Puerto Cortés, Honduras
En el primer lugar de su lista de sitios para disfrutar de las vacaciones de Semana Santa deben estar las playas de Puerto Cortés y Omoa.
La verdadera experiencia de disfrutar del verano se encuentra allí. Desde Bajamar hasta Cuyamel, el paraíso con playa, arena y sol incluidos, son apenas el platillo inicial de la amplia variedad que ofrece este tramo del Caribe catracho a turistas nacionales y extranjeros.
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Seguramente ya ha visitado ambos municipios, pero todavía no se ha dado cuenta que son más que playas y ríos a su disposición.
Ambos sitios, ubicados a más de 40 kilómetros de San Pedro Sula, le ofrecen variedad de diversiones. Parques acuáticos, sitios de vida silvestre y juegos extremos como el canopy. Lo mejor de todo es que a precios accesibles para usted y toda su familia.
Este año, las comunidades garífunas preparan sorpresas para sus fieles visitantes. Los ingredientes de su comida tradicional están reunidos para que pueda saborearla con mayor deleite.
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Lo cierto es que puede escoger, incluso puede recorrer toda la franja horizontal de mar que junta a estas propicias ciudades turísticas durante la semana si tan solo planifica con tiempo.
Las autoridades municipales han garantizado con antelación la seguridad suficiente para que no haya inconvenientes de ningún tipo; de hecho, estos lugares son más seguros a lo largo del año. A ello se le suman el Cuerpo de Bomberos y el Ejército que estarán pendientes de que todos los que lleguen puedan salir con normalidad.
Más atractivos este verano
Con la finalidad de atraer más visitantes, este año han ideado todo un plan para ofrecer más diversión a los turistas.
En Puerto Cortés, la playa municipal tendrá aparte de su ya acostumbrado ambiente musical y glorietas de comida a precios menores de los L100, concursos y deportes como fútbol playa y pesca aficionada. Habrá premios para los mejores.
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El plan se extiende a la comunidad garífuna de Bajamar, adonde por primera vez tendrán para sus cinco mil visitantes canchas adaptadas a la orilla de la playa para jugar volibol; también danzas tradicionales a la orilla del mar. Si quiere conocer cómo disfrutan sus tradiciones este grupo étnico, acompáñelos al menos un día entero.
En la noche, cuando cae el sol y la luna brilla como un faro elegante, sacan los tambores y el caracol para bailar punta y yankunú.
La cereza en el pastel es la tradicional fogata que rodean con el ritmo antes mencionado. Cuentan con hoteles acogedores para que piense con confianza estacionarse varios días allí.
En Travesía, la diversión navega a bordo de bananas inflables y lanchas de paseos. A solo L30 el viaje puede disfrutar a las olas del mar y de las especies marinas que se asoman a la playa a ser partícipes de la fiesta.
Cuando desee variar su gusto de playa y arena, no se vaya tan lejos. Allí en Cienaguita, a unos metros del centro de Puerto Cortés, encontrará el balneario municipal de aguas termales. Solamente L100 debe tener a la mano para relajarse en ellas. “Este es uno de los atractivos que pocos conocen del puerto y que realmente vale la pena conocer en estas temporadas”, comentó una de las encargadas del lugar.
Los hoteles en el centro del mejor puerto de Centroamérica están listos. Ya puede hacer sus reservaciones, pues en temporada alta los cupos son limitados.
Este año en Omoa y Puerto Cortés esperan recibir más de 500,000 veraneantes durante Semana Santa. A diario al menos 20,000 visitantes abarrotan las playas y los centros turísticos de Puerto Cortés y al menos unos 15,000 prefieren ir a Omoa.
Omoa
En Omoa, sus pobladores literalmente se están puliendo para encantar a sus visitantes.
Para muestra, las playas de Masca. El grupo organizado de comerciantes ya tiene parqueos, puestos de comida y entretenimientos listos para que usted se dedique a pasarla bien. Las playas también han sido limpiadas.
“Garantizamos diversión y calidad en lo que ofrecemos. Un plato de comida no sube de 150 lempiras, según lo que el cliente pida. Con un presupuesto de mil lempiras, las familias pueden disfrutar un buen día de verano. Incluso la misma Policía Nacional nos acompaña para resguardarnos, aunque nunca ha sucedido algo extraño”, comentó Carmen López, secretaria del comité de vendedores de la comunidad garífuna de Masca.
El parque San Ignacio se consagra como uno de los lugares obligados para visitar en Omoa.
No solo cuenta con grandes piscinas para niños y adultos y de laguna artificial alimentadas por agua fresca que baja desde El Merendón; hay una enorme variedad de animales en cautiverio.
Aún así, si su familia es numerosa y sus presupuestos limitados, visite el río Cuyamel.
El agua cristalina de sus pozas le pone a la mano un día refrescante. Y no se olvide del ecoparque Rawacala que lo desconecta rápidamente de la urbanización y el aburrimiento.
Allí hay una refrescante caída de agua que garantiza total relajación.
