, relató uno de los trabajadores de los hermanos Valle.
Equipo de escape
Caletas y búnkeres han estado en la mira de las autoridades ante la información de personas que aseguran que las residencias de la familia Valle se equiparon con toda la tecnología y rutas de escape para facilitar sus actividades ilícitas.
“Buscaban evitar ser ubicados y no les importó costear tecnología de punta, no solo para sus actividades, sino para la vigilancia que les alertara en caso de ser buscados por las autoridades”, dijo un investigador.