En 2020, en unos cuatro años, el panorama urbano de San Pedro Sula estará dominado por, al menos, 20 nuevos edificios verticales construidos con capital extranjero y nacional.
Con este conjunto de torres, comerciales y residenciales, la ciudad entra en una nueva era arquitectónica y comienza a levantar por fin su skyline (el horizonte artificial).
En contrastaste con otras ciudades de Centroamérica como Panamá y Guatemala, San Pedro Sula ingresa tarde al mundo vertical, sin embargo, llega en el momento oportuno para enfrentar los desafíos que acarrean el crecimiento económico y poblacional.
Cifras del Colegio de Arquitectos de Honduras, considerando información de la Municipalidad, registran una inversión de más de L.6,300 millones entre 2010 y 2014.
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En 2016 “estamos en el boom de la construcción vertical y esa es la tendencia que veremos en los próximos años”, considera Aldrin Kamal Paz, presidente del Colegio de Arquitectos de Honduras (CAH).
Residencial
Los nuevos proyectos inmobiliarios son impulsados por compradores de la clases media y alta que están adoptando nuevos estilos de vida: quieren invertir menos y vivir con amenidades que no ofrecen las casas tradicionales por su estructura individual. Los condominios (de más de 20 niveles) son erguidos de cara a la Cordillera de El Merendón, dentro del cuadrante noroeste y en una porción del sector suroeste, donde el precio de la vara cuadrada ha incrementado en más de 300% en la última década.
Estudios del Colegio de Arquitectos de Honduras indican que el valor de la vara cuadrada pasó de $60 (2006) a $230 y $250 (2016) a causa de la alta demanda y, cada vez, menos oferta.
“El precio ha crecido bastante, tanto que el valor de la tierra es equivalente al valor de la construcción”, explicó Paz.
Esos altos precios, los nuevos gustos de los habitantes y las nuevas regulaciones municipales del uso del suelo acelerarán la proliferación de los condominios.
Estas torres residenciales, que también causan un impacto en el ambiente porque, por ejemplo, cambian la dirección de los vientos, podrían mermar la expansión horizontal de la ciudad que amenaza los acuíferos que abastecen a la ciudad.
Por ahora, las torres se multiplican en las zonas que históricamente han sido preferidas por hondureños con más recursos económicos.
Enrique Cervantes, director de la firma mexicana Cervantes Asociados, en el plan de desarrollo urbano realizado en 1964, advirtió que “en las faldas de la montaña” y en el noroeste crecerían las zonas residenciales porque, además de la “vista y brisa” que ofrecen, “las partes bajas de la ciudad carecen de drenajes de aguas pluviales”.
Comercial
En esos mismos cuadrantes, donde construyen o levantarán condominios, habrá edificios para oficinas y pequeños centros comerciales que satisfarán las necesidades de los nuevos residentes.
Para el caso, en el barrio Los Andes, donde antes hubo pequeños negocios, dentro de poco comenzarán dos torres de al menos 10 niveles.
Jorge Maldonado, representante de los arquitectos en la oficina municipal de permisos de construcción, afirma que “San Pedro Sula, en los próximos 10 años tendrá más edificios verticales. Esa es la tendencia”.
En el primer semestre de 2016, esa oficina recibió nueve solicitudes para edificar nuevas torres.