San Pedro Sula, Honduras.
Marcio Enamorado se salvó de pasar 30 años en la cárcel luego de que sus abogados demostraran que el Ministerio Público, según él, utilizaba un “ testigo protegido falso” para incriminarlo por el asesinato de una mujer.
Pero Enamorado no se escapó del todo, ya que según asegura por culpa del Ministerio Público él permaneció nueve meses recluido en el centro penal, perdió la granja de cerdos y su familia vivió en calamidad doméstica durante todo ese tiempo. “En Honduras le pueden arruinar la vida a cualquier persona, así como hicieron conmigo. La Fiscalía utilizó un testigo protegido falso para acusarme por un delito que no cometí”, dijo Enamorado.
El 4 de agosto, la sala cuarta del Tribunal de Sentencia le extendió la carta de libertad a este comerciante y criador de cerdos y ahora espera que la Corte Suprema de Justicia revise el mecanismo de testigo protegido que
emplea el Ministerio Público.
Después de salir del centro penal, su madre y esposa presentaron la denuncia ante el Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh) y ante el capítulo del norte del Colegio de Abogados de Honduras (CAH).
Enamorado (de 43 años) denunció el caso, de lo que el califica como “una injusticia”, ante periodistas de Diario LA PRENSA en las oficinas del Colegio de Abogados de Honduras. “A mí me arruinaron la vida y quiero que este caso sea investigado por la Corte y los hondureños lo tomen en cuenta para que sepan lo que está pasando con la justicia en el país”, dijo.
La sorpresa
En octubre de 2015, Enamorado asistió a la oficinas de la Dirección Nacional de Tránsito (DNT) en San Pedro Sula a renovar la licencia de conducir. Allí, cuando le revisaron los documentos, le dijeron que le faltaba la copia de la tarjeta de identidad.
En ese momento, Enamorado solamente portaba el acta de nacimiento porque hacía unos meses había extraviado la cédula.
“En Tránsito me mandaron a la Primera Estación para que pidiera una constancia de que yo había extraviado la identidad”, recordó.
Enamorado llegó a la Primera Estación a solicitar la constancia, mas, en vez de ese documento, le presentaron una orden de captura en su contra por asesinato en perjuicio de Suamy Stephanie Rosales, hecho ocurrido en 2011.
“Allí mismo me dejaron preso. Después me llevaron al presidio. La Fiscalía pedía entre 20 y 30 años de cárcel. Me querían destruir”, dijo.
A Rosales la mataron dos hombres en una repostería que se encuentra cerca del centro penal. La Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) y la Fiscalía aseguraba que Enamorado era uno de los hechores y para demostrarlo en el juicio contaba con una declaración anticipada del testigo (un pandillero) que ya estaba muerto.
Los abogados de Enamorado lograron demostrar que el testigo protegido con nombre Xavier Alejandro Carías era miembro de una mara y que el día del crimen él se encontraba recluido en el presidio.
Además, demostraron que ese mismo pandillero estuvo preso en el centro penal de El Progreso con el nombre de Jorge Armando Yánez.
Los abogados le mostraron a la terna de jueces de la Sala Cuarta fotografías de los dos expedientes penales en los cuales aparecía el sujeto con las mismas características físicas, los mismos tatuajes y los mismos nombres de los parientes. Para demostrar que era falso, frente a los jueces, la defensa citó el nombre de Xavier Alejandro Carías, el cual coincidió con el que se encontraba escrito en un hoja guardada en un sobre cerrado que tenía la secretaría del juzgado como prueba testifical presentada por la Fiscalía.
Antes de llegar a ese momento, la defensa hizo investigaciones que incluyeron entrevistas con la exmujer del pandillero. Ella confesó que agentes de investigación estaban utilizando a su marido como testigo falso, según Enamorado.El día del juicio, la defensa de Enamorado les solicitó a los jueces que le exigieran a la Fiscalía la presentación del acta de defunción de Xavier Alejandro Carías, mandato que tuvo que cumplir y, en consecuencia, quedar en evidencia la mala práctica. “A este muchacho lo utilizaban como testigo de línea. Dos exagentes de la DNIC que ahora están en la Policía Preventiva se encargaron de usarlo como testigo en mi contra”, dijo.
A criterio de este ciudadano, “el uso de testigos protegidos debe ser investigado porque les están desgraciando la vida a muchas personas”.
Mientras Enamorado estaba privado de libertad, los ladrones le robaron más de 70 cerdos en una granja que tenía en las afueras de San Pedro Sula y en la cual había invertido unos L150,000.
Enamorado, cuyo caso figura en el expediente 278-2012J4, piensa pedir asilo en otro país por temor a que policías que tenían relación con el testigo falso lo maten.
“Tuve la suerte de estar en una sala donde hay jueces honorables y sanos que no permitieron que continuara la mentira. Yo les agradezco a ellos”, dijo. Hasta ahora, Enamorado no logra comprender los motivos por los cuales lo ligaron a un caso que implicó a personas que jamás había visto.
Marcio Enamorado se salvó de pasar 30 años en la cárcel luego de que sus abogados demostraran que el Ministerio Público, según él, utilizaba un “ testigo protegido falso” para incriminarlo por el asesinato de una mujer.
Pero Enamorado no se escapó del todo, ya que según asegura por culpa del Ministerio Público él permaneció nueve meses recluido en el centro penal, perdió la granja de cerdos y su familia vivió en calamidad doméstica durante todo ese tiempo. “En Honduras le pueden arruinar la vida a cualquier persona, así como hicieron conmigo. La Fiscalía utilizó un testigo protegido falso para acusarme por un delito que no cometí”, dijo Enamorado.
Anónimo
Solamente el órgano judicial puede conocer los datos personales de un testigo protegido, según el Código Procesal Penal
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Después de salir del centro penal, su madre y esposa presentaron la denuncia ante el Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh) y ante el capítulo del norte del Colegio de Abogados de Honduras (CAH).
Enamorado (de 43 años) denunció el caso, de lo que el califica como “una injusticia”, ante periodistas de Diario LA PRENSA en las oficinas del Colegio de Abogados de Honduras. “A mí me arruinaron la vida y quiero que este caso sea investigado por la Corte y los hondureños lo tomen en cuenta para que sepan lo que está pasando con la justicia en el país”, dijo.
En un sobre
La información personal del testigo protegido debe figurar siempre en un documento guardado en sobre cerrado y sellado, según el Código Procesal Penal. El acusado no puede tener acceso a él
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En octubre de 2015, Enamorado asistió a la oficinas de la Dirección Nacional de Tránsito (DNT) en San Pedro Sula a renovar la licencia de conducir. Allí, cuando le revisaron los documentos, le dijeron que le faltaba la copia de la tarjeta de identidad.
En ese momento, Enamorado solamente portaba el acta de nacimiento porque hacía unos meses había extraviado la cédula.
“En Tránsito me mandaron a la Primera Estación para que pidiera una constancia de que yo había extraviado la identidad”, recordó.
Enamorado llegó a la Primera Estación a solicitar la constancia, mas, en vez de ese documento, le presentaron una orden de captura en su contra por asesinato en perjuicio de Suamy Stephanie Rosales, hecho ocurrido en 2011.
“Allí mismo me dejaron preso. Después me llevaron al presidio. La Fiscalía pedía entre 20 y 30 años de cárcel. Me querían destruir”, dijo.
A Rosales la mataron dos hombres en una repostería que se encuentra cerca del centro penal. La Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) y la Fiscalía aseguraba que Enamorado era uno de los hechores y para demostrarlo en el juicio contaba con una declaración anticipada del testigo (un pandillero) que ya estaba muerto.
Los abogados de Enamorado lograron demostrar que el testigo protegido con nombre Xavier Alejandro Carías era miembro de una mara y que el día del crimen él se encontraba recluido en el presidio.
Además, demostraron que ese mismo pandillero estuvo preso en el centro penal de El Progreso con el nombre de Jorge Armando Yánez.
Los abogados le mostraron a la terna de jueces de la Sala Cuarta fotografías de los dos expedientes penales en los cuales aparecía el sujeto con las mismas características físicas, los mismos tatuajes y los mismos nombres de los parientes. Para demostrar que era falso, frente a los jueces, la defensa citó el nombre de Xavier Alejandro Carías, el cual coincidió con el que se encontraba escrito en un hoja guardada en un sobre cerrado que tenía la secretaría del juzgado como prueba testifical presentada por la Fiscalía.
Antes de llegar a ese momento, la defensa hizo investigaciones que incluyeron entrevistas con la exmujer del pandillero. Ella confesó que agentes de investigación estaban utilizando a su marido como testigo falso, según Enamorado.El día del juicio, la defensa de Enamorado les solicitó a los jueces que le exigieran a la Fiscalía la presentación del acta de defunción de Xavier Alejandro Carías, mandato que tuvo que cumplir y, en consecuencia, quedar en evidencia la mala práctica. “A este muchacho lo utilizaban como testigo de línea. Dos exagentes de la DNIC que ahora están en la Policía Preventiva se encargaron de usarlo como testigo en mi contra”, dijo.
A criterio de este ciudadano, “el uso de testigos protegidos debe ser investigado porque les están desgraciando la vida a muchas personas”.
Mientras Enamorado estaba privado de libertad, los ladrones le robaron más de 70 cerdos en una granja que tenía en las afueras de San Pedro Sula y en la cual había invertido unos L150,000.
Enamorado, cuyo caso figura en el expediente 278-2012J4, piensa pedir asilo en otro país por temor a que policías que tenían relación con el testigo falso lo maten.
“Tuve la suerte de estar en una sala donde hay jueces honorables y sanos que no permitieron que continuara la mentira. Yo les agradezco a ellos”, dijo. Hasta ahora, Enamorado no logra comprender los motivos por los cuales lo ligaron a un caso que implicó a personas que jamás había visto.