Tegucigalpa, Honduras.
El achicamiento de los territorios para la extorsión y el narcomenudeo, la mutación y el reacomodo de las estructuras criminales, la participación de expolicías depurados y la cacería de mareros que está en marcha con el plan trinacional de combate a las pandillas son algunos de los factores que han disparado los hechos de violencia en el país, a juicio de expertos en seguridad pública. Honduras registró en las últimas semanas un inusitado y preocupante aumento de asesinatos colectivos y crímenes contra trabajadores del transporte urbano, así como atentados a empresas y quema de buses y vehículos distribuidores, estos últimos relacionados con el cobro de la extorsión.
Hasta el 28 de agosto del año en curso, Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba se erigieron como los tres municipios con mayor incidencia de homicidios con más de 1,400 casos juntos, según el último reporte del Sistema de Estadística Policial (Sepol) .
A la fecha se registran más de 3,372 homicidios a nivel nacional y hasta la tercera semana de agosto el Observatorio de la Violencia contó el asesinato de 117 trabajadores del transporte público, sin dar número de los reportados en la semana en curso.
Principales detonantes
Arabesca Sánchez, experta en seguridad pública, atribuyó la alta incidencia delictiva y criminal a tres factores: una reacción a la recién creada fuerza trinacional contra las pandillas; una respuesta de los policías depurados y una mutación natural del delito por los pocos controles que existen.
Explicó que esto último se da porque las redes criminales buscan aumentar los límites de ganancias que ya obtienen y mutan en su modus operandi; pero en general estos tres factores están incidiendo en el aumento de la violencia.
Amplió que la quema de buses y vehículos distribuidores es una nueva forma de intimidación con la cual los grupos delictivos están retando al Estado frente a la conformación de esa fuerza trinacional.
Dijo que en El Salvador se está librando una batalla campal contra las maras, y ahora con esa unidad policial la batalla se extiende a los tres país del Triángulo Norte. “Entonces eso podría ser una respuesta”.
Indicó que no debe descartarse la participación de expolicías depurados en actividades delictivas en vista de que hasta ahora no ha habido un mecanismo de seguimiento de los separados. “Ese mecanismo todavía no está funcionando porque no se ha socializado ni se ha puesto en práctica y debe haber seguimiento a los mercados laborales en los que los expolicías están incursionando, y si no lo están haciendo por qué y de qué están viviendo”, preguntó.
Mayor ferocidad
Omar Rivera, miembro de la Comisión de Depuración de la Policía, estimó que la acción represiva del Estado en contra de redes delictivas y la focalización de las intervenciones policiales a las zonas de mayor incidencia criminal ha vuelvo más violento el accionar de los facinerosos que han visto reducido su ámbito de actuación.
Amplió que masacres como las que se dan a diario en barrios ‘calientes’ y esta nueva modalidad de extorsionar grandes empresas muestran que los delincuentes están actuando con más ferocidad y están siendo creativos en su accionar criminal.
“El achicamiento de territorios disponibles para la extorsión y narcomenudeo vuelve cruenta la confrontación entre bandas criminales, lo que debe ser enfrentado por el Estado con contundencia y efectividad”, expresó. Sugirió que se tomen medidas para recuperar la gobernabilidad en el sistema penitenciario, pues desde ahí se planifican y ordenan muchos crímenes. “Desde las cárceles se manda a robar vehículos, secuestrar personas, extorsionar a mucha gente y quitarles la vida a ciudadanos honestos; ahí se deben tomar medidas urgentes”, acotó.
Rivera expuso que es probable que algunos malos policías estén pensando en dedicarse a cometer fechorías una vez que salgan de la estructura policial; pero ya se están tomando medidas de forma institucional para enfrentar este fenómeno.
El achicamiento de los territorios para la extorsión y el narcomenudeo, la mutación y el reacomodo de las estructuras criminales, la participación de expolicías depurados y la cacería de mareros que está en marcha con el plan trinacional de combate a las pandillas son algunos de los factores que han disparado los hechos de violencia en el país, a juicio de expertos en seguridad pública. Honduras registró en las últimas semanas un inusitado y preocupante aumento de asesinatos colectivos y crímenes contra trabajadores del transporte urbano, así como atentados a empresas y quema de buses y vehículos distribuidores, estos últimos relacionados con el cobro de la extorsión.
Hasta el 28 de agosto del año en curso, Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba se erigieron como los tres municipios con mayor incidencia de homicidios con más de 1,400 casos juntos, según el último reporte del Sistema de Estadística Policial (Sepol) .
A la fecha se registran más de 3,372 homicidios a nivel nacional y hasta la tercera semana de agosto el Observatorio de la Violencia contó el asesinato de 117 trabajadores del transporte público, sin dar número de los reportados en la semana en curso.
Hasta comienzos de agosto se registraban 460 personas muertas de forma violenta solo en San Pedro Sula. Según Sepol, la ciudad más violenta del país es Tegucigalpa, seguida de San Pedro, y en tercer lugar se mantiene La Ceiba.
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Arabesca Sánchez, experta en seguridad pública, atribuyó la alta incidencia delictiva y criminal a tres factores: una reacción a la recién creada fuerza trinacional contra las pandillas; una respuesta de los policías depurados y una mutación natural del delito por los pocos controles que existen.
Explicó que esto último se da porque las redes criminales buscan aumentar los límites de ganancias que ya obtienen y mutan en su modus operandi; pero en general estos tres factores están incidiendo en el aumento de la violencia.
Amplió que la quema de buses y vehículos distribuidores es una nueva forma de intimidación con la cual los grupos delictivos están retando al Estado frente a la conformación de esa fuerza trinacional.
La dirigencia del sector Transporte reporta que al menos 30 buses urbanos e interurbanos han sido incendiados en lo que va del año. Los últimos incidentes fueron en Comayagüela y San Pedro Sula.
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Indicó que no debe descartarse la participación de expolicías depurados en actividades delictivas en vista de que hasta ahora no ha habido un mecanismo de seguimiento de los separados. “Ese mecanismo todavía no está funcionando porque no se ha socializado ni se ha puesto en práctica y debe haber seguimiento a los mercados laborales en los que los expolicías están incursionando, y si no lo están haciendo por qué y de qué están viviendo”, preguntó.
El lunes, otro camión repartidor de productos fue incendiado en la capital. ya han sido víctimas de este tipo de hechos empresas distribuidoras de leche, pan y refrescos en ciudades como Tegucigalpa y La Ceiba.
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Omar Rivera, miembro de la Comisión de Depuración de la Policía, estimó que la acción represiva del Estado en contra de redes delictivas y la focalización de las intervenciones policiales a las zonas de mayor incidencia criminal ha vuelvo más violento el accionar de los facinerosos que han visto reducido su ámbito de actuación.
Amplió que masacres como las que se dan a diario en barrios ‘calientes’ y esta nueva modalidad de extorsionar grandes empresas muestran que los delincuentes están actuando con más ferocidad y están siendo creativos en su accionar criminal.
“El achicamiento de territorios disponibles para la extorsión y narcomenudeo vuelve cruenta la confrontación entre bandas criminales, lo que debe ser enfrentado por el Estado con contundencia y efectividad”, expresó. Sugirió que se tomen medidas para recuperar la gobernabilidad en el sistema penitenciario, pues desde ahí se planifican y ordenan muchos crímenes. “Desde las cárceles se manda a robar vehículos, secuestrar personas, extorsionar a mucha gente y quitarles la vida a ciudadanos honestos; ahí se deben tomar medidas urgentes”, acotó.
Rivera expuso que es probable que algunos malos policías estén pensando en dedicarse a cometer fechorías una vez que salgan de la estructura policial; pero ya se están tomando medidas de forma institucional para enfrentar este fenómeno.
Las empresa Camosa, Café El Indio, Discovery y Cristina, estas últimas de transporte interurbano, han sido víctimas de ataques presuntamente ligados a la extorsión.
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