Disfrutando de las olas del mar mientras caían los atardeceres, así vivió sus últimos días el cantautor hondureño Guillermo Anderson, fallecido el sábado 6 de agosto a los 54 años.
Su doctor de cabecera, amigo y cuñado, Elías Canahuati, se convirtió en su gran acompañante en la lucha contra el cáncer de tiroides que lo aquejó desde noviembre de 2015 y que le arrebató su vida.
Canahuati cuenta que el artista le pedía frecuentemente que lo llevara al mar. 'Una de las últimas cosas que Guillermo nos pedía es que lo sacáramos a pasear. Todas las tardes salíamos, íbamos al muelle, al rompe olas, al Cangrejal (en La Ceiba), a Pico Bonito, a Corozal a ver los atardeceres en las playas que era su fascinación, ver el mar era su deleite favorito'.
Canahuati captó esos momentos que Anderson contemplaba las olas y el atardecer y cómo disfrutaba de su velero que le regaló muchos momentos felices.
Uno de los momentos que más recuerda fue ocho de abril mientras iba en su carro con Anderson. 'Ese día me dijo: pará el carro... se quitó los zapatos y decidió caminar por la playa'.
Soy de un país muy desconocido y poder exponer lo mío es un privilegio. Me doy gusto cantando y contando historias sobre la vida y paisajes de mi país Guillermo Anderson
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Anderson es velado en una funeraria de La Ceiba desde ayer por la tarde donde familiares, grandes amigos y admiradores de su talento han llegado a darle un ''hasta siempre''. Los restos del artista serán sepultados este lunes temprano.
Guillermo Anderson cotemplando un atardecer el 8 de abril de 2016 en las playas de Corozal, La Ceiba.
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Guillermo Anderson era un enamorado de Honduras y muchas de sus canciones están inspiradas en el caribe hondureño.
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