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No hay centros para atender a niños de la calle en Honduras

  • 01 junio 2013 /

Varios proyectos e instituciones que nacieron para velar por los menores en riesgo social cerraron por falta de fondos.

A la deriva ha quedado la protección de los menores en riesgo en el país. El Instituto Hondureño de la Niñez y Familia (Ihnfa), órgano responsable, no da respuestas porque aduce falta de presupuesto que le impide habilitar un centro en San Pedro Sula, contratar educadores y logística para atender a los cientos de niños que deambulan en las calles y avenidas.

La calamidad también toca las puertas de esta institución estatal al no poder atender a los siete mil menores considerados en riesgo social en el país.

El presupuesto asignado ronda los 180 millones de lempiras anuales. En julio de 2012, el Consejo de Ministros aprobó un decreto de emergencia por 365 días en los centros de internamiento del Ihnfa ante la crisis que campea en los centros.

La institución trabaja con niños que permanecen las 24 horas en un centro, en riesgo social y jóvenes infractores de la ley.

Por la incapacidad del Estado de dar respuestas a la niñez desprotegida, las Iglesias y los organismos no gubernamentales los amparan.

Limitaciones

La intervención del Ihnfa para proteger a los niños en situación de riesgo en edades comprendidas desde días de nacido hasta los 18 años se limita por la falta de fondos, que no ha permitido incluso reabrir el centro ABC, que atendía en San Pedro Sula a adolescentes varones de 12 a 18 años.

“Antes de 2008 había una alternativa para los menores varones con el centro ABC, que administraba Feed the Children, pero cuando se intervino el centro prácticamente San Pedro Sula se quedó sin opciones para ese sector de la niñez que ahora no tiene adnde ir y que es parte de la población que permanece en la calle”, dijo una funcionaria del Ihnfa.

Aunque posteriormente se anunció que se acondicionaría un módulo en el proyecto Génesis, en la aldea El Carmen, y se contrató personal, fue cancelado.

En los primeros cinco meses del año, la Fiscalía de la Niñez ha remitido al Ihnfa 70 niños y adolescentes y la institución no puede dar condiciones adecuadas para internarlos.

“Los juzgados y la Fiscalía de la Niñez nos remiten adolescentes varones y como no contamos con un centro de protección tenemos que dejarlos en las oficinas administrativas, donde permanecen en condiciones inadecuadas, sin contar con los derechos básicos como alimentación, vestuario, aseo y atención médica”, explican personeros de la institución.

Por la falta de albergue, los menores se fugan y regresan a las calles y así se repite el círculo. No hay educadores porque fueron cancelados y los menores no cuentan con oportunidades para educarse ni para aprender un oficio.

Ante esta dramática realidad, el Ihnfa les ha pedido a las autoridades capitalinas la autorización para enviar a los menores en riesgo al centro de protección Las Casitas, en la colonia 21 de Octubre.

Varios proyectos y programas que nacieron con la finalidad de proteger a la niñez en riesgo social cerraron sus puertas en la capital industrial por falta de presupuesto. Actualmente, Iglesias, ong y proyectos municipales dan respuestas.

El padre Saturnino Senis, párroco de la catedral San Pedro Apóstol, se ha sumado a esta tarea. “Es preocupante lo que ocurre. Cuando llegué a la ciudad solo había unos siete en la calle. Ahora hay montones y de ellos unos 60 han sido asesinados.

Se deben buscar opciones para que los eduquen, les enseñen un oficio, es decir, hacer una labor social con la niñez desamparada”.

Catrachos al Cambio

Uno de los proyectos es el programa Catrachos al Cambio, que coordina la Municipalidad de San Pedro Sula mediante los Programas Sociales Municipales.

En 2010 comenzaron a trabajar con una escuela de fútbol y se identificó la necesidad de habilitar un centro para atender los problemas de adicción a las drogas.

Un censo mostró en ese momento a 200 niños en situación de riesgo en las calles, pero el número ha aumentado.

“Estamos ubicando a los niños para darles atención y tratarlos. Cuando detectamos a uno que está en riesgo lo llevamos a hogares, pero con los que tienen adicciones a drogas no es tan fácil. Por eso, el centro empieza a tratar a los muchachos en un proceso que va de tres a seis meses para después ubicarlos en otros sitios”, dijo Gleda Gutiérrez, directora de Catrachos al Cambio.

La funcionaria refirió que en San Pedro Sula se estima que 90% de los niños que se encuentran en las calles están consumiendo drogas.
Con los estudios se comprueba que los menores son víctimas de explotación sexual y abusos.

“Los niños son el resultado de lo que somos los adultos, responden a lo que provocamos. Comienzan con rebeldía y no son atendidos adecuadamente. Reaccionan y para ellos es mejor estar en la calle que en la casa”, agregó.

Consumir droga se convierte para ellos en una dependencia. Por eso ingresan a rehabilitación. Son niños de 12 a 18 años que ya generan resultados en el proyecto. Por ejemplo, en 2012, cinco adolescentes fueron reintegrados al colegio y abandonaron los estupefacientes.

En 2011, dos de ellos dejaron las drogas, incorporados a sus familias y se graduaron en institutos técnicos y cambiaron sus vidas.

“Tenemos más de 100 días de trabajo y hay tres muchachos que comenzaron simultáneamente y no consumen drogas. Hay menores externos que solo vienen a terapia ambulatoria”, dijo la directora.

Los centros que funcionan en San Pedro Sula son el Nueva Esperanza, que atiende a 104 niños hasta los 10 años, de los que 45 tienen problemas mentales; el centro Casitas Adolescentes, que alberga a 110 niñas, de las que 25 son especiales, y el centro El Carmen, que cuenta con 157. Todos están sobrepoblados.

En Tegucigalpa, los centros Renaciendo y Sagrado Corazón en Támara reciben a los menores en condición de riesgo de las regiones central, sur y oriental.

Cómo se protege a los menores en Honduras

La legislación nacional protege a los niños y niñas contra el maltrato y el abuso infantil.

El Código de la Niñez y la Adolescencia establece una serie de categorías que se encuentran dentro de la consideración de maltrato, lo que se complementa con la Ley contra la Violencia Doméstica y las normas contra la violencia intrafamiliar.

En el maltrato, el Código solo considera como responsable del mismo al padre, la madre, el representante legal, maestros u otras personas con las que guarda relación, excluyendo la posibilidad legal de aplicar a otras personas las normas que sancionan el maltrato.

Un aspecto que según analistas debe revisarse con el propósito de promover una mayor protección de los niños y niñas.

En Honduras

1 Yoro Opera el centro San Ivis, que recibe niños menores de 5 años en desnutrición y en situación de riesgo que han sido recuperados por la Fiscalía. Los niños mayores de esa edad son remitidos al Ihnfa de El Progreso o San Pedro Sula.

2 Ocotepeque La Fundación Cristiana es atendida por laicos de la Iglesia Católica. Ayuda a 4,500 niños de ambos sexos y 36 en la Casa Hogar, donde se reciben menores de 4 a 17 años.

3 Puerto Cortés El Hogar San José apoya a los menores en riesgo, pero es un centro de atención diurna. En la noche regresan a la calle.

4 Cofradía El centro Chigüines atiende a menores en riesgo que se encuentran en esta comunidad siendo supervisados por el personal del Inhfa, pero tiene limitaciones por falta de presupuesto.

5 Atlántida No se cuenta con centros para menores infractores y en situación de riesgo social. El último reporte proporcionado por el Ihnfa señala que 78 niños, niñas y adolescentes están en riesgo, 21 de ellos por vagancia y abandono de hogar.

6 Tela Llegan a 128 los niños, niñas y adolescentes declarados en riesgo por abandono, maltrato y desnutrición.