Tegucigalpa, Honduras.
A cinco meses y 16 días de haberse adjudicado la concesión del aeropuerto internacional de Palmerola a la empresa de capital hondureño Constructora de Servicios Aeroportuarios Integrados S.A. (Saisa), la edificación de esta importante y multimillonaria obra civil en el valle de Comayagua se encuentra en punto muerto y su futuro es incierto.
El proyecto valorado en 107 millones de dólares, unos 2,247 millones de lempiras, se ha empantanado debido a que el Poder Ejecutivo y la concesionaria no han logrado ponerse de acuerdo para suscribir el contrato de construcción y con ello se ha alterado el cronograma de inicio de las obras planificadas para el primer semestre de 2015.
Fuentes oficiales confirmaron que los atrasos obedecen a que el Gobierno no dispone de los 30 millones de dólares de contraparte para pagar las indemnizaciones a los propietarios de las tierras que están alrededor de la base militar de Palmerola e invertir en obras públicas, mientras Saisa no ha logrado acreditar las garantías del financiamiento del proyecto.
En vista de lo anterior en ambos casos ha existido un incumplimiento del contrato de concesión de la obra, que fue publicado en el diario oficial La Gaceta del 10 de marzo de 2014 bajo el decreto ejecutivo número PCM 003-2014.
Esta situación es un duro revés para las poblaciones de la ciudad de Comayagua y los municipios aledaños que habían cifrado sus esperanzas de desarrollo en este proyecto.
El contrato de construcción debe ser ratificado por el Congreso Nacional luego de publicarse en La Gaceta y finalmente debe ser remitido a la Superintendencia de Alianzas Público-Privadas para entrar en vigor, lo que implica un intrincado proceso burocrático que acorta el tiempo para la preparación de los diseños e inicio de los trabajos de construcción.
“El contrato no se ha firmado y se tendría que hacer un esfuerzo extraordinario para que las obras inicien en los plazos estipulados en el contrato”, confirmó a LA PRENSA, Carlos Pineda, superintendente de Alianzas Público-Privadas y excomisionado de Coalianza.
Pineda dijo que ha habido un incumplimiento del concesionario que ganó la licitación porque a esta altura del año ya debería haber suscrito el documento, lo que podría tener alguna implicación en los tiempos de ejecución de la obra.
“Para comenzar a ejecutar primero deben gestionar el financiamiento y hay unos plazos para hacer los cierres financieros que la empresa debe cumplir y esos plazos se han atrasado en la medida que no hay un contrato firmado y no pueden comenzar a realizar gestiones en los bancos”, explicó.
Se conoció que el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández ha mostrado poco interés en impulsar la construcción del aeropuerto civil en Palmerola, proyecto que heredó de su antecesor Porfirio Lobo Sosa, quien tomó como un reto personal dejar adjudicada la edificación de esta terminal civil antes que finalizase su gobierno.
La construcción de la nueva terminal aérea tampoco goza del respaldo de los empresarios locales, ya que implicará el abandono del aeropuerto de Toncontín con el consiguiente incremento de costos para el traslado de mercancías y viajeros a la ciudad de Comayagua.
Se informó que el presidente Hernández solicitó una revisión exhaustiva del contrato de concesión para evitar futuros perjuicios para el Estado.
Con el fin de conocer la situación legal del contrato, LA PRENSA solicitó en varias oportunidades una entrevista al comisionado presidente de Coalianza, Miguel Ángel Gámez, a través de su oficina de prensa y en llamadas a su teléfono celular, pero no respondió.
Contrato y obligaciones
El 7 de enero de 2014, a pocos días de finalizar el gobierno de Lobo Sosa, la Comisión para la Promoción de la Alianza Público-Privada (Coalianza) adjudicó a Saisa el contrato para el diseño, financiamiento, construcción, mantenimiento y operación de Palmerola con una inversión de 107 millones de dólares.
En el plan se contempla construir una torre de control, terminales de pasajeros y de carga y una completa red vial y peatonal para facilitar el acceso a la terminal.
En términos de seguridad se vislumbra la instalación de un sistema de aproximación instrumental (ILS), que permitirá mejorar la seguridad y regularidad en condiciones de baja visibilidad.
Según el cronograma del proyecto, la construcción debería iniciar en el primer semestre de 2015 y a mediados de 2016 debería estar en plena operación. Sin embargo, los problemas antes expuestos la retrasarán significativamente.
El contrato de concesión contempla que el concesionario debe acreditar que cuenta con recursos financieros para ejecutar la obra. En caso contrario, Coalianza podrá invocar la caducidad del contrato si no logra certificar al menos el 75% de la inversión referencial.
Saisa tiene un plazo de 12 meses para certificar que cuenta con los fondos para la ejecución de las obras iniciales. El Estado debe acreditar un cofinanciamiento de 30 millones de dólares para expropiar los terrenos aledaños y construir vías de acceso e infraestructura adicional.
La etapa de obras iniciales obligatorias deberá completarse en un plazo no mayor de 21 meses desde la fecha de la toma de posesión de la concesión, pero no podrá cumplirse por los problemas antes descritos.
El Estado se obliga a entregar los terrenos del proyecto y sus alrededores libres de ocupantes, cargos y gravámenes que puedan afectar el desarrollo del proyecto. Además, construir las obras viales de acceso al aeropuerto.
Tiro de gracia a Toncontín
Un elemento poco conocido es que con la construcción de Palmerola se le asesta el tiro de gracia a la terminal aérea de Toncontín, en la ciudad capital.
El documento de concesión contempla un capítulo que ordena el cese de operaciones comerciales de Toncontín, para lo cual la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGSC) deberá efectuar los trámites y gestiones para el cierre de vuelos internacionales en esta terminal. Una vez iniciada la explotación de Palmerola, las únicas operaciones que se permitirán en el aeropuerto de Toncontín serán las de atender los vuelos domésticos para aviones inferiores a los 8,000 kilogramos y con un número no mayor de 20 asientos.
En las operaciones con ruta Tegucigalpa-San Pedro Sula, las aeronaves deberán tener un número de asientos inferior a 50 y en dichas rutas no deberá haber conexión internacional.
Con respecto a las tarifas que se aplicarán en Palmerola, el contrato establece que se cobrarán en dólares o su equivalente en moneda nacional, al tipo de cambio vigente del día, y podrán ajustarse anualmente según el índice de inflación de Estados Unidos y Honduras.
Ejecutivo responde
El ministro de Infraestructura y Servicios Públicos (Insep), Roberto Ordóñez, aseguró: “Sí hay voluntad política del Gobierno de impulsar el aeropuerto de Palmerola”.
Admitió que todavía no se ha firmado el contrato de construcción con la empresa, pero dijo que aún hay tiempo para hacerlo porque el plazo concluye en los últimos días de agosto.
Añadió que la decisión política del Gobierno es continuar las obras, aunque aclaró que si Saisa decide no suscribir el contrato y no cumple las bases de licitación, se procederá a ejecutar la fianza de cumplimiento del contrato que anda por 1.1 millones de dólares. Sobre los motivos que han dilatado la firma del contrato, el titular del Insep aseguró que la concesionaria ha pedido un tiempo para revisar la documentación relacionada con el modelo financiero y la estructuración del fideicomiso que permita la construcción de las obras.
“Ellos nos han dicho que una vez que eso sea superado se procederá a dar los pasos siguientes, porque eso les sirve a ellos para hacer las gestiones de fondos y realizar el cierre financiero del proyecto”, apuntó.
Aclaró que Saisa tiene la primera opción para construir el aeropuerto, pero en caso que no se llegará a concretar el proceso, el Gobierno buscará otras opciones para abrir un nuevo proceso licitatorio o definir otra estrategia para concluir el proyecto.
Sobre los fondos que deberá aportar el Estado de Honduras, Ordóñez reconoció que el Gobierno no dispone en este momento de esa cantidad de dinero debido a la situación de las finanzas públicas; sin embargo, expresó que se buscará el financiamiento con organismos multilaterales de crédito o con los institutos de previsión social del país.
A cinco meses y 16 días de haberse adjudicado la concesión del aeropuerto internacional de Palmerola a la empresa de capital hondureño Constructora de Servicios Aeroportuarios Integrados S.A. (Saisa), la edificación de esta importante y multimillonaria obra civil en el valle de Comayagua se encuentra en punto muerto y su futuro es incierto.
El proyecto valorado en 107 millones de dólares, unos 2,247 millones de lempiras, se ha empantanado debido a que el Poder Ejecutivo y la concesionaria no han logrado ponerse de acuerdo para suscribir el contrato de construcción y con ello se ha alterado el cronograma de inicio de las obras planificadas para el primer semestre de 2015.
Fuentes oficiales confirmaron que los atrasos obedecen a que el Gobierno no dispone de los 30 millones de dólares de contraparte para pagar las indemnizaciones a los propietarios de las tierras que están alrededor de la base militar de Palmerola e invertir en obras públicas, mientras Saisa no ha logrado acreditar las garantías del financiamiento del proyecto.
En vista de lo anterior en ambos casos ha existido un incumplimiento del contrato de concesión de la obra, que fue publicado en el diario oficial La Gaceta del 10 de marzo de 2014 bajo el decreto ejecutivo número PCM 003-2014.
Esta situación es un duro revés para las poblaciones de la ciudad de Comayagua y los municipios aledaños que habían cifrado sus esperanzas de desarrollo en este proyecto.
El contrato de construcción debe ser ratificado por el Congreso Nacional luego de publicarse en La Gaceta y finalmente debe ser remitido a la Superintendencia de Alianzas Público-Privadas para entrar en vigor, lo que implica un intrincado proceso burocrático que acorta el tiempo para la preparación de los diseños e inicio de los trabajos de construcción.
“El contrato no se ha firmado y se tendría que hacer un esfuerzo extraordinario para que las obras inicien en los plazos estipulados en el contrato”, confirmó a LA PRENSA, Carlos Pineda, superintendente de Alianzas Público-Privadas y excomisionado de Coalianza.
Pineda dijo que ha habido un incumplimiento del concesionario que ganó la licitación porque a esta altura del año ya debería haber suscrito el documento, lo que podría tener alguna implicación en los tiempos de ejecución de la obra.
“Para comenzar a ejecutar primero deben gestionar el financiamiento y hay unos plazos para hacer los cierres financieros que la empresa debe cumplir y esos plazos se han atrasado en la medida que no hay un contrato firmado y no pueden comenzar a realizar gestiones en los bancos”, explicó.
Se conoció que el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández ha mostrado poco interés en impulsar la construcción del aeropuerto civil en Palmerola, proyecto que heredó de su antecesor Porfirio Lobo Sosa, quien tomó como un reto personal dejar adjudicada la edificación de esta terminal civil antes que finalizase su gobierno.
La construcción de la nueva terminal aérea tampoco goza del respaldo de los empresarios locales, ya que implicará el abandono del aeropuerto de Toncontín con el consiguiente incremento de costos para el traslado de mercancías y viajeros a la ciudad de Comayagua.
Se informó que el presidente Hernández solicitó una revisión exhaustiva del contrato de concesión para evitar futuros perjuicios para el Estado.
Con el fin de conocer la situación legal del contrato, LA PRENSA solicitó en varias oportunidades una entrevista al comisionado presidente de Coalianza, Miguel Ángel Gámez, a través de su oficina de prensa y en llamadas a su teléfono celular, pero no respondió.
Contrato y obligaciones
El 7 de enero de 2014, a pocos días de finalizar el gobierno de Lobo Sosa, la Comisión para la Promoción de la Alianza Público-Privada (Coalianza) adjudicó a Saisa el contrato para el diseño, financiamiento, construcción, mantenimiento y operación de Palmerola con una inversión de 107 millones de dólares.
En el plan se contempla construir una torre de control, terminales de pasajeros y de carga y una completa red vial y peatonal para facilitar el acceso a la terminal.
En términos de seguridad se vislumbra la instalación de un sistema de aproximación instrumental (ILS), que permitirá mejorar la seguridad y regularidad en condiciones de baja visibilidad.
Según el cronograma del proyecto, la construcción debería iniciar en el primer semestre de 2015 y a mediados de 2016 debería estar en plena operación. Sin embargo, los problemas antes expuestos la retrasarán significativamente.
El contrato de concesión contempla que el concesionario debe acreditar que cuenta con recursos financieros para ejecutar la obra. En caso contrario, Coalianza podrá invocar la caducidad del contrato si no logra certificar al menos el 75% de la inversión referencial.
Saisa tiene un plazo de 12 meses para certificar que cuenta con los fondos para la ejecución de las obras iniciales. El Estado debe acreditar un cofinanciamiento de 30 millones de dólares para expropiar los terrenos aledaños y construir vías de acceso e infraestructura adicional.
La etapa de obras iniciales obligatorias deberá completarse en un plazo no mayor de 21 meses desde la fecha de la toma de posesión de la concesión, pero no podrá cumplirse por los problemas antes descritos.
El Estado se obliga a entregar los terrenos del proyecto y sus alrededores libres de ocupantes, cargos y gravámenes que puedan afectar el desarrollo del proyecto. Además, construir las obras viales de acceso al aeropuerto.
Tiro de gracia a Toncontín
Un elemento poco conocido es que con la construcción de Palmerola se le asesta el tiro de gracia a la terminal aérea de Toncontín, en la ciudad capital.
El documento de concesión contempla un capítulo que ordena el cese de operaciones comerciales de Toncontín, para lo cual la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGSC) deberá efectuar los trámites y gestiones para el cierre de vuelos internacionales en esta terminal. Una vez iniciada la explotación de Palmerola, las únicas operaciones que se permitirán en el aeropuerto de Toncontín serán las de atender los vuelos domésticos para aviones inferiores a los 8,000 kilogramos y con un número no mayor de 20 asientos.
En las operaciones con ruta Tegucigalpa-San Pedro Sula, las aeronaves deberán tener un número de asientos inferior a 50 y en dichas rutas no deberá haber conexión internacional.
Con respecto a las tarifas que se aplicarán en Palmerola, el contrato establece que se cobrarán en dólares o su equivalente en moneda nacional, al tipo de cambio vigente del día, y podrán ajustarse anualmente según el índice de inflación de Estados Unidos y Honduras.
Ejecutivo responde
El ministro de Infraestructura y Servicios Públicos (Insep), Roberto Ordóñez, aseguró: “Sí hay voluntad política del Gobierno de impulsar el aeropuerto de Palmerola”.
Admitió que todavía no se ha firmado el contrato de construcción con la empresa, pero dijo que aún hay tiempo para hacerlo porque el plazo concluye en los últimos días de agosto.
Añadió que la decisión política del Gobierno es continuar las obras, aunque aclaró que si Saisa decide no suscribir el contrato y no cumple las bases de licitación, se procederá a ejecutar la fianza de cumplimiento del contrato que anda por 1.1 millones de dólares. Sobre los motivos que han dilatado la firma del contrato, el titular del Insep aseguró que la concesionaria ha pedido un tiempo para revisar la documentación relacionada con el modelo financiero y la estructuración del fideicomiso que permita la construcción de las obras.
“Ellos nos han dicho que una vez que eso sea superado se procederá a dar los pasos siguientes, porque eso les sirve a ellos para hacer las gestiones de fondos y realizar el cierre financiero del proyecto”, apuntó.
Aclaró que Saisa tiene la primera opción para construir el aeropuerto, pero en caso que no se llegará a concretar el proceso, el Gobierno buscará otras opciones para abrir un nuevo proceso licitatorio o definir otra estrategia para concluir el proyecto.
Sobre los fondos que deberá aportar el Estado de Honduras, Ordóñez reconoció que el Gobierno no dispone en este momento de esa cantidad de dinero debido a la situación de las finanzas públicas; sin embargo, expresó que se buscará el financiamiento con organismos multilaterales de crédito o con los institutos de previsión social del país.