Honduras y el mundo disfrutan ahora de las bellezas naturales, históricas y culturales de Trujillo. Por estas bondades, desde hace dos años la ciudad está entre los principales destinos de las grandes empresas de cruceros a nivel mundial.
Su casco histórico recuerda la época de la colonia española. La Fortaleza de Santa Bárbara, con un recuerdo militar valioso, es una invitación abierta todo el año. Además de las playas, la fortaleza es una parada obligatoria. Los hondureños pagan 20 lempiras y los extranjeros tres dólares para entrar.
La catedral San Juan Bautista es otro monumento que engalana la ciudad, en su lateral izquierdo se extiende el recién inaugurado paseo peatonal Juan de Medina. También es una atracción la tumba del pirata William Walker en el cementerio general a unas cuadras del centro de la ciudad.
A solo 200 metros de la plaza central está la bahía de Trujillo, de profundos colores y arena pura. La playa Municipal es la más popular y comparte con el centro histórico la mayoría de los mejores restaurantes de la ciudad. Es posible disfrutar de un pescado frito desde 80 hasta 200 lempiras. Con 500 lempiras se puede saborear una sopa marinera. Pero es el filete costeño, un relleno de mariscos con arroz en coco, acompañado con canastitas de plátano, aguacate y camarón, el bocadillo que se ha convertido en la sensación de la gastronomía. Su costo es de 300 lempiras en el céntrico restaurante El Bucanero.
Si eres amante de las profundidades del mar, puedes hacer snorkel. Los bancos de estrellas son otro de los atractivos que ofrecen las aguas de la bahía. Los buceadores encuentran una variedad de estrellas y hasta tortugas marinas. También las amplias playas en punta Caxinas, lugar donde se celebró la primera misa en América, son opciones que están a media hora de Trujillo. Al oriente se encuentra la laguna de Guaimoreto, un refugio de vida silvestre, donde los viajes en lanchas para conocer las diversidad de su flora y fauna son una aventura, está a solo 15 minutos de la ciudad.
Los garífunas, con sus alegres bailes a ritmo de tambores y maracas esperan a los propios y extraños al extremo oeste de Trujillo. Coco Pando es el punto donde se encuentran el guifiti, el pan de coco y el casabe. Siempre en la ruta está Campo del Mar, un parque temático para los que buscan más privacidad.
En cada uno de los rincones de la ciudad es placentera la hospitalidad, hay 16 hoteles disponibles para descansar. Los precios de habitaciones van desde los 20 hasta los 119 dólares.