Tegucigalpa, Honduras.
La investidura del polémico magnate Donald Trump como candidato republicano en la convención de Cleveland, Ohio, y su probable llegada a la Casa Blanca, profundizó los temores en Honduras por su agresiva retórica antiinmigrante y contraria a los tratados de libre comercio que Estados Unidos ha suscrito con México y otras naciones del continente.
Honduras es uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región y depende grandemente de la cooperación económica, comercial y en materia militar y de seguridad que ese país le presta.
Además, miles de hondureños están amparados en el Estatus de Protección Temporal (TPS) y otros cientos están en proceso de regularizar su situación legal.
El temor radica en que un previsible triunfo de Trump conlleve el fin del TPS y la expulsión de miles de compatriotas, agravando las deportaciones con el consiguiente desplome de las remesas familiares, principal soporte de la maltrecha economía hondureña.
Mucho que perder
De hecho, las cifras hablan por sí solas de la enorme dependencia de Honduras con respecto a EUA: en el primer trimestre de 2016 las remesas crecieron un 7.8% hasta alcanzar 922 millones de dólares, según el Banco Central de Honduras.
En 2015, las remesas, que representaron el 17% del producto interno bruto (PIB) del país, sumaron 3,726.7 millones de dólares, unos 84,952.8 millones de lempiras
Según las autoridades hondureñas, en EUA viven cerca de un millón de hondureños, 60,000 de los cuales están amparados en el TPS.
En materia de comercio, Honduras exportó el año pasado a EUA alrededor de $1,397 millones de dólares en bananos, tilapia, puros, legumbres, hortalizas, café, accesorios de oro y langosta; en cambio, las importaciones alcanzaron los $3,306 millones, es decir, un déficit comercial de $1,909 millones.
En función de lo anterior, Honduras tiene mucho que perder ante un cambio de política de un nuevo presidente con respecto a la región.
Analistas y expertos en Derecho Internacional consultados por
LA PRENSA coincidieron en que en términos de interés nacional a los hondureños y centroamericanos les conviene, desde todo punto de vista, el triunfo de la candidata demócrata Hillary Rodham Clinton porque conoce muy bien la realidad hondureña y tiene un discurso más amable en el tema inmigración.
Graco Pérez, experto en diplomacia y relaciones internacionales, estimó poco probable el triunfo de Trump en las elecciones de EUA; aunque analizó que su discurso puede tener un cambio ahora como candidato presidencial republicano, por ende habría que ver qué nuevas propuestas formula en materia comercial y de inmigración durante su carrera a la Casa Blanca.
Pérez recordó que en su campaña para la nominación republicana, Trump ha manejado un discurso antiinmigrante y contrario a los tratados de libre comercio, especialmente con México.
El analista en diplomacia fue más allá y estimó que un probable triunfo de Trump podría incluso trastocar o afectar la Alianza para la Prosperidad con el Triángulo Norte, que es una iniciativa que ha impulsado el presidente Barack Obama.
“Desafortunadamente, y hay que decirlo, es la única política exterior de Honduras para Estados Unidos, no hay nada más; entonces se han concentrado esa temática y como está orientado al tema migratoria se podría ver afectado”, observó.
En ese sentido, consideró que para el interés nacional, Hilary Clinton le conviene más Honduras porque puede continuar la línea del presidente Barack Obama y del Partido Demócrata.
”Además, Hilary como fue secretaria de Estado conoce la realidad latinoamericana y por supuesto la de Honduras, de hecho ella estuvo presente en la asamblea general de la OEA que se celebrá en San Pedro Sula en 2009”, apuntó.
Pérez aclaró que si gana Trump, pueden haber cambios, pero no de inmediato, y recomendó al Gobierno no ser reactivo, sino prepararse de antemano y diseñar una política exterior clara, junto con sus colegas del Triángulo Norte que pueda hacer frente a un cambio de política con la región.
El experimentado analista Juan Ramón Martínez contextualizó que Trump primero debe ganar las elecciones en noviembre, y en segundo lugar tiene que someterse a las instituciones republicanas de EUA, en las que el Ejcutivo no tiene el poder absoluto que se tiene por ejemplo en Honduras.
Además, estimó que el magnate tiene muy bajas posibilidaedes de convertirse en presidente de EUA por su retórica confrontativa, la que ha provocado demasiada animadversión entre el electorado.
Martínez analizó que Trump tiene muy pocas posibilidades de llegar a la Presidencia de EUA, pero en el caso que llegase por un milagro u otra circunstancia rara, él no podría llevar a la práctica gran parte de esus propuestas si no cuenta con la mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado.
Valoró que el rechazo contra Trump es tal que los republicanos corren el riesgo de perder la mayoría en la Cámara de Representantes y que aumente el control demócrata en el Senado.
La investidura del polémico magnate Donald Trump como candidato republicano en la convención de Cleveland, Ohio, y su probable llegada a la Casa Blanca, profundizó los temores en Honduras por su agresiva retórica antiinmigrante y contraria a los tratados de libre comercio que Estados Unidos ha suscrito con México y otras naciones del continente.
Honduras es uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región y depende grandemente de la cooperación económica, comercial y en materia militar y de seguridad que ese país le presta.
Además, miles de hondureños están amparados en el Estatus de Protección Temporal (TPS) y otros cientos están en proceso de regularizar su situación legal.
El temor radica en que un previsible triunfo de Trump conlleve el fin del TPS y la expulsión de miles de compatriotas, agravando las deportaciones con el consiguiente desplome de las remesas familiares, principal soporte de la maltrecha economía hondureña.
Unos 57,000 hondureños están amparados en el TPS.
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De hecho, las cifras hablan por sí solas de la enorme dependencia de Honduras con respecto a EUA: en el primer trimestre de 2016 las remesas crecieron un 7.8% hasta alcanzar 922 millones de dólares, según el Banco Central de Honduras.
En 2015, las remesas, que representaron el 17% del producto interno bruto (PIB) del país, sumaron 3,726.7 millones de dólares, unos 84,952.8 millones de lempiras
Según las autoridades hondureñas, en EUA viven cerca de un millón de hondureños, 60,000 de los cuales están amparados en el TPS.
En materia de comercio, Honduras exportó el año pasado a EUA alrededor de $1,397 millones de dólares en bananos, tilapia, puros, legumbres, hortalizas, café, accesorios de oro y langosta; en cambio, las importaciones alcanzaron los $3,306 millones, es decir, un déficit comercial de $1,909 millones.
En función de lo anterior, Honduras tiene mucho que perder ante un cambio de política de un nuevo presidente con respecto a la región.
Un gane de Trump podría afectar el plan alianza.
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Graco Pérez, experto en diplomacia y relaciones internacionales, estimó poco probable el triunfo de Trump en las elecciones de EUA; aunque analizó que su discurso puede tener un cambio ahora como candidato presidencial republicano, por ende habría que ver qué nuevas propuestas formula en materia comercial y de inmigración durante su carrera a la Casa Blanca.
Pérez recordó que en su campaña para la nominación republicana, Trump ha manejado un discurso antiinmigrante y contrario a los tratados de libre comercio, especialmente con México.
El analista en diplomacia fue más allá y estimó que un probable triunfo de Trump podría incluso trastocar o afectar la Alianza para la Prosperidad con el Triángulo Norte, que es una iniciativa que ha impulsado el presidente Barack Obama.
“Desafortunadamente, y hay que decirlo, es la única política exterior de Honduras para Estados Unidos, no hay nada más; entonces se han concentrado esa temática y como está orientado al tema migratoria se podría ver afectado”, observó.
Las protestas contra Trump se han elevado.
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”Además, Hilary como fue secretaria de Estado conoce la realidad latinoamericana y por supuesto la de Honduras, de hecho ella estuvo presente en la asamblea general de la OEA que se celebrá en San Pedro Sula en 2009”, apuntó.
Pérez aclaró que si gana Trump, pueden haber cambios, pero no de inmediato, y recomendó al Gobierno no ser reactivo, sino prepararse de antemano y diseñar una política exterior clara, junto con sus colegas del Triángulo Norte que pueda hacer frente a un cambio de política con la región.
El experimentado analista Juan Ramón Martínez contextualizó que Trump primero debe ganar las elecciones en noviembre, y en segundo lugar tiene que someterse a las instituciones republicanas de EUA, en las que el Ejcutivo no tiene el poder absoluto que se tiene por ejemplo en Honduras.
Además, estimó que el magnate tiene muy bajas posibilidaedes de convertirse en presidente de EUA por su retórica confrontativa, la que ha provocado demasiada animadversión entre el electorado.
Martínez analizó que Trump tiene muy pocas posibilidades de llegar a la Presidencia de EUA, pero en el caso que llegase por un milagro u otra circunstancia rara, él no podría llevar a la práctica gran parte de esus propuestas si no cuenta con la mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado.
Valoró que el rechazo contra Trump es tal que los republicanos corren el riesgo de perder la mayoría en la Cámara de Representantes y que aumente el control demócrata en el Senado.