26/12/2024
12:45 AM

Cuerpos de rescate abandonan mina de San Juan Arriba

El rescate en El Corpus se complicó debido a sus condiciones artesanales y al pronóstico de lluvias, aseguran.

El Corpus, Choluteca, Honduras.

Desde tempranas horas de ayer, los grupos de socorro, organizados por la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), comenzaron a retirar el equipo de rescate que tenían en la mina de San Juan de Arriba, en El Corpus, Choluteca.

Agotados y cabizbajos, los rescatistas abandonaron el lugar en medio de recriminaciones de la comunidad, que esperaba que hicieran más para recuperar los cuerpos de sus compañeros.

Desde la noche del domingo, las autoridades tenían reuniones para preparar los comunicados oficiales y justificar técnicamente la suspensión de la búsqueda.

El empeño fue contrarrestado por las condiciones que presenta una mina artesanal y por los pronósticos de lluvia en la zona del incidente.

Los primeros en dar marcha atrás fueron los rescatistas de la Cruz Roja Salvadoreña. Los miembros del Equipo de Búsqueda y Rescate de Guatemala estuvieron hasta el final, pero se fueron después que Copeco dio por terminada la búsqueda.

Retiraron instrumentos

De todos los equipos de socorro que se instalaron en la mina desde el miércoles 2 de julio, día de la tragedia, los rescatistas del Cuerpo de Bomberos de Honduras tenían las mochilas puestas y las herramientas en los carros listos para salir.

Antes de su salida, el vocero óscar Triminio organizó una nutrida conferencia de prensa en la que anunciarían que todos los grupos de auxilio se retiraban de la zona. “El acceso a los medios de comunicación no está permitido. El comunicado explica todas las razones por las que este sitio debe clausurarse por un tiempo”, dijo Triminio.

El vocero agregó que todos los instrumentos que se habían utilizado en el túnel por donde rescataron a los tres primeros mineros -Brayan Escalante, Bayron Maradiaga y Nehemías Rodríguez- fueron retirados.

También se levantaron las tiendas de campaña, toldos, cocinas y demás artefactos que se utilizaron en el pequeño campamento que alojó a rescatistas y familiares de los mineros soterrados.

Satisfacción y frustración

El contingente humano estuvo conformado por unas 200 personas. Los mineros de la zona fueron piezas fundamentales en la salvación de los tres primeros y en las búsqueda de los ocho restantes.

Los trabajadores fueron auxiliados por personal de Copeco, expertos de la mina El Mochito, Santa Bárbara, Cruz Roja, Cruz Verde Hondureña, Fuerzas Armadas de Honduras, la Policía Nacional y los rescatistas de El Salvador y Guatemala.

Todos trabajaron en la mina durante seis días con la satisfacción de haber rescatado a tres mineros; no obstante, el pesar de no haber recuperado los cuerpos de los ocho hondureños -que hasta ahora permanecen en el fondo de la espigada montaña- forma parte de sus frustraciones.

Las familias de los mineros soterrados agradecieron la colaboración de los socorristas, quienes después del rescate de los tres mineros habían dado expectativas en los parientes y pobladores de poder encontrar a los demás.

Los héroes anónimos fueron parte de una de las peores tragedias mineras sucedidas en Honduras. Ahora la búsqueda continuará sin ellos, según las promesas de los mineros de la zona.